Zeljko Ražnatović («Arkan») (1953–2000): El temido líder paramilitar y su rol en los conflictos balcánicos
Zeljko Ražnatović («Arkan») (1953–2000): El temido líder paramilitar y su rol en los conflictos balcánicos
Orígenes y primeras acciones criminales
Primeros años y entorno familiar
Zeljko Ražnatović nació en 1953 en Brežice, una pequeña localidad que por aquel entonces pertenecía a Yugoslavia, actualmente parte de Eslovenia. Su familia, que era de clase media, se trasladó a Belgrado cuando él era muy joven. Pocos detalles sobre su niñez se conocen con precisión, ya que Ražnatović se encargó de mantener su vida personal en un relativo anonimato. Sin embargo, es claro que desde sus primeros años, su entorno estuvo marcado por la complejidad social y política que caracterizaba a la antigua Yugoslavia bajo el régimen socialista de Josip Broz Tito. La estabilidad del país, aunque aparente, comenzaba a deteriorarse a fines de los años 60 y principios de los 70, lo que influyó en la formación del carácter de Ražnatović.
A lo largo de su juventud, mostró una personalidad marcada por la rebeldía y la violencia, lo que, sumado a su contexto familiar y social, fue cimentando su camino hacia el crimen organizado. Su capacidad para moverse rápidamente entre diferentes círculos y su agresividad lo hicieron destacar en los ambientes más oscuros de Belgrado, donde comenzó a involucrarse en actividades ilícitas desde joven. Estos primeros indicios de su carácter turbulento, junto con un ambiente político que comenzaba a resquebrajarse, prefiguran su futuro en el mundo criminal.
Inicios en el crimen organizado
Ražnatović ganó notoriedad rápidamente en los círculos de la mafia yugoslava durante la década de los 70, un periodo en que el crimen organizado comenzó a tener una presencia cada vez más prominente en la región. Aunque los detalles de su ascenso son nebulosos, es sabido que, a mediados de los 70, el nombre de Zeljko Ražnatović ya figuraba en los archivos de la Interpol. Su involucramiento en una serie de delitos como el tráfico de drogas, blanqueo de dinero, extorsión y robos violentos, lo posicionó como uno de los principales líderes de la mafia yugoslava. Con el tiempo, se hizo un nombre en Europa, especialmente en países como Suecia y Alemania, donde fue arrestado en varias ocasiones debido a sus actividades delictivas.
Sus arrestos fueron frecuentes, pero su habilidad para evadir la justicia, junto con su carácter intimidante y sus conexiones dentro del mundo criminal, le permitió continuar con sus actividades ilícitas. En este periodo, Ražnatović desarrolló una reputación como un hombre violento y despiadado, conocido por sus métodos brutales para asegurar el control sobre sus negocios. La ambición por el poder y el dinero le otorgaron una posición clave dentro de las organizaciones criminales de Europa, especialmente en el tráfico de armas y en la manipulación de contrabando. Además de sus habilidades en el crimen, su carácter imponente y su falta de escrúpulos le permitió establecer relaciones tanto dentro del submundo criminal como en círculos políticos más altos.
Conexión con el servicio secreto yugoslavo
El cambio crucial en la vida de Zeljko Ražnatović se produjo en 1982, cuando, aprovechando el caos político que comenzaba a envolver a Yugoslavia, ingresó al servicio secreto yugoslavo. En ese momento, Yugoslavia se encontraba bajo un régimen autoritario, pero ya se percibían las primeras fracturas que conducirían a la disolución del país en la siguiente década. Ražnatović, con su naturaleza despiadada y sus conexiones con la mafia, se integró al servicio secreto con una función específica: eliminar a los disidentes del régimen.
Durante este periodo, comenzó a realizar “trabajos sucios” para el gobierno yugoslavo, principalmente en Europa, donde ejecutó varios asesinatos políticos. Este tipo de operaciones de alto riesgo le permitió continuar ampliando su poder y su red de contactos dentro de las fuerzas de seguridad yugoslavas y en el crimen organizado europeo. Su vinculación con el servicio secreto lo convirtió en una figura aún más peligrosa, ya que contaba con el apoyo tácito de la autoridad estatal, lo que le daba un grado de impunidad.
A medida que la situación en Yugoslavia se deterioraba y el régimen de Tito comenzaba a caer, Ražnatović se posicionó como un personaje influyente dentro de la ultraderecha serbia. Este contexto político favoreció su ascenso en el panorama de las milicias y paramilitares serbios, y estableció el camino para su posterior papel como uno de los principales artífices de las atrocidades cometidas durante las Guerras Yugoslavas.
El ascenso al poder y el conflicto yugoslavo
La transformación en Arkan
En la segunda mitad de la década de 1980, la descomposición de la Yugoslavia socialista, que había sido un referente en la región durante las décadas anteriores, comenzó a hacerse cada vez más evidente. La caída de la economía, el aumento del nacionalismo y las tensiones étnicas entre las diferentes repúblicas yugoslavas abrieron una brecha profunda en la unidad del país. Zeljko Ražnatović, al igual que muchos otros líderes de la extrema derecha, supo capitalizar el descontento y la creciente polarización, aprovechando las oportunidades que ofrecían los nuevos tiempos.
Fue en este contexto que Ražnatović, quien ya había adquirido notoriedad como criminal y líder de los Chetniks, adoptó el apodo con el que sería conocido mundialmente: Arkan. Su transformación en «Arkan», el líder militar, se produjo cuando la política yugoslava empezó a desmoronarse, lo que permitió a las facciones nacionalistas y paramilitares, como la que él lideraba, ganar terreno rápidamente. En ese momento, Arkan utilizó el ambiente de caos para reforzar su imagen como un protector del pueblo serbio, un líder patriota dispuesto a luchar por la supremacía del pueblo serbio sobre las demás etnias que habitaban la región.
A raíz de la creciente amenaza del separatismo en Eslovenia y Croacia, y de la posterior desintegración de la federación yugoslava, Arkan se posicionó como una figura clave dentro del nacionalismo serbio. Con el apoyo de los sectores más radicales, Arkan formó y comandó las Fuerzas de Voluntarios Serbios, un grupo paramilitar también conocido como los Chetniks, que se encargó de llevar a cabo diversas atrocidades durante los conflictos armados en las nuevas repúblicas que surgieron tras la caída de Yugoslavia.
La formación de las milicias paramilitares
En 1991, con el comienzo de las Guerras Yugoslavas, Arkan consolidó su papel como líder de las milicias paramilitares. Estas fuerzas se caracterizaban por su brutalidad y su capacidad para sembrar el terror en los territorios que ocupaban. Los Chetniks, bajo su mando, no solo participaron en batallas convencionales, sino que también llevaron a cabo una campaña de limpieza étnica, deportaciones forzadas, asesinatos y violaciones masivas. Sus actividades no se limitaban al campo de batalla; sus tropas también se dedicaban al saqueo, la extorsión y la intimidación de la población civil.
Un ejemplo clave de la intervención de Arkan durante este periodo fue su participación en el asedio de Vukovar, una de las ciudades más castigadas de la Guerra de Independencia de Croacia. Durante la toma de la ciudad en 1991, después de un extenso asedio por parte del ejército yugoslavo, Arkan y sus milicias Chetniks ejecutaron una serie de atrocidades contra los soldados y civiles croatas. Uno de los incidentes más escalofriantes fue el asesinato de alrededor de 250 soldados croatas, muchos de los cuales se encontraban heridos y desarmados en un hospital de campaña. Los Chetniks, bajo las órdenes de Arkan, obligaron a los soldados a salir y los ejecutaron a sangre fría, dejando claro que no habría tregua para aquellos que se oponían al dominio serbio.
Después de esta y otras masacres, Arkan consolidó su posición como una figura poderosa dentro del nacionalismo serbio, al mismo tiempo que su imagen fue promovida como la de un héroe de guerra por la propaganda de Slobodan Milošević, el presidente de la República Federal de Yugoslavia. El acceso a la política le permitió a Arkan incrementar aún más su influencia en Serbia, mientras que las milicias que dirigía se encargaban de implementar su ideología nacionalista serbia de manera violenta.
Vukovar y otros crímenes de guerra
El ataque a Vukovar fue solo el comienzo de una serie de crímenes cometidos por las fuerzas paramilitares de Arkan durante la guerra. En los años siguientes, se produjo una intensificación de la violencia, particularmente en las regiones de Bosnia-Herzegovina y Croacia. En estas zonas, los Chetniks no solo llevaron a cabo matanzas masivas, sino que también implementaron estrategias de limpieza étnica, deportando a miles de personas de sus hogares, violando a mujeres y niños, y creando fosas comunes que luego fueron descubiertas por investigadores internacionales.
En Bosnia-Herzegovina, Arkan se alió con figuras como Radovan Karadžić, el líder de los serbios bosnios, para llevar a cabo una guerra de exterminio contra la población musulmana bosnia. Uno de los momentos más notorios en esta etapa fue el asedio de Sarajevo (1992-1995), en el que Arkan y sus fuerzas participaron activamente en el uso de francotiradores que disparaban contra civiles en la ciudad, creando un ambiente de terror constante.
En Srebrenica, en 1995, tuvo lugar una de las peores masacres de la guerra de Bosnia, aunque en ese momento Arkan ya no estaba en el frente, su influencia y su legado de crímenes continuaron impregnando las estrategias de los paramilitares serbios. Mientras tanto, en Belgrado, la imagen de Arkan seguía siendo promovida por los medios de comunicación del gobierno de Milošević, que le presentaban como un defensor de los intereses serbios frente a las potencias extranjeras y la comunidad internacional, que condenaba las atrocidades que él y sus fuerzas cometían.
La Guerra en Bosnia y la consolidación del poder
Participación en la guerra de Bosnia-Herzegovina
A medida que la Guerra de Bosnia se intensificaba, Zeljko Ražnatović, conocido como Arkan, se consolidaba como uno de los principales líderes militares de la facción serbia. La violencia y la brutalidad que él y sus milicias infligieron a las comunidades musulmanas y croatas en Bosnia fueron parte de una estrategia sistemática de destrucción y desplazamiento forzoso de los no serbios. A lo largo de esta guerra, Arkan y los Chetniks fueron responsables de incontables crímenes de guerra, incluyendo la ejecución masiva de prisioneros, la tortura y la violación de mujeres y niños, todo con el objetivo de crear un «territorio étnicamente puro» para los serbios.
Uno de los episodios más atroces de su participación en la guerra tuvo lugar en el asedio de Sarajevo, donde las fuerzas de Arkan, junto con otras unidades paramilitares, se unieron al ejército serbio para someter a la ciudad a un cerco implacable. Sarajevo fue bombardeada indiscriminadamente durante casi cuatro años, con francotiradores apostados en las colinas circundantes que disparaban a los civiles que se aventuraban en las calles. Arkan supervisó las operaciones paramilitares en la ciudad, asegurándose de que se mantuviera el control y de que los serbios bosnios pudieran tomar el control de los territorios disputados.
La participación de Arkan en la guerra de Bosnia no solo fue militar, sino también estratégica. Sus milicias estaban involucradas en el control de los recursos naturales y la ocupación de tierras ricas en petróleo y otros materiales valiosos. A lo largo de la guerra, Arkan no solo se benefició económicamente de la guerra, sino que también utilizó su poder para establecer vínculos con otros actores políticos y criminales, consolidando su influencia tanto en el ámbito local como en el internacional.
El ascenso como figura pública
Con el paso de los años, Arkan fue capaz de construir una imagen pública que combinaba su papel de héroe nacionalista serbio con su faceta de empresario y líder político. Su participación en los crímenes de guerra fue convenientemente minimizada por la propaganda serbia, que lo presentaba como un luchador por la supervivencia de la población serbia frente a los ataques de las otras repúblicas yugoslavas y las potencias extranjeras. En lugar de ser considerado un criminal de guerra, Arkan se convirtió en un símbolo de resistencia para muchos serbios, en particular para aquellos que veían en la guerra un intento por parte de Occidente de destruir el proyecto paneslavo.
Parte de su estrategia para aumentar su popularidad entre la población serbia fue su involucramiento en el mundo del deporte, especialmente en el fútbol. En 1992, Arkan adquirió la presidencia del FK Obilić, uno de los clubes más populares de Belgrado, lo que le permitió ganar aún más notoriedad. A través de este canal, Arkan pudo mantener una relación estrecha con la élite de Belgrado y al mismo tiempo seguir ejerciendo control sobre los recursos y actividades ilegales que abastecían a sus milicias.
Además, durante este periodo, Arkan se involucró en actividades de lavado de dinero y contrabando. La falta de recursos en Yugoslavia debido a los embargos internacionales hizo que figuras como él pudieran prosperar, utilizando el mercado negro para abastecer a la población serbia de bienes básicos. Mientras tanto, la comunidad internacional seguía mirando hacia otro lado, sin una intervención decisiva en el conflicto, lo que le permitió a Arkan continuar con su ascendente carrera.
Vukovar, Srebrenica y otros crímenes de guerra
Aunque los crímenes de guerra cometidos por Arkan durante la Guerra de Bosnia y en Croacia son bien conocidos, es importante destacar que su influencia trascendió el ámbito militar. En el caso de Srebrenica, la masacre que ocurrió en 1995, Arkan y sus milicias jugaron un papel indirecto pero significativo, ya que su presencia en el este de Bosnia y su relación con Radovan Karadžić, presidente de la autoproclamada República Srpska, contribuyó a la implementación de la estrategia de exterminio contra los musulmanes bosnios.
A lo largo de la guerra, la brutalidad de las tropas bajo su mando fue evidente en muchas otras regiones de Bosnia y Croacia. Los Chetniks, dirigidos por Arkan, se encargaron de exterminar a miles de civiles musulmanes y croatas, expulsándolos de sus hogares y llevando a cabo masacres sistemáticas. En lugares como Mostar, Krajina y Prístina, los Chetniks realizaron ejecuciones sumarias y violaciones masivas, con el consentimiento tácito del régimen de Milošević.
Arkan, como líder de estos paramilitares, no solo era responsable de las atrocidades cometidas, sino que también se aseguraba de que su imagen de líder patriota serbio fuera transmitida a través de los medios controlados por el gobierno. Esto le permitió mantener un gran poder y control sobre los serbios en las regiones ocupadas, mientras que el resto del mundo se veía horrorizado por las imágenes de destrucción y muerte que llegaban desde los Balcanes.
Los últimos años y su caída
La lucha por el poder en Kosovo
A medida que el conflicto en los Balcanes continuaba y las tensiones aumentaban en la región, Arkan no se limitó a participar en las Guerras Yugoslavas de Croacia y Bosnia; también jugó un papel crucial en la crisis de Kosovo a finales de los años 90. En esta etapa, Arkan y su ejército paramilitar estuvieron involucrados en lo que más tarde se denominaría limpieza étnica, una campaña de represión y expulsión de los albaneses kosovares. Arkan dirigió y coordinó las operaciones en Kosovo, donde sus milicias llevaron a cabo asesinatos, violaciones, y la deportación de miles de personas de origen albanés.
A principios de 1998, el gobierno de Slobodan Milošević intensificó la represión en Kosovo, y Arkan fue llamado nuevamente para liderar la ofensiva contra la población albanokosovar. Durante este periodo, las Fuerzas de Voluntarios Serbios de Arkan se desplegaron en gran parte de Kosovo, con el objetivo de erradicar cualquier intento de independencia de la región y asegurar la hegemonía serbia. Las tropas de Arkan se encargaron de realizar ataques sistemáticos contra las aldeas de etnia albanesa, expulsando a la población, cometiendo asesinatos y dejando fosas comunes que más tarde serían descubiertas durante las investigaciones internacionales.
Este periodo de su vida fue testigo de su brutalidad desmedida. Arkan también fue conocido por su sentido macabro del humor, ya que se dice que ordenó poner canciones de su esposa, la cantante de música folk Svetlana «Ceca» Ražnatović, en los trenes que transportaban a los refugiados kosovares. Esta cruel ironía reflejaba la total indiferencia que Arkan tenía hacia las vidas humanas que destruía, mientras él continuaba fortaleciendo su influencia en Belgrado y en las regiones ocupadas.
La relación con Milosevic y el fin de su imperio
Aunque en un principio Arkan había sido uno de los más leales aliados de Slobodan Milošević, con el tiempo su relación comenzó a deteriorarse. A medida que la situación en Kosovo se volvía insostenible y la comunidad internacional presionaba más fuertemente por una solución, Arkan comenzó a sentirse cada vez más incómodo con la situación. Además, al comenzar a ser perseguido por el Tribunal Penal Internacional por crímenes de guerra, Arkan se mostró más cauteloso en sus acciones y empezó a distanciarse de Milošević, quien, por su parte, estaba siendo cada vez más debilitado tanto por las presiones externas como por los crecientes conflictos internos en Yugoslavia.
En 1999, el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia emitió una orden de arresto contra Arkan, acusándolo de crímenes de guerra, genocidio y crímenes contra la humanidad. Este hecho supuso un punto de inflexión en su carrera criminal. Aunque las autoridades internacionales le presionaron para que se entregara, Arkan logró evadir la justicia por un tiempo, aprovechando su red de contactos tanto en el mundo político como en el criminal. Mientras tanto, las condiciones de vida en Yugoslavia se deterioraban rápidamente, y Arkan, con su habitual cinismo, utilizó la situación para incrementar su poder personal y económico.
Durante este periodo, Arkan también consolidó su fortuna personal, adquiriendo propiedades en Belgrado, incluido el lujoso Hotel Intercontinental. Desde allí, continuó operando en las sombras, beneficiándose de los sobornos y el tráfico de recursos. Sin embargo, su caída fue inevitable. La situación política en Serbia comenzó a cambiar y la influencia de Milošević se desmoronaba. La OTAN intervino en Kosovo en 1999, y la presión internacional sobre Serbia aumentó considerablemente, lo que finalmente condujo al derrocamiento de Milošević.
Muerte y legado
El 15 de enero de 2000, Zeljko Ražnatović, conocido como Arkan, fue asesinado a sangre fría en el vestíbulo del Hotel Intercontinental en Belgrado. Recibió tres disparos en la cabeza mientras se encontraba en la recepción, rodeado de guardaespaldas. El asesinato de Arkan conmocionó a la población serbia, pero también dejó muchos interrogantes sin respuesta. Existen varias teorías sobre quién estuvo detrás de su muerte, desde un ajuste de cuentas dentro del crimen organizado, hasta la posibilidad de que Milošević, quien ya había tenido diferencias con él, estuviera implicado en la orden de su eliminación.
A pesar de las investigaciones, el caso nunca fue resuelto de manera concluyente, y su muerte permaneció rodeada de misterio. Arkan fue enterrado con todos los honores en Belgrado, como un héroe para algunos y como un criminal de guerra para otros. La paradoja de su legado es que, mientras algunos lo vieron como un defensor del pueblo serbio, otros lo recordaron como uno de los más sangrientos y crueles criminales de guerra de finales del siglo XX.
El impacto de Arkan en los Balcanes y en la historia de la antigua Yugoslavia es profundo y duradero. Su figura, vinculada al caos, la violencia y la impunidad, simboliza el nivel de corrupción y brutalidad que alcanzaron los conflictos balcánicos. Aunque su muerte puso fin a su reinado de terror, su legado sigue vivo en las heridas profundas que dejó en la región. Las atrocidades cometidas bajo su mando, la limpieza étnica y las violaciones de derechos humanos continúan siendo recordadas como algunos de los capítulos más oscuros de la historia reciente de Europa.
MCN Biografías, 2025. "Zeljko Ražnatović («Arkan») (1953–2000): El temido líder paramilitar y su rol en los conflictos balcánicos". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/raznatovic-zeljko [consulta: 29 de septiembre de 2025].