Pomponio Leto (1428-1498). El humanista que rescató el legado clásico del Renacimiento
Pomponio Leto, nacido en 1428 en Diano di Lucania (Salerno, Italia), es una de las figuras más fascinantes del Renacimiento italiano. Filólogo, humanista y uno de los mayores defensores de la cultura grecolatina, su vida estuvo marcada por su pasión por la Antigüedad y su implicación en la creación de la Accademia Romana, un centro de estudio que, a pesar de los escándalos y las controversias, dejó una huella indeleble en el pensamiento de la época.
Orígenes y contexto histórico
Pomponio Leto nació en una época que vivía una profunda transformación cultural. El Renacimiento, con su ansia de recuperación de los ideales y conocimientos de la Grecia y Roma antiguas, estaba en su apogeo, y figuras como Leto jugaron un papel crucial en este proceso. Hijo ilegítimo de Giovanni Sanseverino, príncipe de Salerno, desde joven tuvo acceso a una educación de alto nivel. Esta formación le permitió, con el tiempo, trasladarse a Roma, donde estudió bajo la tutela de Lorenzo Valla, uno de los más destacados humanistas de la época.
Durante su estancia en Roma, Pomponio Leto no solo se empapó de los conocimientos de Valla, sino que también tuvo contacto con otros brillantes pensadores como Pietro Oddo, quienes influyeron profundamente en su visión del mundo. Fue en este ambiente intelectual donde Leto concibió un ambicioso proyecto: recuperar los conocimientos y tradiciones de la Antigüedad clásica, no solo en el ámbito de las letras y las artes, sino también en las costumbres, la vida cotidiana y los rituales paganos.
Logros y contribuciones
Uno de los mayores logros de Pomponio Leto fue la fundación de la Accademia Romana en 1464. Situada en su propia residencia en la colina del Quirinal, esta institución se convirtió rápidamente en un centro de referencia para los intelectuales de la época. A través de la Accademia, Leto reunió a pensadores y artistas que compartían su deseo de resucitar la cultura grecolatina. Entre los asistentes más prominentes se encontraba el historiador toscano Filippo Buonaccorsi, cuya presencia en la Accademia fue clave para el desarrollo de la investigación histórica renacentista.
El trabajo de Leto no se limitó a la enseñanza. Como preceptor y filólogo, desarrolló importantes estudios sobre el latín y la cultura clásica. Entre sus escritos más destacados se encuentran tratados como De magistratibus, sacerdotiis et legibus Romanorum, que detallaba las instituciones políticas y religiosas de la Roma antigua, y De romanae urbis antiquitate libellus, una obra sobre la historia de la ciudad de Roma.
La relevancia de Pomponio Leto como educador se consolidó cuando, en 1466, fue llamado a colaborar con el Studio (Universidad) de Roma. Su labor académica se extendió también a Venecia, donde enseñó a los hijos de la aristocracia local y continuó su formación, con el propósito de aprender griego y árabe.
Momentos clave en su vida
A pesar de su reconocimiento como erudito, la vida de Pomponio Leto estuvo marcada por episodios de controversia y persecución. En 1488, fue acusado en Venecia de promover el paganismo y de incitar a relaciones homosexuales entre sus discípulos. Estas acusaciones no solo pusieron en peligro su carrera, sino que también le llevaron a ser arrestado por el Consiglio dei Dieci de Venecia, y más tarde a ser extraditado a Roma, donde las autoridades papales lo encarcelaron en el Castillo de Sant’Angelo.
El Papa Pablo II, que se había opuesto de manera vehemente a las ideas humanistas, aprovechó este escándalo para atacar a la Accademia Romana. Bajo su mandato, se acusó a la institución de conspirar para derrocar al gobierno papal, lo que resultó en la detención de varios de sus miembros, incluidos Filippo Buonaccorsi y Pomponio Leto. Durante su encarcelamiento, Leto redactó una defensa en la que trataba de justificar sus acciones, argumentando que su amor por los jóvenes discípulos era de naturaleza “socrática”, una relación educativa propia de los filósofos griegos.
El Papa Pablo II, sin embargo, continuó con la represión de los humanistas y sus ideas, lo que obligó a Leto a refugiarse en una vida más discreta. Tras su liberación, se casó para evitar más problemas con la Iglesia, y a partir de ese momento, su implicación en los rituales paganos disminuyó considerablemente.
Rehabilitación y relevancia posterior
Tras el escándalo y la reclusión, Pomponio Leto logró recuperar su prestigio, sobre todo gracias al apoyo del Papa Sixto V, quien, a diferencia de su predecesor, le brindó protección y reconocimiento. Esto le permitió seguir enseñando en Roma, donde continuó promoviendo los ideales humanistas y el estudio de la cultura clásica, aunque de una manera más moderada.
En 1472, fue incluido en una delegación que acompañó a Sofía Paleóloga, nieta del último emperador bizantino Constantino XIII Paleólogo, a Moscú. Sofía, que se casaría con el zar Iván III, se convirtió en una figura clave en la historia de Rusia, y la misión de Leto a Moscú subraya su prestigio como intelectual de renombre internacional.
A su regreso a Roma, Pomponio Leto continuó su labor docente, y su influencia en la educación humanista fue considerable. Además, escribió comentarios sobre las obras de grandes autores clásicos, como Virgilio y Quintiliano, lo que le consolidó como uno de los más grandes estudiosos de la literatura latina de su tiempo.
Legado de Pomponio Leto
Pomponio Leto murió en Roma en 1498, dejando tras de sí una profunda huella en el Renacimiento. Su contribución a la preservación y difusión del saber clásico fue fundamental para la evolución del pensamiento europeo de la época. Si bien muchas de sus obras no han perdurado, su labor educativa y su influencia sobre las generaciones posteriores de humanistas son indiscutibles.
Su vida estuvo marcada por la pasión por el conocimiento y la cultura de la Antigüedad, pero también por las controversias que le rodearon. El hecho de que haya logrado superar las dificultades y rehabilitar su imagen, a pesar de las persecuciones, refleja su resiliencia y su determinación para seguir promoviendo la idea de que el estudio de las antiguas civilizaciones era esencial para la regeneración cultural de Europa.
La figura de Pomponio Leto es, sin duda, una de las más significativas del Renacimiento, y su legado sigue siendo estudiado y admirado por su dedicación al resurgimiento de la cultura grecolatina, al igual que por su capacidad para navegar los peligros y las contradicciones de su tiempo.
MCN Biografías, 2025. "Pomponio Leto (1428-1498). El humanista que rescató el legado clásico del Renacimiento". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/pomponio-leto-giulio [consulta: 17 de octubre de 2025].