Azari Plisetski (s. XX). El legado del gran maestro del ballet ruso
Azari Plisetski, un destacado bailarín, coreógrafo y maestro de ballet ruso, es conocido tanto por su extraordinaria carrera artística como por su influencia en la danza a lo largo de los años. Hermano de la célebre Maya Plisetskaya y sobrino de Asaf Messerer, Azari nació en una familia profundamente vinculada al mundo de la danza, lo que marcó su destino y lo llevó a formar parte de algunas de las compañías más prestigiosas del mundo. Su vida estuvo dedicada a la perfección técnica y a la transmisión del arte del ballet a través de su faceta como coreógrafo y maestro.
Orígenes y contexto histórico
El talento artístico de Azari Plisetski se forjó en un ambiente familiar único, que le permitió desde muy temprana edad adentrarse en el mundo de la danza. Estudió en la prestigiosa Escuela Coreográfica de Moscú, una de las instituciones más importantes de Rusia, donde fue guiado por su propio tío, Asaf Messerer, quien también fue una figura influyente en el ballet soviético. A lo largo de su formación, Plisetski también recibió clases de renombrados maestros como Nicolay Tarasov y Alexei Varmalov, quienes contribuyeron a su desarrollo técnico y artístico.
Desde sus primeros años como bailarín, Azari se destacó por su extraordinaria habilidad y su dominio de los movimientos técnicos que le permitieron formar parte de los más prestigiosos escenarios del mundo. Su carrera fue paralela a una época de gran auge para el ballet ruso, marcado por el esplendor del Ballet Bolshoi y la prominencia internacional de sus bailarines y coreógrafos.
Logros y contribuciones
Azari Plisetski no solo fue un bailarín de renombre, sino también un influyente coreógrafo que dejó una huella indeleble en la historia del ballet. Su carrera despegó cuando debutó en 1957 con el Ballet Bolshoi, la compañía más famosa de Rusia, donde comenzó a consolidarse como una estrella emergente. En 1963, un giro en su carrera lo llevó a unirse al Ballet Nacional de Cuba, donde pasó diez años trabajando como bailarín, coreógrafo y maestro. Durante este tiempo, contribuyó con varias creaciones que fueron incorporadas al repertorio de la compañía cubana y que más tarde se extendieron a otras importantes compañías de ballet, como el Ballet de Stuttgart y el Ballet del Teatro Lírico Nacional.
Algunas de las piezas más destacadas de su autoría incluyen La Avanzada (1964), Primer Concierto (1971) y Canto Vital (1973), esta última una de sus composiciones más aclamadas, que fue puesta en escena en diferentes países y compañías. En la obra Canto Vital, su innovador enfoque coreográfico ofreció una visión profunda de la danza contemporánea, fusionando elementos del ballet clásico con la modernidad. Este tipo de obras, que exploraban nuevas formas y perspectivas del ballet, marcaron a Azari como un innovador dentro de la danza.
Plisetski también formó parte de colaboraciones internacionales, destacando su relación profesional con algunas de las figuras más influyentes del ballet mundial. Fue compañero artístico de la célebre Alicia Alonso, con quien realizó numerosas presentaciones, incluyendo la Gala Expo ’67 de Les Grands Ballets Canadiens y el icónico Carmen con el Ballet Arabesque de Bulgaria. Además, su participación con el Tchaikovsky Tokyo Memorial Ballet Company en 1972, le permitió llevar el ballet ruso a una audiencia aún más amplia.
Momentos clave
A lo largo de su carrera, Plisetski vivió numerosos momentos clave que consolidaron su reputación y le dieron el reconocimiento que hoy posee. Algunos de los más importantes incluyen:
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1957: Debut en el Ballet Bolshoi de Moscú, que marcaría el inicio de una exitosa carrera.
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1963-1973: Su paso por el Ballet Nacional de Cuba, donde se convirtió en una de las figuras más prominentes de la compañía y creó varias obras de relevancia.
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1967: Interpretación de Giselle en la Gala Expo ’67 de Les Grands Ballets Canadiens junto a Alicia Alonso, un hito en su carrera internacional.
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1971: Regreso a Moscú para bailar El Lago de los Cisnes junto a Josefina Méndez, un clásico del repertorio.
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1978: Colaboración con el Ballet du XXe Siècle de Maurice Béjart, otra de las grandes influencias en su carrera.
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1981: Nombramiento como maestro de ballet en el Teatro Kirov, uno de los más importantes del mundo.
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1983-1984: Estancia en el Ballet de Marseille de Roland Petit, lo que marcó una nueva etapa en su carrera como maestro y coreógrafo.
Relevancia actual
La relevancia de Azari Plisetski sigue viva hoy en día gracias a su profunda influencia sobre generaciones de bailarines y coreógrafos. Tras su regreso a Rusia en 1989, continuó trabajando como maestro y coreógrafo, contribuyendo al Teatro Estatal de Ballet de Moscú y a diversas compañías europeas. A pesar de su carrera llena de viajes y trabajos internacionales, su legado en Rusia nunca se desvaneció, y su influencia permaneció en las generaciones más jóvenes que encontraron en su técnica y en su visión una fuente de inspiración constante.
En la actualidad, sigue trabajando con el Béjart Ballet Lausanne, una de las compañías más respetadas del mundo, llevando su arte y enseñanza a nuevos horizontes. A lo largo de su carrera, Plisetski ha logrado mantenerse como una figura de relevancia global en el mundo de la danza, no solo por su talento como intérprete, sino también por su capacidad para innovar y enseñar.
Gracias a su talento y legado, Azari Plisetski continúa siendo una figura esencial dentro de la historia del ballet, consolidándose como uno de los más grandes artistas que Rusia ha dado al mundo de la danza.
MCN Biografías, 2025. "Azari Plisetski (s. XX). El legado del gran maestro del ballet ruso". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/plisetski-azari [consulta: 28 de septiembre de 2025].