María Belén Miranda (s. XIX): La dramaturga cubana que dejó huella en el teatro infantil
María Belén Miranda fue una dramaturga hispanocubana del siglo XIX cuyo nombre se asocia a la obra de teatro infantil El rosario perdido. Aunque la información disponible sobre su vida es escasa, su contribución al teatro cubano de la época es destacada por la pieza que creó y que llegó a ser interpretada por niños actores en La Habana en 1867. A través de este trabajo, se inserta dentro de una generación de escritores y artistas que marcó la transición entre el colonialismo y los primeros pasos hacia la independencia de Cuba. Aunque su obra es única y no se conservan más registros de su trabajo, el hecho de que haya quedado plasmada en la historia del teatro cubano le otorga un lugar importante en la narrativa cultural de la isla.
Orígenes y contexto histórico
María Belén Miranda nació en un contexto de efervescencia social y cultural en Cuba, en una época en la que la isla vivía intensos procesos históricos, con la esclavitud aún vigente y con los ecos de las luchas por la independencia que marcaban a la sociedad cubana. A mediados del siglo XIX, las artes y la literatura en Cuba experimentaron un auge con la aparición de nuevas formas de expresión, entre ellas el teatro. Los cambios políticos y la búsqueda de identidad cultural favorecieron el desarrollo de diversas corrientes artísticas, y el teatro jugó un papel esencial en la transmisión de ideas y valores de la época.
Miranda formó parte de una corriente literaria y teatral que se destacó en la segunda mitad del siglo XIX, justo antes de los grandes cambios que se producirían con la independencia de Cuba y la instauración de la república. La dramaturga se encuadra dentro de una generación de artistas y escritores que exploraron el teatro como una forma de llegar a diversos públicos, incluido el infantil. Este contexto histórico fue fundamental para el florecimiento de una serie de obras que reflejaban tanto las tensiones sociales como las necesidades educativas y culturales del momento.
Logros y contribuciones
El principal logro de María Belén Miranda fue la creación de El rosario perdido, una obra de teatro destinada al público infantil. A pesar de que la pieza no fue publicada ni se conserva ningún manuscrito de la misma, se sabe que fue estrenada en La Habana en 1867. Lo notable de esta obra es que fue interpretada por niños actores, lo que la convierte en una de las primeras en Cuba en incorporar a niños en papeles protagónicos en el ámbito teatral. Este detalle es fundamental, ya que marca una característica distintiva de la obra de Miranda en el contexto del teatro infantil cubano.
El estudio del teatro cubano de la época realizado por Rine Leal en su obra La selva oscura. De los bufos a la neocolonia. Historia del teatro cubano de 1868 a 1902, le otorga a Miranda un lugar en la historia cultural de Cuba, dentro de ese grupo generacional de escritores que, aunque no ampliamente conocidos, tuvieron una influencia importante en el desarrollo del teatro cubano de finales del siglo XIX. En particular, El rosario perdido refleja las preocupaciones educativas y sociales de la época, al dirigirse a los más jóvenes con una propuesta que no solo buscaba entretener, sino también enseñar valores y principios.
Momentos clave
Aunque la información sobre la vida de María Belén Miranda es limitada, existen varios momentos clave que marcan su relevancia dentro del teatro cubano:
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1867: Estreno de El rosario perdido en La Habana, una obra de teatro infantil interpretada por niños actores, lo que la convierte en una pieza innovadora para su época.
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Segunda mitad del siglo XIX: Periodo en el que se inscribe su obra dentro de un florecimiento cultural y teatral que preparó el terreno para la independencia de Cuba y la creación de una identidad nacional.
Relevancia actual
La relevancia de María Belén Miranda hoy radica principalmente en su obra El rosario perdido, que, a pesar de no haberse conservado en su totalidad, representa un hito en la historia del teatro cubano, especialmente dentro de la tradición del teatro infantil. El hecho de que su obra haya sido interpretada por niños actores muestra un enfoque innovador y valioso en su época. En una Cuba que comenzaba a transformar su identidad cultural, el teatro infantil se convertía en un vehículo fundamental para transmitir valores y principios a las nuevas generaciones.
El estudio de la obra de Miranda es clave para entender la evolución del teatro en Cuba y el papel de las mujeres en las artes, especialmente en una época en la que las mujeres eran figuras menos reconocidas en la historia literaria y teatral. Aunque su obra no dejó una huella tan amplia como otros dramaturgos de su tiempo, su contribución al desarrollo del teatro cubano es innegable. La brecha histórica que ha dejado su legado, al estar limitado principalmente a una sola obra, invita a la reflexión sobre las dificultades que enfrentaron muchas mujeres de su tiempo para lograr reconocimiento en un ámbito dominado por hombres.
María Belén Miranda es un ejemplo de cómo el teatro puede ser una herramienta para la educación infantil y una vía para el desarrollo cultural. Aunque su nombre no es ampliamente conocido hoy, su contribución sigue siendo importante para los estudios teatrales y literarios de Cuba.
Bibliografía
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HORMIGÓN, Juan Antonio (dir.) Autoras en la Historia del Teatro Español (1500-1994). Madrid: Publicaciones de la Asociación de Directores de Escena de España, 1996.
MCN Biografías, 2025. "María Belén Miranda (s. XIX): La dramaturga cubana que dejó huella en el teatro infantil". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/miranda-maria-belen [consulta: 29 de septiembre de 2025].