Mazquiarán Torrontegui, Diego, «Fortuna» (1895-1940): El torero que desafió el destino

Diego Mazquiarán Torrontegui, conocido en el mundo taurino como “Fortuna”, nació el 20 de febrero de 1895 en Sestao, Vizcaya, y su vida estuvo marcada por la valentía, la destreza y una relación con la suerte tan particular que incluso le valió su sobrenombre. Este matador de toros español, que dejó una huella indeleble en la historia del toreo, es recordado no solo por su carrera llena de altibajos, sino también por su valiente enfrentamiento con el destino en diversas ocasiones. En este artículo, exploraremos su historia, sus logros, y el contexto histórico que enmarcó su vida y carrera.
Orígenes y contexto histórico
Diego Mazquiarán Torrontegui nació en una época en que el toreo ya era una tradición profundamente arraigada en la sociedad española. A principios del siglo XX, el mundo del toro era un campo de gran competitividad, pero también de enorme respeto y fascinación. El joven Diego creció en un entorno donde la afición taurina estaba muy presente, lo que seguramente alimentó su deseo de convertirse en matador. No obstante, el camino hacia el éxito sería arduo y repleto de desafíos.
Su bautismo en las plazas de toros ocurrió en 1914, cuando, con tan solo 19 años, debutó en la plaza de Madrid. Esta primera actuación marcó el inicio de una trayectoria que le llevaría a alcanzar el reconocimiento en diversas plazas españolas y extranjeras. A pesar de que al principio su nombre no fue tan conocido, la constancia y su audacia lo llevaron a enfrentarse a situaciones extremas que, al final, le harían famoso en el mundo taurino.
Logros y contribuciones
El 17 de septiembre de 1916, Diego Mazquiarán Torrontegui, apadrinado por el legendario Rafael Gómez Ortega (más conocido como «El Gallo»), recibió su alternativa en la plaza de Madrid. Fue un momento clave en su carrera, pues de este modo pasó a formar parte de los matadores de toros de primer nivel. Su primer toro, Podenquero, perteneciente a la ganadería de Benjumea, fue la oportunidad para que Fortuna demostrara su destreza y valentía. En esa temporada de 1916, participó en un total de nueve corridas.
En los siguientes años, su carrera experimentó un crecimiento constante. A pesar de sufrir graves percances, como el que tuvo lugar en 1917 en la plaza de toros de Huelva, donde fue cogido con severidad, Diego Mazquiarán Torrontegui siguió su camino con determinación. Durante esa temporada, toreó un total de 35 corridas, lo que demuestra la resiliencia y la tenacidad que lo caracterizaron.
La década de 1920 fue, en muchos aspectos, la mejor de su carrera. En 1921, a pesar de sufrir una cornada que hizo temer por su vida en Madrid, el torero de Sestao logró hacer frente a 30 corridas en España y Venezuela. Sin embargo, fue en 1922 cuando alcanzó su mayor número de actuaciones, con 35 corridas en territorio español. Aunque a partir de ese año su presencia en los carteles de las grandes ferias taurinas fue disminuyendo, Diego Mazquiarán Torrontegui continuó demostrando su valía, tanto dentro como fuera de las plazas.
Momentos clave
A lo largo de su carrera, varios momentos clave marcaron su vida y su legado. Uno de los más célebres ocurrió en 1928, cuando la diosa Fortuna le sonrió de manera sorprendente. En un hecho heroico que fue muy comentado en la prensa, un toro bravo se escapó por las calles de Madrid, sembrando el pánico entre los ciudadanos. Fue entonces cuando Diego Mazquiarán Torrontegui, conocido como “Fortuna”, se presentó como el único capaz de enfrentar la situación. Con un estoque en mano, el matador detuvo al toro y lo despenó sobre la misma Gran Vía madrileña, un acto de valentía que le valió la Cruz de la Beneficencia.
Este incidente fue tan impactante que el propio Nicanor Villalta, otro matador de toros famoso, le entregó la condecoración durante la corrida de la prensa celebrada el 11 de octubre de ese año. Este evento consolidó su estatus como una figura popular no solo en el mundo taurino, sino también en la sociedad española.
A partir de 1929, Diego Mazquiarán Torrontegui se centró en sus actividades taurinas en América, donde cosechó diversos éxitos. No fue hasta 1931 que regresó a España para retomar su carrera, aunque su presencia en las plazas ya no era la misma de antes. Las temporadas de 1932, 1933 y 1934 fueron especialmente complicadas, ya que su aparición en los ruedos fue cada vez más limitada.
Relevancia actual
La figura de Diego Mazquiarán Torrontegui, «Fortuna», sigue siendo una de las más recordadas dentro del mundo taurino. Aunque su carrera tuvo un ocaso prematuro debido a diversos factores, incluidos los problemas de salud y su eventual internamiento en un manicomio en Lima, Perú, su legado perdura en la memoria de los aficionados al toreo.
A través de su valentía y su habilidad en el ruedo, «Fortuna» logró trascender más allá de la simple figura de un matador de toros. Su historia se ha convertido en un símbolo de la lucha contra el destino y la determinación frente a las adversidades. Su nombre sigue siendo mencionado con admiración y respeto, y su hazaña en la Gran Vía de Madrid es recordada como uno de los gestos de heroísmo más singulares en la historia del toreo.
A pesar de que su vida terminó de manera trágica en 1940, su influencia en el mundo taurino continúa siendo relevante. La historia de “Fortuna” es un testimonio de cómo, incluso en los momentos de mayor dificultad, un hombre puede desafiar su suerte y hacer frente a los mayores desafíos con coraje y determinación.
Cronología de los logros de Diego Mazquiarán Torrontegui
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1914: Debut en la plaza de toros de Madrid.
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1916: Toma de alternativa en Madrid apadrinado por Rafael Gómez Ortega («El Gallo»).
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1917: Grave cogida en Huelva, pero torea un total de 35 corridas.
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1921: Sufre una cornada en Madrid, pero torea 30 corridas en España y Venezuela.
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1922: Temporada más exitosa, con 35 corridas en España.
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1928: Acto heroico en la Gran Vía de Madrid, donde despenó un toro que sembraba el pánico en las calles.
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1930-1934: Su carrera taurina comienza a declinar, con su participación en corridas limitadas.
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1935: Se traslada a América, donde continúa su carrera hasta la Guerra Civil.
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1940: Fallece en Lima, Perú, tras haber sido internado en un manicomio debido a problemas de salud mental.
La historia de Diego Mazquiarán Torrontegui, conocido como “Fortuna”, es un relato de valentía, perseverancia y, sobre todo, de la lucha contra la adversidad. Un torero que, con su destreza y su coraje, dejó una marca en la historia del toreo, enfrentándose siempre a su destino con la determinación propia de los grandes.
MCN Biografías, 2025. "Mazquiarán Torrontegui, Diego, «Fortuna» (1895-1940): El torero que desafió el destino". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/mazquiaran-torrontegui-diego [consulta: 1 de octubre de 2025].