José Carlos Mariátegui La Chira (1894–1930): Un Pensador Revolucionario del Perú
José Carlos Mariátegui La Chira (1894–1930): Un Pensador Revolucionario del Perú
Contexto histórico y orígenes de José Carlos Mariátegui (1894–1930)
El nacimiento de un pensador en Moquegua
José Carlos Mariátegui nació el 14 de junio de 1894 en Moquegua, una pequeña ciudad del sur de Perú, en un contexto marcado por profundas desigualdades sociales y políticas. El país vivía una era de tensiones sociales intensas, con una marcada lucha de clases entre la élite terrateniente y la creciente población obrera, que comenzaba a tomar conciencia de sus derechos. La sociedad peruana en ese entonces se encontraba aún bajo la influencia de estructuras coloniales que limitaban el desarrollo de una clase media fuerte, mientras que la población indígena y obrera sufría una explotación sistemática.
Hijo de Amalia La Chira y Javier Francisco Mariátegui, José Carlos fue testigo desde su infancia de las dificultades de su madre para criar a sus tres hijos tras el abandono de su esposo. La familia se mudó a Lima cuando José Carlos tenía apenas seis años, y fue allí donde el joven comenzó a enfrentarse a la realidad de una sociedad capitalista que excluía a la mayoría. Desde un principio, Mariátegui no fue un niño común. La situación de pobreza familiar, combinada con una profunda sensibilidad hacia las injusticias sociales, despertó en él un temprano interés por las problemáticas del país y por la forma en que la historia de Perú se estaba forjando.
La formación autodidacta y sus primeros pasos en el periodismo
La vida de José Carlos dio un giro radical a los ocho años cuando sufrió un accidente en Huacho, que le dejó como secuela una discapacidad permanente: una grave lesión en su rodilla izquierda que lo dejó cojo para el resto de su vida. Este accidente, que le impidió asistir a la escuela de forma regular, fue un momento clave que lo llevó a convertirse en un autodidacta. En lugar de quedarse limitado por su lesión, comenzó a formarse de manera autodidacta, apoyado por su madre y su hermana mayor, quienes fueron sus primeras maestras.
Este período de convalecencia en el que se dedicó a la lectura y el estudio se convirtió en una base sólida para sus futuras incursiones en la política y la literatura. Sin embargo, para ayudar a su familia a salir de la precariedad, se vio obligado a buscar trabajo en el diario La Prensa de Lima, donde comenzó a desempeñarse como ayudante en los talleres de linotipia. Gracias a su esfuerzo y dedicación, ascendió dentro de la redacción y en 1911, a tan solo 17 años, publicó su primer artículo sin la autorización previa de sus superiores. Su pasión por el periodismo lo llevó a convertirse en redactor del diario en 1914 bajo el seudónimo de Juan Croniqueur.
Paralelamente, Mariátegui se relacionó con círculos intelectuales de la época, colaborando con revistas de diversa índole, como Mundo Limeño, Lulú, El Turf, Vesperal y Alma Latina. Su relación con el escritor y poeta Abraham Valdelomar, miembro del grupo Colónida, también fue decisiva para su futuro como intelectual, ya que le permitió acercarse a las corrientes literarias y sociales de la vanguardia peruana.
Ingreso al mundo intelectual y la amistad con Abraham Valdelomar
A medida que Mariátegui profundizaba en su actividad periodística, también ampliaba su horizonte intelectual. La amistad con Abraham Valdelomar le abrió las puertas al grupo Colónida, un círculo literario que promovía una renovación cultural en el Perú. Este ambiente estimulante ayudó a consolidar su identidad como escritor y pensador, aunque aún con una inclinación hacia posturas literarias «decadentistas» y vinculadas a la bohemia intelectual.
Sin embargo, a pesar de su cercanía con los círculos literarios, las primeras obras teatrales de Mariátegui, como Las Tapadas y La Mariscala, no tuvieron éxito en el ámbito cultural, pues la crítica las consideró mal elaboradas. A pesar de estos tropiezos iniciales, Mariátegui continuó explorando nuevas formas de expresión y adquirió una visión crítica del panorama político y social del país. Esta visión crítica lo llevó a involucrarse aún más en la política, donde sus puntos de vista comenzaron a inclinarse hacia el socialismo y las ideas de la Revolución Rusa.
En 1916, Mariátegui comenzó a trabajar como cronista parlamentario en el diario El Tiempo, lo que le permitió conocer de cerca las dinámicas de poder y las luchas políticas de la época. Aunque su primer período como periodista estuvo marcado por actitudes artísticas y algo «decadentistas», como lo evidenció el escándalo del cementerio de 1917, su acercamiento al socialismo se fue consolidando gracias a las influencias de los movimientos internacionales.
Desarrollo de su carrera intelectual y activismo político
El año 1918 marcó un punto de inflexión en la vida de José Carlos Mariátegui. Durante este período, la Revolución Rusa, las ideas de Woodrow Wilson, el presidente de Estados Unidos, y la influencia de intelectuales como Víctor Maúrtua comenzaron a moldear sus posiciones políticas. La predicación socialista le proporcionó una nueva perspectiva sobre la organización de la sociedad y la lucha de clases. Es en este contexto que Mariátegui da el paso definitivo hacia el socialismo, adoptando un enfoque crítico y peculiar que lo llevaría a ser uno de los grandes pensadores del marxismo en América Latina.
Su primer proyecto político relevante fue la revista Nuestra Época, que fundó en 1918 junto a César Falcón. Aunque esta publicación tuvo una vida efímera, sólo logrando ver la luz en dos números, marcó el comienzo de su activa participación en la vida política. En su editorial antimilitarista, Mariátegui expresó sus opiniones sobre los problemas sociales y políticos de la época, lo que provocó un ataque directo por parte de militares y el cierre de la revista. Este primer choque con el poder no hizo más que consolidar su compromiso con las ideas de justicia social y su postura contra la opresión de las clases populares.
A pesar de la breve existencia de Nuestra Época, este periodo fue clave para el pensamiento político de Mariátegui. Junto a otros intelectuales y obreros, fundó el Comité de Propaganda y Organización Socialista, aunque las diferencias internas llevaron a la disolución temprana del mismo. Sin embargo, este esfuerzo marcó el principio de una carrera en la que la militancia socialista sería el motor de su vida.
Consolidación de su línea de pensamiento y primeros enfrentamientos
La radicalización de la política en el Perú no pasó desapercibida para Mariátegui. En 1919, después del golpe de Estado de Augusto B. Leguía, el contexto político del país se tornó aún más tenso. Mariátegui, sin temor a enfrentarse con las autoridades, comenzó a tomar una postura de fuerte oposición al régimen de Leguía, lo que lo llevó a fundar un nuevo periódico: La Razón. Dirigido junto con César Falcón, este diario se convirtió en un espacio de apoyo para la lucha obrera y la reforma universitaria, además de servir como vehículo para sus ideas socialistas.
El golpe de Leguía de 1919, que buscaba consolidar el poder de una élite política y económica, fue interpretado por Mariátegui como una amenaza al bienestar de las clases populares. En respuesta a este régimen autoritario, sus publicaciones comenzaron a desafiar el orden establecido, lo que provocó la reacción del gobierno. En 1919, la imprenta Arzobispal, que publicaba La Razón, se negó a seguir imprimiendo el periódico, y su situación financiera empeoró considerablemente.
Con el cierre de La Razón, el gobierno peruano ofreció becas a intelectuales que pudieran viajar a Europa. Mariátegui aceptó la oferta, con el objetivo de enriquecer su formación política y académica, además de fortalecer sus ideas socialistas. En 1920, se embarca hacia Italia, y en el continente europeo se abriría una nueva etapa en su vida.
Viaje a Europa y formación marxista
El viaje a Europa fue una experiencia crucial para Mariátegui, quien tuvo la oportunidad de recorrer Italia, Francia, Alemania, Austria, Hungría y Checoslovaquia entre 1920 y 1923. Durante este tiempo, no solo aprendió varios idiomas, sino que también se empapó de la teoría marxista, particularmente de la línea de la Tercera Internacional, o Comintern, que promovía la unidad entre los trabajadores del mundo en la lucha por una revolución proletaria.
Su estadía en Europa también lo colocó como testigo de algunos de los eventos más significativos de la época. Fue observador de los efectos de la Primera Guerra Mundial, las reparaciones que Alemania debía pagar y el ascenso del fascismo en Italia. Participó en el Congreso del Partido Socialista Italiano en Livorno y en huelgas obreras en el norte de Italia, lo que reforzó su compromiso con la causa socialista. Sus impresiones sobre estos eventos fueron recopiladas en sus Cartas de Italia, que fueron publicadas en El Tiempo, y que reflejaron su visión sobre la crisis económica y política de Europa.
En Europa también estableció contacto con otros intelectuales y activistas, y junto con los peruanos Carlos Roe, Palmiro Machiavelo y César Falcón, fundó la primera Célula Comunista peruana, buscando promover la organización de los obreros peruanos bajo el paraguas del marxismo. Este período en Europa, además de consolidar su ideología, le permitió ver de cerca las luchas de los obreros en el Viejo Continente, experiencias que más tarde aplicaría al contexto peruano.
La etapa final, legado y su impacto en la historia de Perú
La enfermedad y sus efectos en su activismo
A principios de 1923, José Carlos Mariátegui regresó a Perú, luego de haber vivido en Europa durante tres años. Aunque había adquirido una vasta formación intelectual, política y lingüística, su salud, que desde niño había sido frágil debido a la enfermedad que lo dejó cojo, empezó a deteriorarse nuevamente. En mayo de 1924, sufrió una grave recaída de la dolencia que había padecido en su infancia, lo que le obligó a someterse a la amputación de su pierna derecha. Esta nueva adversidad fue un golpe devastador para Mariátegui, ya que a partir de ese momento quedó dependiente de una silla de ruedas, lo que limitó su movilidad y su capacidad de interactuar físicamente con los movimientos sociales y políticos del país.
Sin embargo, a pesar de su condición de salud, Mariátegui no dejó de luchar por sus ideales y continuó con su trabajo intelectual y político. A partir de su enfermedad, se reactivó en la esfera pública y continuó colaborando en diversas publicaciones. En particular, en la revista Variedades y en Mundial, continuó escribiendo artículos sobre la situación política internacional y la realidad social del Perú. Asimismo, comenzó a elaborar nuevos proyectos editoriales, y en octubre de 1925, fundó junto a su hermano Julio César la Editorial Minerva, una empresa que sería crucial para la publicación de sus libros más influyentes.
La creación del Partido Socialista y su ruptura con Haya de la Torre
En este periodo de su vida, Mariátegui comenzó a darle forma a su proyecto político más ambicioso: la creación de un partido socialista de carácter marxista. A principios de 1928, fundó el Partido Socialista, que inicialmente no lograba cumplir con los requisitos internacionales de la Tercera Internacional, lo que generó una presión externa para cambiar su nombre a Partido Comunista. Este contexto de presión internacional fue un reflejo de las tensiones que Mariátegui vivió en su país, donde su lucha ideológica no solo era contra el orden establecido, sino también contra las divisiones internas dentro de la izquierda peruana.
Una de las rupturas más significativas de Mariátegui ocurrió en abril de 1928, cuando se distanció de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), liderada por Víctor Raúl Haya de la Torre. La ruptura fue producto de las diferencias filosóficas y estratégicas que Mariátegui mantenía con Haya de la Torre. Mientras que Mariátegui abogaba por un frente único obrero, Haya de la Torre buscaba consolidar un partido único, lo que Mariátegui consideraba incompatible con el tipo de organización socialista que él promovía.
Esta ruptura no solo marcó un giro en su vida política, sino que también redefinió las relaciones entre los movimientos de izquierda en Perú. En este mismo contexto, Mariátegui lanzó una campaña por la profundización de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), que se convertiría en un hito en la organización obrera en el país.
Muerte de Mariátegui y su legado
El 8 de octubre de 1928, tras una serie de adversidades políticas, Mariátegui fundó el Partido Socialista y fue elegido como su secretario general. Su teoría socialista, basada en una interpretación marxista de la realidad peruana, se plasmó en su obra más conocida, Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana (1928), un trabajo que sería considerado uno de los análisis más lúcidos sobre las problemáticas sociales y políticas del Perú en su historia. Mariátegui propuso un socialismo enraizado en la realidad del país, con un énfasis particular en las comunidades campesinas, que representaban una parte fundamental de la estructura social peruana.
Poco después, el 16 de abril de 1930, José Carlos Mariátegui falleció a los 36 años debido a las complicaciones de su enfermedad. Su muerte prematura truncó muchos de sus proyectos, pero su legado perduró en la historia de Perú y del pensamiento latinoamericano. A pesar de su corta vida, Mariátegui dejó un impacto profundo, tanto en el ámbito intelectual como en la política peruana.
El Partido Socialista, que él había fundado, sería transformado después de su muerte en el Partido Comunista, y sus ideas marxistas seguirían influyendo en generaciones de militantes y pensadores en el Perú y América Latina. Sus escritos, especialmente Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana, siguen siendo una referencia imprescindible para comprender la estructura social, económica y política de Perú, así como para pensar en las alternativas para transformar la realidad social de los pueblos latinoamericanos.
En la actualidad, José Carlos Mariátegui sigue siendo considerado uno de los pensadores más importantes de América Latina, y su influencia es sentida no solo en las ciencias sociales, sino también en los movimientos sociales y políticos que abogan por la justicia, la igualdad y la emancipación de los pueblos oprimidos. Su visión de un socialismo adaptado a la realidad de Perú, en vez de copiar modelos extranjeros, lo hace un pensador único, cuyo legado sigue vigente en la lucha por la transformación social.
MCN Biografías, 2025. "José Carlos Mariátegui La Chira (1894–1930): Un Pensador Revolucionario del Perú". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/mariategui-la-chira-jose-carlos [consulta: 18 de octubre de 2025].