Mahmud II (1758-1839). El emperador otomano que transformó el Imperio
Mahmud II, quien nació en 1758, se destacó por su reinado en una de las épocas más turbulentas y transformadoras del Imperio Otomano. Aunque su mandato estuvo marcado por conflictos internos y externos, la visión reformista que desplegó durante su tiempo en el trono dejó una huella profunda en la historia otomana y mundial.
Durante su reinado, Mahmud II tuvo que enfrentarse a una serie de desafíos que comprometían la estabilidad del imperio. Desde su ascenso al trono hasta su muerte en 1839, el sultán no solo luchó contra enemigos externos, como Rusia y Grecia, sino que también se vio obligado a lidiar con problemas internos, como la resistencia de los genízaros y los levantamientos populares. Estos eventos fueron fundamentales para las reformas que él impulsó, las cuales transformaron profundamente la estructura del Imperio Otomano.
Orígenes y contexto histórico
Mahmud II nació en 1758 en una época de gran inestabilidad para el Imperio Otomano. Aunque su ascenso al trono fue en parte orquestado por los genízaros, la poderosa clase militar que dominaba el ejército otomano, esto no significó un reinado fácil ni exento de tensiones. En 1808, fue colocado en el trono en lugar de su hermano Mustafá IV, en un contexto de intrigas políticas y luchas internas entre facciones. La influencia de los genízaros en ese momento era considerable, pero el destino de Mahmud II como monarca también estaba marcado por la necesidad de reformar un imperio que estaba perdiendo territorio y poder.
A lo largo de su vida, Mahmud II observó cómo el Imperio Otomano se veía amenazado por las ambiciones expansionistas de Rusia y las rebeliones de sus propios pueblos, como la insurrección de Grecia. Este complejo panorama internacional fue el contexto que dio forma a las decisiones que Mahmud II tomaría durante su reinado. En el ámbito interno, los genízaros desempeñaron un papel decisivo en el funcionamiento del ejército otomano, pero Mahmud II rápidamente reconoció que este grupo era un obstáculo para las reformas que pretendía implementar.
Logros y contribuciones
La reforma de los genízaros
Uno de los logros más notables de Mahmud II fue su decisión de acabar con el poder de los genízaros, un cuerpo militar que había sido fundamental para el ejército otomano durante siglos, pero que había llegado a ser un obstáculo para las reformas que el sultán deseaba implementar. En 1826, Mahmud II orquestó una purga sangrienta contra los genízaros, conocido como el Vesire-i Azam. Este evento, que resultó en la ejecución o exilio de miles de genízaros, fue crucial para que el sultán pudiera comenzar a reformar el ejército otomano. La nueva fuerza militar que instauró era más moderna, alineada con las tendencias militares occidentales, lo que representó una evolución significativa para el Imperio Otomano.
Además de la purga militar, Mahmud II impulsó varias reformas administrativas y sociales. Introdujo nuevas leyes que restringían el poder de los visires y reorganizó las instituciones gubernamentales para asegurar una mayor centralización del poder en la figura del sultán. También trató de modernizar el sistema judicial y promovió la educación, abriendo nuevas escuelas y academias en todo el imperio. Estas reformas marcaron el principio de un proceso que continuaría durante los reinados de sus sucesores, incluido Abdul Medjid, su hijo.
El conflicto con Grecia fue otro de los momentos decisivos durante el reinado de Mahmud II. En 1829, la insurrección griega contra el dominio otomano, que había comenzado en 1821, alcanzó un punto crítico con la batalla de Navarino. Este enfrentamiento naval, que involucró a las flotas turca, británica, rusa y francesa, resultó en una derrota decisiva para los otomanos, destruyendo gran parte de la marina imperial. Tras esta derrota, Mahmud II no tuvo más opción que reconocer la independencia de Grecia en 1830. Este evento representó un golpe devastador para la supremacía del Imperio Otomano en los Balcanes y un claro signo del declive de su poder.
Los tratados con Rusia
A lo largo de su reinado, Mahmud II también se vio involucrado en una serie de tratados con Rusia, lo que reflejaba la creciente amenaza del Imperio Ruso para el dominio otomano en Europa y Asia. El Tratado de Bucarest de 1812 fue uno de los acuerdos más significativos, por el cual el Imperio Otomano cedió la provincia de Besarabia a Rusia. Esta pérdida territorial fue solo el comienzo de una serie de derrotas ante el gigante ruso.
En 1833, Mahmud II firmó el Tratado de Unkiar Skelessi con Rusia, un acuerdo que comprometía al Imperio Otomano a apoyar a Rusia en caso de conflicto con otras potencias europeas. Este tratado fue un intento de equilibrar la balanza de poder, pero también simbolizó la creciente dependencia del Imperio Otomano respecto a Rusia, un hecho que generó tensiones con las potencias occidentales.
Momentos clave
Durante el reinado de Mahmud II, varios eventos marcaron la historia del Imperio Otomano:
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Ascenso al trono en 1808: Fue colocado en el poder por los genízaros tras la deposición de Mustafá IV.
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Tratado de Bucarest (1812): El Imperio Otomano cedió Besarabia a Rusia.
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La insurrección griega (1829): La batalla de Navarino y la posterior independencia de Grecia.
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Masacre de los genízaros (1826): Mahmud II desmanteló el poder de los genízaros.
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Tratado de Unkiar Skelessi (1833): Un acuerdo con Rusia que profundizó la influencia rusa sobre el imperio.
Relevancia actual
Aunque Mahmud II murió en 1839, su legado sigue siendo relevante en la historia del Imperio Otomano y del mundo. Las reformas que implementó sentaron las bases para las reformas más profundas que se producirían más tarde bajo su hijo Abdul Medjid y otros sucesores. El imperio, aunque en declive, experimentó una fase de modernización bajo su liderazgo, intentando adaptarse a las nuevas realidades políticas, económicas y militares de Europa.
Su enfoque en la modernización del ejército, la centralización del poder y la reforma administrativa tuvo un impacto duradero. Aunque no logró restaurar el poder imperial en su totalidad, su gobierno mostró la resiliencia del Imperio Otomano frente a los desafíos internos y externos de la época.
Al final de su reinado, el Imperio Otomano estaba marcado por la pérdida de territorios en Europa y Asia, pero también por la semilla de reformas que darían paso a una nueva era. La figura de Mahmud II sigue siendo un símbolo de la lucha del Imperio Otomano por adaptarse a los tiempos cambiantes, lo que le da una relevancia perdurable en los estudios de historia otomana y mundial.
MCN Biografías, 2025. "Mahmud II (1758-1839). El emperador otomano que transformó el Imperio". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/mahmud-ii [consulta: 28 de septiembre de 2025].