Magallanes, Fernando (1480–1521): Navegante que Abrió el Camino hacia el Fin del Mundo

Magallanes, Fernando (1480–1521): Navegante que Abrió el Camino hacia el Fin del Mundo

Contexto Histórico y Formación

Orígenes Familiares y Formación Inicial

Fernando de Magallanes nació en 1480 en Sabrosa, una pequeña localidad cerca de Oporto, Portugal. Provenía de una familia de la baja nobleza portuguesa, lo que le otorgó un estatus relativamente elevado para la época, pero sin la fortuna de otros miembros de la aristocracia. Su familia era parte de una generación que veía en la navegación una vía no solo para el prestigio, sino también para la riqueza. El joven Magallanes, desde temprano, mostró interés por los estudios geográficos y la ciencia náutica, influenciado por el auge de la navegación y el descubrimiento de nuevas rutas comerciales que dominaban la agenda de la corte portuguesa.

Su educación formal comenzó en la corte de Lisboa, donde recibió una formación humanística, lo que incluía estudios de historia, latín y ciencias. Además, tuvo acceso a estudios científicos, especialmente en el campo de la geografía y la navegación, dos disciplinas claves para un futuro en los mares. La corte de Lisboa, por su parte, era un hervidero de intelectuales y marineros que trabajaban en los avances tecnológicos y cartográficos necesarios para la exploración de nuevas tierras. Así, fue en este entorno que Magallanes forjó su pasión por el mar y sus misterios.

Su Primer Viaje y Primeros Encuentros con la Navegación

En 1505, Magallanes fue reclutado como empleado civil para participar en una de las expediciones portuguesas más importantes del momento: la expedición organizada por Francisco de Almeida, virrey de la India. Esta expedición tenía como objetivo consolidar las rutas comerciales portuguesas en África y Asia, en especial con la India, un territorio con gran valor estratégico debido a sus riquezas. A lo largo de este viaje, Magallanes comenzó a conocer las islas Molucas, conocidas por su abundancia de especias, en especial el clavo y la nuez moscada, que eran altamente codiciadas en Europa.

Durante su estancia en India y África, Magallanes no solo profundizó sus conocimientos sobre la navegación, sino que también desarrolló una profunda comprensión de las tensiones y complejidades de los mercados internacionales de la época. Fue una experiencia clave en su vida, pues observó las rutas comerciales que los portugueses habían establecido y cómo se negociaba y disputaba la supremacía sobre estos territorios.

Vuelta a Portugal y Caída en Desgracia

A su regreso a Portugal en 1513, Magallanes continuó sus servicios al reino participando en varias campañas militares en África, en particular en la lucha contra el imperio de Marruecos. Durante una de estas expediciones, que culminó en la captura de Ceuta en 1515, Magallanes resultó herido en una pierna, lo que le dejó secuelas para el resto de su vida. Esta herida, sin embargo, no fue el mayor revés que sufriría en estos años.

Poco después de su regreso, Magallanes cayó en desgracia en la corte de Manuel I de Portugal. El joven navegante comenzó a ser señalado por la corte debido a diferencias personales y profesionales, lo que lo llevó a perder su lugar entre los rangos militares de la nación. A pesar de sus logros, la corte portuguesa se mostró insensible a sus ambiciones de explorar nuevas rutas hacia Asia, y Magallanes, sin oportunidades para continuar su carrera en Portugal, se vio obligado a abandonar su tierra natal en busca de un nuevo patrocinador.

Su Búsqueda de Nuevas Oportunidades en España

Magallanes no tardó en encontrar un nuevo terreno donde pudieran prosperar sus sueños. En 1517, se trasladó a Sevilla, España, con la esperanza de encontrar apoyo para sus planes de explorar el mundo. Fue en esta ciudad, clave para la expansión de los dominios españoles en ultramar, donde presentó su propuesta al recién ascendido rey Carlos I (más tarde emperador Carlos V). Magallanes no solo buscaba conquistar tierras, sino también una ruta más directa hacia las especias, que en ese momento eran el objeto de deseo de las potencias europeas.

Magallanes se centró en demostrar que, según el Tratado de Tordesillas de 1494, las Islas Molucas caían dentro de los territorios de España y no de Portugal, como se sostenía en ese momento. Su propuesta era arriesgada pero revolucionaria: encontrar un paso hacia el este a través del continente americano, evitando las rutas establecidas por los portugueses. La corte española aceptó la propuesta, y en 1518, se firmó un acuerdo que otorgaba a Magallanes el título de capitán general de la Armada y gobernador de las tierras que pudiera descubrir.

Magallanes, acompañado de su cosmógrafo Rui Faleiro, estaba a punto de embarcarse en una expedición que cambiaría el rumbo de la historia. La empresa no solo implicaba la exploración de nuevas tierras, sino la construcción de una ruta que conectara Europa con las riquezas de Asia a través de un estrecho que, aún desconocido para la mayoría, prometía ser la llave para dominar el comercio de las especias.

La Esperanza de la Exploración y los Primeros Obstáculos

La expedición que Magallanes proyectaba era un desafío logístico sin precedentes. No solo tendría que cruzar un océano entero, sino que enfrentaría condiciones geográficas, climáticas y humanas extremadamente adversas. A pesar de esto, el joven navegante ya había demostrado una notable resistencia ante la adversidad, y su determinación lo llevaría a afrontar el primer gran reto: encontrar un paso a través de América, como primer paso hacia su ansiado objetivo: las islas Molucas.

Con el apoyo de la monarquía española, Magallanes se dispuso a organizar la travesía. Sin embargo, aún quedaban grandes obstáculos por superar, y las primeras señales de resistencia entre sus hombres serían solo una pequeña muestra de lo que les esperaba.

Desarrollo de su Carrera y Expedición en Busca del Paso hacia las Molucas

La Llegada a España y la Propuesta al Rey Carlos I

En 1517, tras su salida de Portugal, Magallanes llegó a Sevilla, donde se encontró con un escenario completamente diferente al que había dejado en su país natal. España, en ese momento, estaba en pleno proceso de expansión territorial, y su joven rey, Carlos I, acababa de ascender al trono. Este era un monarca dispuesto a reforzar la presencia española en las rutas comerciales internacionales y, por ende, un aliado potencial para los ambiciosos proyectos de Magallanes.

El navegante portugués presentó su propuesta a la corte española: una expedición hacia las islas Molucas por una ruta occidental, a través de un estrecho que esperaba encontrar en las costas americanas. Este trayecto evitaría la zona de influencia portuguesa, según lo estipulado en el Tratado de Tordesillas, y abriría una nueva vía para acceder a las codiciadas especias sin contravenir los acuerdos entre España y Portugal.

A pesar de las dudas y el escepticismo de algunos consejeros, la propuesta fue aceptada, y el 22 de marzo de 1518, Magallanes firmó la capitulación que le otorgaba el título de Capitán General de la Armada y Gobernador de los nuevos territorios que descubriera. Era un logro monumental para un hombre que había sido rechazado en su propio país, y Magallanes se preparó para liderar una expedición que cambiaría el rumbo de la historia.

Preparación y Zarpe de la Expedición

La expedición fue organizada con rapidez. El 20 de septiembre de 1519, Magallanes zarpó del puerto de Sanlúcar de Barrameda, al sur de España, al mando de una flota de cinco barcos: Trinidad, Concepción, San Antonio, Santiago y Victoria. La tripulación estaba compuesta por 270 hombres de diversas nacionalidades, incluidos españoles, portugueses, italianos y otros marineros europeos. La travesía, que tenía como objetivo principal encontrar el paso hacia las Molucas, se prometía ardua y peligrosa.

La expedición primero hizo una escala en las Islas Canarias para aprovisionarse antes de dirigirse hacia el suroeste. Con el horizonte del océano Atlántico por delante, las tensiones comenzaron a crecer entre los miembros de la tripulación. A pesar de la buena voluntad inicial, las diferencias de origen y nacionalidad, así como las dificultades inherentes al viaje, pronto pusieron a prueba la cohesión de la flota.

A lo largo de los meses, Magallanes se enfrentó a una serie de obstáculos naturales, como tormentas y mal tiempo, pero también tuvo que lidiar con los crecientes desacuerdos dentro de su tripulación. La fatiga, el miedo al desconocido y las dificultades para mantener el rumbo llevaron a la aparición de un motín a bordo de uno de los barcos. Magallanes, sin embargo, logró sofocar el levantamiento con firmeza, reafirmando su control sobre la expedición.

El Descubrimiento del Estrecho de Magallanes

A pesar de los conflictos y las difíciles condiciones de navegación, la expedición continuó su viaje. El 31 de marzo de 1520, llegaron a la bahía de San Julián, situada en la costa de lo que hoy es Argentina, donde la expedición pasó el invierno austral. Este periodo de estancamiento fue crucial, ya que permitió a Magallanes reorganizar su flota, aunque no estuvo exento de complicaciones. Durante su estancia en la bahía, perdió dos barcos: Santiago, que se envió en una misión de exploración y fue destruido por un temporal, y San Antonio, cuyo capitán desertó con parte de la tripulación.

Finalmente, en octubre de 1520, la expedición reanudó su viaje hacia el sur, buscando el ansiado paso que llevara al Pacífico. El 21 de octubre, después de meses de navegación, Magallanes y su flota descubrieron lo que sería el paso hacia el otro océano, un estrecho que él mismo denominó «Estrecho de Todos los Santos». Esta vía de navegación conectaba finalmente el Atlántico con el Pacífico, y la expedición salió al vasto océano Pacífico el 28 de noviembre, convirtiéndose en los primeros europeos en cruzar dicho estrecho.

El Viaje por el Pacífico: Un Desafío Mortal

El océano Pacífico, que había sido descubierto años antes por Vasco Núñez de Balboa en el istmo de Panamá, era aún un territorio desconocido para los europeos. A pesar de la falta de información precisa sobre las condiciones del océano y las costas, Magallanes y su flota decidieron continuar hacia el oeste, siguiendo la costa de lo que hoy es Chile.

Sin embargo, la travesía por el Pacífico resultó ser aún más dura de lo que nadie había anticipado. Durante los tres meses siguientes, la expedición navegó sin provisiones frescas ni agua potable, lo que llevó a la tripulación a padecer escorbuto, una enfermedad devastadora. La falta de alimentos y agua fresca, sumada a la desesperación de estar cruzando el océano sin un puerto a la vista, comenzó a minar la moral de los hombres a bordo.

A pesar de estas adversidades, Magallanes mantuvo el rumbo, y el 24 de enero de 1521, la expedición llegó finalmente a las Islas de los Ladrones, hoy conocidas como las Islas Marianas. Este fue un alivio para los hombres de la flota, que pudieron reabastecerse de alimentos frescos y agua potable. Sin embargo, el precio de la travesía aún era alto. Magallanes sabía que aún les quedaba un largo camino por recorrer.

La Llegada a las Filipinas y el Encuentro con los Nativos

Después de varias escalas en el Pacífico, el 16 de marzo de 1521, Magallanes y su flota llegaron al archipiélago de las Filipinas. Al llegar a las islas Visayas, Magallanes entabló una relación con los lugareños y, en particular, con el cacique de Cebú. Allí, Magallanes estableció el primer tratado entre los españoles y los habitantes de las Filipinas. El descubrimiento de las islas filipinas representaba no solo un logro geográfico, sino también estratégico, ya que la nueva ruta hacia las Molucas pasaba por este territorio.

Sin embargo, los eventos tomarían un giro trágico. El 27 de abril de 1521, Magallanes fue derrotado y muerto en un combate en la isla de Mactán, en el que luchó contra las fuerzas locales lideradas por el cacique Lapu-Lapu. La muerte de Magallanes significó el fin de su participación en la expedición, pero la travesía continuó bajo el liderazgo de su segundo al mando, Juan Sebastián Elcano.

Últimos Años, Muerte y Legado

El Futuro de la Expedición Tras la Muerte de Magallanes

La muerte de Fernando Magallanes en la isla de Mactán no solo significó un golpe devastador para la expedición, sino también un punto de inflexión crucial en la historia de la navegación. Al morir en combate, Magallanes dejó una flota en la que varios barcos y muchos marineros habían perdido la vida a causa de las inclemencias del viaje y de los conflictos internos. No obstante, su sueño de llegar a las Molucas y de establecer una nueva ruta comercial continuaba.

Bajo el liderazgo de Juan Sebastián Elcano, quien había sido uno de los capitanes de los barcos de Magallanes, la expedición continuó. A pesar de las dificultades, Elcano demostró ser un líder capaz de unir a la tripulación, que ya se encontraba exhausta y desgastada por el largo viaje. En los días siguientes a la muerte de Magallanes, los sobrevivientes de la flota se vieron obligados a tomar decisiones difíciles. La Trinidad, uno de los barcos, sufrió graves daños debido a las fugas de agua, y la San Antonio había desertado antes de llegar a las Filipinas.

A pesar de estos problemas, Elcano tomó el mando de la Victoria, el único barco que aún era capaz de seguir adelante. Con una tripulación reducida, decidieron continuar hacia las islas Molucas, en busca de las especias que Magallanes había prometido traer de vuelta a España.

La Llegada a las Molucas y el Regreso a España

Después de la muerte de Magallanes, la expedición se dirigió finalmente hacia las Islas Molucas, el objetivo original de la misión. El 7 de noviembre de 1521, la flota española alcanzó la isla de Tidore, en las Molucas, donde realizaron un importante contacto con el rey Almanzor. Aquí, lograron realizar intercambios comerciales de especias, un logro monumental en la historia de la exploración europea.

Sin embargo, la Trinidad seguía sufriendo de graves averías, lo que obligó a los miembros de la expedición a tomar la difícil decisión de dejarla atrás y regresar a España con la Victoria. A pesar de los esfuerzos de Elcano para reparar la nave y seguir su viaje hacia América, no lograron encontrar los vientos favorables para hacerlo. La Trinidad fue finalmente capturada por los portugueses en su intento de regresar a la costa española.

Elcano, por otro lado, se comprometió a llevar la Victoria de regreso a España, utilizando una ruta portuguesa. Este hecho revela que la expedición no tenía la intención original de completar una circunnavegación del mundo; esa idea solo surgió una vez que la situación de los barcos en las Molucas obligó a los sobrevivientes a buscar una manera de regresar a Europa. Elcano, entonces, se convirtió en el protagonista de lo que hoy reconocemos como la primera vuelta al mundo.

El 21 de diciembre de 1521, Elcano y su tripulación zarparon de las Molucas con rumbo a las Islas Azores, y tras un largo y peligroso viaje, llegaron a España el 6 de septiembre de 1522. A bordo de la Victoria iban solo 18 hombres de los 270 originales, un número que reflejaba las enormes pérdidas sufridas durante el viaje. No obstante, la carga de especias que traían a bordo, junto con el relato de la increíble hazaña, convirtió su regreso en uno de los momentos más celebrados en la historia de la navegación.

El Legado de Magallanes y la Revalorización Posterior

El viaje de la expedición de Magallanes, aunque no alcanzó su objetivo final bajo su mando, abrió una nueva era en la historia de la exploración y la navegación. La hazaña de Elcano, al completar la primera vuelta al mundo, consolidó la importancia de la travesía iniciada por Magallanes. Aunque muchos de los logros de Magallanes quedaron ensombrecidos por su muerte prematura, su legado perduró, especialmente gracias a los registros de Antonio Pigafetta, el cronista italiano que acompañó la expedición.

El impacto de la expedición de Magallanes fue monumental. No solo demostró la posibilidad de navegar alrededor del mundo, sino que también consolidó el dominio de España sobre las rutas comerciales del Pacífico y las Islas Molucas, claves en el comercio de especias. La apertura de estas nuevas rutas fortaleció la posición de España como una de las potencias marítimas del siglo XVI, y su influencia en los mares aumentó considerablemente.

Con el paso del tiempo, Magallanes fue reconocido como uno de los más grandes navegantes de la historia, aunque su figura fue reevaluada en distintos momentos. A lo largo de los siglos, muchos historiadores y exploradores admiraron su valentía, su visión y su capacidad para enfrentarse a lo desconocido, convirtiéndolo en un símbolo de la determinación humana ante los desafíos más insuperables.

La Ruta de Magallanes en la Historia y la Ciencia

El legado de Magallanes también tiene una dimensión científica. Su expedición fue un testimonio del poder de la exploración empírica y la importancia de la observación directa. A pesar de las numerosas dificultades que enfrentaron, los descubrimientos que realizaron sobre las costas del Pacífico, la geografía del estrecho y la propia experiencia de navegar a través de océanos desconocidos aportaron información invaluable para la ciencia de la navegación. Su viaje ofreció una nueva perspectiva sobre el tamaño del mundo y la interconexión de los océanos, lo que sentó las bases para futuros avances en la cartografía y la geografía.

El Héroe del Estrecho y de la Vuelta al Mundo

La figura de Magallanes, aunque trágicamente truncada en su vida, sigue siendo una de las más importantes de la historia de la navegación. Su visión de un mundo interconectado y su valentía para desafiar los límites del conocimiento de la época lo convierten en un pionero cuya influencia perdura hasta el día de hoy. Aunque no completó su sueño de circunnavegar el mundo, su expedición preparó el camino para que otros lo hicieran, marcando un antes y un después en la exploración global.

Con su nombre grabado en la historia de la humanidad, el estrecho que lleva su nombre es un recordatorio del legado de un hombre cuyo coraje cambió para siempre la comprensión del planeta y del océano que lo rodea.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Magallanes, Fernando (1480–1521): Navegante que Abrió el Camino hacia el Fin del Mundo". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/magallanes-fernando [consulta: 18 de octubre de 2025].