Jerónimo Gómez (s. XVII). El escultor que embelleció la Catedral de Málaga

Jerónimo Gómez (s. XVII). El escultor que embelleció la Catedral de Málaga

Jerónimo Gómez, destacado escultor español del siglo XVII, sobresale como uno de los grandes exponentes de la escultura barroca andaluza. Su nombre ha quedado ligado a la majestuosidad del tabernáculo de la Catedral de Málaga, un proyecto que, gracias a su maestría y precisión artística, ha perdurado como uno de los elementos más representativos del arte sacro español. Su formación como discípulo de Luis Ortiz marcó profundamente su estilo y técnica, dotándole de una habilidad excepcional para crear obras que reflejan tanto el fervor religioso de su tiempo como el refinamiento de la escuela andaluza.

Orígenes y contexto histórico

Jerónimo Gómez desarrolló su arte en el siglo XVII, una época clave para la escultura española. El Barroco dominaba el panorama artístico, caracterizado por la exaltación de la fe católica y un lenguaje visual lleno de dramatismo, movimiento y realismo. En este entorno, la escultura se convirtió en un poderoso vehículo de comunicación espiritual, encargada de conmover e inspirar a los fieles.

La Andalucía de la época, cuna de grandes escultores como Pedro de Mena y Alonso Cano, ofrecía un entorno propicio para el florecimiento de talentos como Gómez. Su formación con Luis Ortiz le permitió conocer a fondo las técnicas escultóricas más avanzadas de la época y adaptarlas a su propio lenguaje creativo.

La Catedral de Málaga, donde Gómez realizaría su obra más conocida, fue el epicentro de esta efervescencia artística y espiritual. Este templo, iniciado en el siglo XVI y continuado durante el XVII, combinaba estilos arquitectónicos góticos, renacentistas y barrocos, creando un marco excepcional para la creatividad de escultores como Jerónimo Gómez.

Logros y contribuciones

La contribución más sobresaliente de Jerónimo Gómez es, sin duda, su trabajo en el tabernáculo de la catedral malagueña. Este espacio litúrgico, concebido como un lugar sagrado para albergar el Santísimo Sacramento, requería una decoración de gran solemnidad y belleza. Gómez, con su profundo dominio de la talla en madera y la policromía, logró imprimirle un sello único y personal.

Principales características de su obra

  • Dramatismo y movimiento: siguiendo los cánones barrocos, las esculturas de Gómez están llenas de dinamismo y energía, capturando la atención del espectador y elevando su espíritu.

  • Riqueza decorativa: los adornos que acompañan las figuras reflejan una meticulosa atención al detalle, con motivos vegetales, ángeles y símbolos religiosos que enriquecen el conjunto.

  • Expresividad y espiritualidad: las figuras religiosas presentan rostros llenos de devoción y emociones, acercando lo divino a lo humano.

  • Maestría técnica: como discípulo de Luis Ortiz, Gómez heredó el conocimiento profundo de las técnicas de talla y policromía, fundamentales para dotar de realismo y belleza a sus esculturas.

La integración de estas características convirtió el tabernáculo en una auténtica obra maestra, ejemplo de la unión perfecta entre arte y fe.

Momentos clave

El proceso creativo de Jerónimo Gómez estuvo marcado por varios momentos significativos que consolidaron su legado artístico:

  • Formación con Luis Ortiz: bajo la tutela de este escultor, Gómez adquirió las bases técnicas y estéticas que definirían su carrera.

  • Ejecución del tabernáculo: su intervención en la catedral de Málaga supuso el punto culminante de su carrera, consolidando su fama como escultor de primer orden.

  • Difusión de su obra: aunque su producción no es tan extensa como la de otros contemporáneos, las esculturas y ornamentos que realizó para la catedral han sido admirados durante siglos, transmitiendo su genio creativo a generaciones posteriores.

Relevancia actual

Hoy en día, el legado de Jerónimo Gómez sigue vivo en cada rincón del tabernáculo que embelleció. Su trabajo representa un testimonio inigualable del talento escultórico andaluz del siglo XVII y del fervor religioso que impregnó cada creación de la época. El tabernáculo de la Catedral de Málaga continúa siendo un punto de referencia para estudiosos y amantes del arte sacro, que encuentran en sus esculturas un ejemplo perfecto del Barroco español.

Además, el redescubrimiento y valoración del patrimonio artístico de la catedral han impulsado la investigación sobre artistas como Gómez, cuyo nombre, aunque no tan conocido como el de otros escultores de la época, ha sido rescatado para ocupar un lugar destacado en la historia del arte andaluz.

El trabajo de Jerónimo Gómez ilustra la importancia de la escultura religiosa como vehículo de devoción y belleza, un arte que sigue conmoviendo a los visitantes que se acercan a contemplar el esplendor de la catedral malagueña. Su obra es una invitación a adentrarse en el universo barroco, un mundo de formas llenas de emoción y espiritualidad, donde cada escultura narra una historia y evoca un sentimiento.

Jerónimo Gómez, discípulo de Luis Ortiz y artífice de la grandeza escultórica de la Catedral de Málaga, representa el talento y la dedicación de aquellos artistas que, con sus manos, dieron forma a la fe y la esperanza de toda una época. Su legado continúa vivo, recordándonos la fuerza transformadora del arte y su capacidad para trascender el tiempo y el espacio.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Jerónimo Gómez (s. XVII). El escultor que embelleció la Catedral de Málaga". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/gomez-jeronimo [consulta: 28 de septiembre de 2025].