Crookes, Sir William (1832-1919): El pionero de la física experimental y la química

Crookes

William Crookes (1832-1919) fue un renombrado físico y químico inglés cuyo legado científico perdura gracias a sus descubrimientos fundamentales en el campo de la física experimental y la química. Nacido en Londres el 17 de junio de 1832, Crookes se destacó por su inquebrantable dedicación a la investigación y su capacidad para imaginar y desarrollar tecnologías innovadoras. Entre sus logros más sobresalientes se encuentran el descubrimiento del elemento químico talio y su invención del tubo de descarga de rayos catódicos, una herramienta esencial que permitió a los científicos descubrir el electrón y explorar fenómenos como el efecto fotoeléctrico.

Orígenes y contexto histórico

William Crookes fue el mayor de diecisiete hijos de un sastre londinense, lo que no solo marcó su vida familiar, sino también su perspectiva sobre la ciencia y la investigación. Desde joven, mostró un notable interés por la química y la física, lo que lo llevó a estudiar en el prestigioso Royal College of Chemistry. Fue aquí donde inició su formación y desarrolló una pasión por las ciencias aplicadas. En sus primeros años como científico, Crookes tuvo la oportunidad de trabajar como ayudante de Hofmann, quien, a su vez, fue una figura clave en su desarrollo profesional.

En 1854, Crookes asumió un puesto como ayudante en el observatorio de Oxford, donde continuó sus estudios y trabajos en diversas áreas científicas. Un año después, se le otorgó la cátedra de química en la Universidad de Chester, lo que le permitió consolidarse como un investigador independiente y comenzar a aportar sus propios descubrimientos a la comunidad científica. Un giro afortunado en su vida ocurrió cuando una considerable herencia le permitió abrir su propio laboratorio en Londres, lo que resultó en una mayor libertad para investigar y experimentar. Durante esta etapa, también fundó y editó la influyente revista Chemical News, que se publicó entre 1859 y 1906, donde compartió sus hallazgos y teorías con la comunidad científica.

Logros y contribuciones

El descubrimiento del talio

En 1861, Crookes realizó uno de sus descubrimientos más importantes: el aislamiento de un nuevo elemento químico, al que llamó talio. Este hallazgo ocurrió mientras examinaba el espectro de emisión de un pedazo de selenio en bruto. Al observar una línea brillante e inédita en el espectro, Crookes sospechó que podía tratarse de un nuevo elemento. Su intuición científica fue correcta, y el talio se unió a la lista de elementos químicos conocidos en su tiempo.

Para confirmar sus teorías y ampliar sus investigaciones, Crookes diseñó y construyó un innovador dispositivo: el radiómetro, una modificación del radiómetro de Hittorf. Este aparato, que consistía en unas aspas muy ligeras insertadas en una ampolla de cristal con gas a baja presión, permitió observar cómo las aspas se movían cuando estaban expuestas a energía radiante. Este fenómeno brindó evidencia experimental de la teoría cinética de los gases y se convirtió en una herramienta clave para futuros estudios en física.

La materia radiante y sus investigaciones en física

Crookes también hizo aportaciones significativas a la física, especialmente en lo que respecta al estudio de las descargas eléctricas. Sus investigaciones sobre los rayos catódicos fueron fundamentales para la comprensión de las propiedades de las partículas subatómicas. Al estudiar las descargas en tubos de vacío, Crookes descubrió que los rayos catódicos viajaban en línea recta, proyectaban sombras, calentaban objetos y se desviaban al ser sometidos a campos magnéticos. A partir de estos hallazgos, Crookes propuso que los rayos catódicos estaban formados por partículas de carga eléctrica negativa, lo que resultó ser una predicción clave en el descubrimiento posterior del electrón por J. J. Thomson veinte años después.

En 1879, Crookes formuló la teoría de la existencia de un nuevo estado de la materia, al que denominó «materia radiante». Esta teoría fue reconocida por la comunidad científica, y el propio Crookes recibió un premio de la Academia de Ciencias de Francia, que incluyó una medalla conmemorativa y una suma de 3.000 francos. Este premio fue un reconocimiento a su capacidad experimental y a la profundidad de sus teorías.

Innovaciones tecnológicas y científicas

Además de sus investigaciones en química y física, Crookes fue un prolífico inventor. A lo largo de su carrera, desarrolló una serie de dispositivos y tecnologías que tuvieron un impacto significativo en diversas industrias. Uno de sus inventos más notables fue el espintariscopio, un dispositivo destinado a detectar la emisión de partículas alfa de elementos radiactivos. Este aparato fue utilizado en los estudios de radiactividad, lo que representó un avance importante en el campo de la física nuclear.

Crookes también estuvo involucrado en la investigación de métodos para la obtención de diamantes industriales, el estudio de la producción de azúcar de remolacha y la construcción de sistemas de saneamiento. De hecho, fue un firme defensor de la necesidad de obtener abonos químicos a partir del nitrógeno del aire para asegurar el mantenimiento de los cultivos agrícolas, un concepto que contribuyó al desarrollo de la agricultura moderna.

En un campo más especulativo, Crookes se adentró en la investigación de fenómenos paranormales y en la teoría de la telepatía. Sostuvo que entre los cerebros humanos existía una forma de comunicación ondulatoria, una propuesta que, si bien no fue aceptada por la ciencia convencional, muestra la amplitud de sus intereses y su imaginación científica.

Momentos clave en la vida de Crookes

A lo largo de su carrera, William Crookes vivió numerosos momentos clave que definieron su legado. Entre ellos, destacan:

  • 1854: Comienza a trabajar como ayudante en el observatorio de Oxford.

  • 1855: Obtiene la cátedra de química en la Universidad de Chester.

  • 1861: Descubre el talio al examinar el espectro de emisión del selenio.

  • 1879: Propone la teoría de la «materia radiante», un nuevo estado de la materia.

  • 1906: Finaliza su trabajo editorial en Chemical News, tras 47 años de publicación.

Relevancia actual

Aunque muchas de las investigaciones de Crookes fueron realizadas hace más de un siglo, sus contribuciones siguen siendo relevantes hoy en día. Su trabajo en la teoría de los electrones y las descargas catódicas fue esencial para el desarrollo de la electrónica moderna, una de las principales fuerzas impulsoras de la tecnología en la actualidad. El radiómetro de Crookes sigue siendo utilizado en diversos experimentos educativos y científicos, y sus investigaciones sobre los rayos catódicos influyeron en generaciones de científicos que sentaron las bases de la física moderna.

El legado de William Crookes es un testimonio de la importancia de la experimentación y la curiosidad en la ciencia. Su capacidad para descubrir, innovar y experimentar lo posiciona como una de las figuras más influyentes en la historia de la ciencia.

Obras y publicaciones más destacadas

William Crookes fue un autor prolífico, y sus trabajos en ciencia y tecnología han dejado una huella indeleble. Entre sus publicaciones más destacadas se encuentran:

  • Disinfectants for Cattle Plague (1866)

  • Manufacture of Beetroot Sugar in England (1870)

  • Dyeing and Tissue Printing (1882)

  • London Water (1896)

  • Diamonds (1909)

Su capacidad para abordar una amplia variedad de temas y su enfoque detallado lo convirtieron en un referente para los científicos de su época.

La vida y los logros de William Crookes siguen siendo un ejemplo de dedicación, imaginación y capacidad de innovación. Su trabajo en la química, la física y la invención sentó las bases de muchos de los avances científicos que disfrutamos hoy en día.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Crookes, Sir William (1832-1919): El pionero de la física experimental y la química". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/crookes-sir-william [consulta: 28 de septiembre de 2025].