Segundo de Chomón (1871-1929). El pionero del cine español que revolucionó los efectos especiales

Segundo de Chomón es una figura imprescindible en la historia del cine mundial, especialmente en el desarrollo técnico y artístico del cine mudo. Nacido en 1871, este pionero español transformó la forma de hacer cine mediante innovaciones técnicas que influenciaron profundamente tanto en España como en el resto de Europa. Su legado, aunque muchas veces eclipsado por figuras como Georges Méliès, merece un lugar destacado por la originalidad, precisión técnica y visión futurista que imprimió en cada una de sus obras.
Orígenes y contexto histórico
Segundo Víctor Aurelio Chomón y Ruiz nació en Teruel, Aragón, en el seno de una familia de clase media. A finales del siglo XIX, Europa vivía una auténtica revolución tecnológica y artística. La invención del cinematógrafo por parte de los hermanos Lumière en 1895 marcó el inicio de un nuevo lenguaje artístico que rápidamente sedujo a inventores, artistas y empresarios. Chomón, influenciado por estos avances, encontró en el cine un campo fértil para desarrollar su creatividad técnica y artística.
En sus primeros años, Chomón mostró un fuerte interés por las técnicas fotográficas y mecánicas. Su formación autodidacta y su incansable curiosidad lo llevaron a explorar los secretos del nuevo arte cinematográfico, en una época en la que las fronteras entre arte, ciencia y tecnología eran especialmente difusas.
Logros y contribuciones
El cine de Segundo de Chomón se caracteriza por su innovación técnica, capacidad narrativa y una clara vocación experimental. Fue uno de los primeros en emplear y perfeccionar técnicas como:
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La doble exposición: superposición de imágenes para crear efectos visuales sorprendentes.
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El coloreado a mano, que daba vida y magia a escenas en una época en la que el cine era completamente en blanco y negro.
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Las maquetas y miniaturas: una técnica fundamental para crear ilusiones visuales, sobre todo en películas de aventuras y ciencia ficción.
Una de sus obras más reconocidas, El tren eléctrico (1905), destacó por el uso avanzado de estos recursos. Este cortometraje fue considerado superior en calidad técnica a los trabajos de Georges Méliès, el gran maestro francés del cine fantástico. Esta proeza le valió un contrato con la prestigiosa productora francesa Pathé Frères, donde Chomón trabajó durante años realizando cortos, trucajes y supervisión de efectos especiales.
Chomón se convirtió en uno de los pocos cineastas capaces de competir con Méliès en creatividad visual, incluso anticipándose en algunos aspectos. Su atención al detalle, dominio del stop motion y habilidad para transformar lo cotidiano en mágico hicieron que su estilo fuera rápidamente reconocido y solicitado.
Su legado técnico
Entre las contribuciones más destacadas de Chomón al cine se encuentran:
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Desarrollo del traveling: perfeccionó el movimiento de cámara, permitiendo mayor dinamismo en las escenas.
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Iluminación dramática: sus películas muestran un uso consciente de la luz y la sombra para acentuar atmósferas, prefigurando técnicas expresionistas.
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Narrativas no lineales: algunas de sus obras experimentaron con la estructura narrativa, proponiendo tramas menos convencionales para la época.
Momentos clave
La carrera de Segundo de Chomón puede entenderse a través de varios hitos fundamentales que marcaron tanto su evolución profesional como su impacto en el cine internacional:
1905: El tren eléctrico
Esta película supuso su consagración técnica y artística. Logró efectos visuales que sorprendieron a la crítica europea y abrieron las puertas a colaboraciones internacionales.
Contrato con Pathé
Su integración en los estudios Pathé Frères le permitió trabajar en París, donde tuvo acceso a mejores recursos técnicos. Aquí dirigió, supervisó y realizó efectos especiales para decenas de películas.
1913: Cabiria
Trabajando en Italia, Chomón fue el responsable de los efectos especiales de Cabiria, dirigida por Giovanni Pastrone (bajo el seudónimo Piero Fosco). Esta superproducción histórica sentó las bases del cine épico y fue precursora de muchas técnicas utilizadas en el cine moderno.
1926: Napoleón
De nuevo como supervisor de efectos especiales, colaboró con Abel Gance en la monumental Napoleón, una película vanguardista que introdujo innovaciones como el uso de la pantalla triple (Polyvision). La participación de Chomón fue clave en los efectos visuales que convirtieron a esta cinta en una obra maestra del cine mudo.
Trayectoria multifacética
A lo largo de su carrera, Chomón participó en más de quinientas películas, ya sea como director, operador de cámara, diseñador de efectos o encargado de maquetas. Esta vasta producción lo posiciona como uno de los cineastas más prolíficos de su tiempo.
Relevancia actual
El cine de Segundo de Chomón ha sido revalorizado en las últimas décadas, especialmente gracias a historiadores del cine y restauradores que han recuperado muchas de sus obras olvidadas. Su figura ha pasado de ser un nombre marginal a ser reconocida como una de las más influyentes en el desarrollo del cine técnico y visual de comienzos del siglo XX.
En la actualidad, su legado es estudiado en universidades y escuelas de cine de todo el mundo. Los efectos especiales contemporáneos, que incluyen CGI y realidades virtuales complejas, tienen una deuda conceptual con pioneros como él. Además, varias de sus películas han sido restauradas digitalmente, permitiendo su difusión en festivales, cinematecas y plataformas digitales.
Reconocimientos póstumos
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En Teruel, su ciudad natal, se han inaugurado calles y centros culturales con su nombre.
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Festivales de cine en España y Francia han dedicado ciclos completos a su obra.
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Se le considera una figura clave en el establecimiento del cine de trucaje, término que designa aquellas películas que basan su narrativa en efectos especiales y fantasía visual.
El genio olvidado fuera de su tierra
Paradójicamente, aunque Segundo de Chomón fue uno de los principales creadores visuales del cine mudo europeo, su obra fue más valorada en Francia e Italia que en su propio país. España no llegó a disponer de una industria cinematográfica lo suficientemente desarrollada para absorber el talento y la capacidad técnica de un creador como él. Por ello, gran parte de su legado se desarrolló en el extranjero.
Esa dispersión geográfica y la falta de atribución de sus trabajos en muchas películas hizo que su figura pasara desapercibida durante décadas. Hoy, sin embargo, su papel en la historia del cine es indiscutible.
Un legado que sigue inspirando
El cine actual continúa bebiendo de las fuentes abiertas por Segundo de Chomón. Su visión experimental, su pasión por la técnica y su capacidad de narrar con imágenes han influido tanto en los grandes estudios como en los cineastas independientes. En un tiempo en que el cine era aún una curiosidad técnica, él lo trató como un arte mayor, combinando invención y estética.
Desde las maquetas hasta el motion capture, todo el cine de efectos especiales encuentra en Chomón a uno de sus padrinos más adelantados a su tiempo. Su carrera es un testimonio de cómo el talento, la innovación y la perseverancia pueden convertir a un técnico en un artista inmortal.
MCN Biografías, 2025. "Segundo de Chomón (1871-1929). El pionero del cine español que revolucionó los efectos especiales". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/chomon-segundo-de [consulta: 18 de octubre de 2025].