Camargo, Marie-Anne de Cupis de (1710-1770): La revolucionaria bailarina que transformó el ballet clásico

Marie-Anne de Cupis de Camargo (1710-1770) fue una de las figuras más influyentes del ballet clásico del siglo XVIII. Nacida en Bruselas, Bélgica, el 15 de abril de 1710, Camargo se convirtió en una leyenda que redefiniría los límites de la danza en su época. A lo largo de su vida, no solo logró una destacada carrera artística, sino que también se destacó por su valentía al romper con las convenciones de la época, estableciendo nuevas tendencias en el ballet y convirtiéndose en una fuente de inspiración para generaciones futuras. Su legado continúa siendo una referencia clave en la historia de la danza.

Orígenes y contexto histórico

Marie-Anne de Cupis de Camargo nació en el seno de una familia con una fuerte tradición musical y artística. Su padre, Ferdinand-Joseph de Cupis, fue un violinista y maestro de ballet en la corte de Bruselas, lo que sin duda influiría en su destino como una de las más grandes bailarinas de su tiempo. A temprana edad, Marie-Anne comenzó a estudiar danza con su padre, quien le proporcionó una formación sólida que le permitió debutar en la Corte de Bruselas en 1720. A los diez años de haber comenzado su carrera, Camargo se trasladó a París para perfeccionar su técnica en el prestigioso teatro de la ciudad.

En París, la joven bailarina tuvo la oportunidad de estudiar con dos de los más renombrados maestros de la época: Françoise Prévost y Michel Blondy, quienes contribuyeron de manera significativa a su desarrollo artístico. Su formación en la capital francesa permitió a Camargo integrar el cuerpo de baile de Les Caractères de la Danse en el año 1726, debutando en la L’Académie Royale de Musique de París, una de las instituciones más importantes para la danza en ese entonces. Este fue el comienzo de una carrera que la llevaría a revolucionar el ballet europeo.

Logros y contribuciones

Desde sus primeros pasos en el teatro, Camargo demostró ser una bailarina excepcionalmente talentosa. Fue reconocida por su habilidad técnica y por su presencia escénica, que la hicieron destacar en el competitivo mundo de la danza de la época. A lo largo de su carrera, participó en numerosos ballets y óperas, dejando una huella profunda en la historia del ballet clásico.

Entre los ballets más importantes en los que Camargo participó se encuentran: Ajax (1726), Les Amours des Dieux (1727), Orion (1728), La Princesse d’Élide (1728), Tarsis et Zélie (1728), Les Amours des Déesses (1729) y Endymion (1731), entre otros. Su capacidad para interpretar diversos papeles y su innovador estilo le valieron un lugar destacado en la escena del ballet europeo. Además, en una de sus primeras actuaciones, Camargo dejó una fuerte impresión al ocupar el puesto de David Dumoulin cuando este se retrasó en su entrada al escenario. En esa ocasión, su rapidez y vivacidad hicieron que el público olvidara rápidamente la ausencia de Dumoulin, mostrando su destreza técnica y su dominio sobre el escenario.

La audacia de Camargo no se limitó solo a su talento interpretativo. La bailarina también fue responsable de introducir cambios importantes en la vestimenta de los bailarines. Para poder realizar movimientos más rápidos y ágiles, decidió acortar sus faldas, una decisión que fue revolucionaria para la época, ya que hasta entonces las mujeres usaban largas y pesadas faldas que limitaban sus movimientos. Este cambio fue clave para la evolución de la danza, ya que permitió que otras bailarinas pudieran ejecutar movimientos más complejos, como el entrechat y el cabriolé, hasta entonces asociados exclusivamente a la técnica masculina.

Además de su destreza técnica, Camargo se encargó de popularizar nuevos estilos de zapatos y peinados entre las mujeres de la burguesía francesa, marcando una tendencia en la moda de la época. Fue pronto nombrada première danseuse de la Opéra de París, un puesto de gran prestigio que consolidó su estatus como una de las figuras más destacadas de la danza francesa.

Momentos clave

A lo largo de su carrera, Marie-Anne de Camargo vivió varios momentos clave que marcaron su vida y su legado en el mundo del ballet:

  • 1720: Debutó en la Corte de Bruselas, dando inicio a su carrera profesional.

  • 1726: Se trasladó a París para estudiar con los grandes maestros Françoise Prévost y Michel Blondy y debutó con el cuerpo de baile de Les Caractères de la Danse en la L’Académie Royale de Musique.

  • 1733: Contrajo matrimonio con Louis de Bourbon, conde de Clermont, con quien tuvo dos hijos antes de separarse en 1741.

  • 1751: Se retiró de los escenarios después de participar en 78 ballets y óperas, dejando un legado artístico que perduró mucho después de su partida.

La despedida de Camargo de los escenarios fue un evento significativo en la historia del ballet. Tras su retiro, vivió los últimos años de su vida en un apartamento en la Rue Saint-Honoré en París, junto a su último amante. A pesar de haberse alejado del escenario, su influencia en el mundo de la danza continuó siendo enorme.

Relevancia actual

El impacto de Marie-Anne de Cupis de Camargo en el mundo del ballet ha sido profundo y duradero. A lo largo de los siglos, su figura ha inspirado a numerosos bailarines, coreógrafos y artistas. Su habilidad técnica y su valentía para desafiar las normas establecidas en su tiempo siguen siendo una fuente de inspiración en el ámbito de la danza clásica.

En 1930, un grupo de mecenas de la danza, entre los que se encontraba el editor Philip Richardson y el crítico Arnold L. Haskell, fundó en Londres la Camargo Society, con el objetivo de promover el desarrollo del ballet en Gran Bretaña. Esta sociedad, que existió hasta 1933, tenía como principal meta rendir homenaje al legado de Camargo y contribuir al crecimiento del ballet en el Reino Unido.

Camargo también ha sido objeto de numerosas representaciones artísticas a lo largo de los años. Pintores, escultores, compositores y coreógrafos se han inspirado en su figura, reflejando su influencia en sus obras. Su legado sigue siendo una piedra angular en la historia del ballet clásico, y su nombre se asocia con la transformación y el progreso de la danza.

A lo largo de los siglos, Marie-Anne de Cupis de Camargo ha dejado una marca indeleble en el mundo de la danza y la cultura occidental. Su audacia para romper las convenciones de su tiempo, su destreza técnica y su dedicación a la danza la convierten en una de las grandes leyendas de la historia del arte.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Camargo, Marie-Anne de Cupis de (1710-1770): La revolucionaria bailarina que transformó el ballet clásico". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/camargo-marie-anne-de-cupis-de [consulta: 29 de septiembre de 2025].