Bonaparte, Jerónimo (1784-1860). El hermano menor de Napoleón que se convirtió en rey de Westfalia
Jerónimo Bonaparte, nacido el 15 de noviembre de 1784 en Ajaccio (Córcega), fue el menor de los hermanos del célebre emperador Napoleón Bonaparte. A lo largo de su vida, Jerónimo pasó de ser un joven militar a convertirse en rey de Westfalia, un pequeño reino que su hermano Napoleón creó para él durante su expansión por Europa. Sin embargo, su reinado fue marcado por el fracaso, la incompetencia y la intervención constante de Napoleón. A pesar de ello, su historia es fascinante por su vínculo con la familia Bonaparte y los eventos históricos que lo rodearon.
Orígenes y contexto histórico
Jerónimo Bonaparte nació en una época tumultuosa, en plena Revolución Francesa, en una isla Corsica recientemente adquirida por Francia. Provenía de una familia numerosa, los Bonaparte, que rápidamente ascendieron al poder gracias a las hazañas militares de su hermano Napoleón Bonaparte. Siendo el menor de los hermanos, Jerónimo se vio influenciado por los logros de su hermano mayor, que ascendió al poder para convertirse en emperador de Francia, con el título de Napoleón Bonaparte.
El comienzo de su carrera estuvo marcado por una serie de vicisitudes. Tras completar sus estudios en el colegio de Juylli, Jerónimo se unió a la Guardia Consular en el año 1800, pero debido a un duelo que involucró a un hermano del general Davout, tuvo que abandonar este cargo. A raíz de este incidente, ingresó a la Marina francesa y participó en varias expediciones, incluyendo una en las Indias Occidentales y otra en Santo Domingo. Sin embargo, en 1803, Jerónimo abandonó la marina y se trasladó a los Estados Unidos, donde contrajo matrimonio con Elisa Paterson, una rica heredera estadounidense.
Este matrimonio fue un punto conflictivo en la relación con su hermano Napoleón. El emperador, quien ya había demostrado su ambición de consolidar el poder de su familia, instó a Jerónimo a divorciarse de Elisa, pues no consideraba adecuado que su hermano menor se casara con una mujer que no provenía de la nobleza europea. Cuando Jerónimo se negó, Napoleón lo despojó de cualquier derecho a la sucesión imperial y lo apartó de la corte, lo que sentó las bases para el futuro tumultuoso de su vida.
Logros y contribuciones
A pesar de sus complicaciones personales, Jerónimo Bonaparte continuó en el ámbito militar y logró varios éxitos, aunque no siempre de manera autónoma. En 1806, durante una campaña naval contra los ingleses, Jerónimo consiguió una victoria importante que le permitió ser ascendido a contraalmirante. Este éxito contribuyó a que Napoleón lo nombrara príncipe imperial de Francia, en reconocimiento a su vínculo familiar y su lealtad.
En 1807, Jerónimo fue designado por Napoleón como rey de Westfalia, un territorio que el emperador había creado a partir de los territorios conquistados en Alemania. Jerónimo se casó con la princesa Catalina de Württemberg, lo que consolidó aún más su poder en la región. Sin embargo, a pesar de esta nueva posición, su capacidad para gobernar fue muy limitada.
Durante su reinado en Westfalia, Jerónimo demostró ser un gobernante ineficaz. A pesar de contar con un presupuesto considerable, se dedicó principalmente a despilfarrar los cinco millones de francos que tenía asignados para su propio disfrute personal. Su administración estuvo marcada por la falta de interés en las necesidades del pueblo, que lo veía como un monarca impuesto y no deseado. Además, Jerónimo carecía de la destreza política y administrativa necesaria para gobernar, y fue constantemente supervisado y manipulado por su hermano Napoleón.
Momentos clave
La relación de Jerónimo con Napoleón fue siempre de dependencia, tanto política como militar. En la campaña de Rusia en 1812, Jerónimo fue colocado al mando de un cuerpo del ejército. Sin embargo, su falta de experiencia y su desorganización contribuyeron al fracaso de la expedición, que resultó en la retirada de las tropas francesas. Esta derrota fue crucial para el debilitamiento de Napoleón y el comienzo de la caída del Imperio francés. A raíz de este fracaso, Napoleón destituyó a Jerónimo de su mando y lo envió a los cuarteles generales en Kassel, Alemania.
El año 1813 marcó un punto de inflexión en la vida de Jerónimo. Abandonó finalmente el trono de Westfalia, aunque con ciertas vacilaciones. La hegemonía de Napoleón en Europa estaba en declive, y Jerónimo regresó a Francia tras la caída de su hermano. Durante el período conocido como los Cien Días, cuando Napoleón regresó al poder temporalmente en 1815, Jerónimo participó en la campaña militar y luchó en batallas cruciales como las de Charleroi, Quatre-Bras y la decisiva batalla de Waterloo. A pesar de estos esfuerzos, Napoleón fue derrotado nuevamente, y Jerónimo abandonó Francia para vivir en el exilio.
Tras la segunda abdicación de Napoleón, Jerónimo vivió un período de relativa libertad en Württemberg y más tarde en Austria e Italia. En 1835 enviudó, pero se casó nuevamente en 1840 con Giustina Pecori, marquesa de Bartholdi.
Relevancia actual
La relevancia histórica de Jerónimo Bonaparte radica en su vinculación directa con uno de los imperios más poderosos de Europa y en su fracaso como monarca de Westfalia. Si bien sus logros militares fueron escasos y su reinado estuvo marcado por el despilfarro y la ineficiencia, su vida tuvo un impacto indirecto a través de sus descendientes. Uno de sus hijos, Charles Joseph Bonaparte, se convirtió en un importante jurista y oficial en los Estados Unidos.
Además, el regreso de Jerónimo a Francia en 1847, bajo la protección de su sobrino Napoleón III, quien ascendió al poder como emperador, le permitió desempeñar un papel destacado en la política francesa. Fue nombrado mariscal de campo, gobernador de los inválidos y presidente del Senado. Estos cargos, aunque honoríficos, le dieron un último vestigio de relevancia en la Francia del siglo XIX.
Jerónimo Bonaparte también es recordado por ser uno de los pocos miembros de la familia Bonaparte que experimentó una vida llena de controversias, contradicciones y complicaciones familiares. Su historia es un ejemplo de cómo, a pesar de estar ligado a una de las figuras más poderosas de la historia, sus propios logros personales fueron eclipsados por la sombra de su hermano Napoleón.
En resumen, la figura de Jerónimo Bonaparte es emblemática de los excesos y fracasos de los miembros más cercanos al poder imperial, quienes fueron puestos en posiciones de responsabilidad sin tener las capacidades necesarias para gobernar, y cuya vida estuvo marcada por el desdén de la opinión pública y la constante intervención de Napoleón.
Bibliografía:
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MCN Biografías, 2025. "Bonaparte, Jerónimo (1784-1860). El hermano menor de Napoleón que se convirtió en rey de Westfalia". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/bonaparte-jeronimo [consulta: 28 de septiembre de 2025].