Berenguela Berenguer (1108-1149). La reina catalana que marcó el destino del Reino de Castilla
Berenguela Berenguer, nacida en Barcelona en 1108 y fallecida en Palencia en febrero de 1149, fue una reina destacada de Castilla cuya figura se entrelaza con los momentos más decisivos del reinado de Alfonso VII. Mujer de gran inteligencia política, firmeza en la adversidad y temple estratégico, fue una figura clave en el complejo entramado de alianzas y conflictos del siglo XII peninsular. Su vida está marcada por la diplomacia, el coraje y la capacidad de influir activamente en las decisiones del poder.
Orígenes y contexto histórico
Berenguela nació en el seno de una influyente casa nobiliaria. Era hija del conde de Barcelona, Ramón Berenguer III, y de doña Dulce de Provenza. Hermana del también destacado Ramón Berenguer IV, su linaje la posicionaba como pieza valiosa dentro del tablero político medieval.
Su matrimonio con Alfonso VII, celebrado en Saldaña a comienzos de 1128, no fue fruto del azar, sino parte de una estrategia de consolidación de poder entre los dominios catalanes y el emergente Imperio Hispánico. Alfonso ya se titulaba Imperator Hispaniae, y esta unión respondía a la necesidad de reforzar su posición frente a su rival, Alfonso el Batallador, rey de Aragón y Navarra. En este contexto, Berenguela emergió no solo como consorte, sino como figura clave en la estabilidad del trono.
Logros y contribuciones
Berenguela no fue una reina pasiva. Su papel como consejera del Emperador fue ampliamente reconocido. De hecho, según las crónicas de la época, entabló una estrecha amistad con doña Sancha, hermana del rey, convirtiéndose ambas en pilares del gobierno de Alfonso VII. Esta cercanía al poder le permitió influir en decisiones políticas y militares de gran relevancia.
Uno de sus principales logros fue la pacificación del reino, particularmente durante la rebelión del conde de Asturias, Gonzalo Peláez. Su habilidad para manejar situaciones críticas demostró que su papel iba más allá del ceremonial, siendo una líder activa y eficaz.
Defensa heroica de Toledo
En 1139, Berenguela protagonizó uno de los episodios más memorables de su vida: la defensa de Toledo. Con Alfonso VII ausente en la campaña de Aurelia, la reina se encargó de proteger la ciudad ante el asedio del emperador de Marruecos, que se presentó con un ejército de 30.000 hombres. Frente a esta amenaza, Berenguela mostró su astucia al enviar una carta diplomática que apelaba al honor del enemigo:
«¿No conocéis que es mengua de caballeros y capitanes esforzados acometer a una mujer indefensa cuando tan cerca os espera el emperador?…»
Este gesto de valentía y diplomacia surtió efecto. El ejército musulmán se retiró, impresionado por su dignidad. Este acto consolidó su reputación como una soberana inteligente, estratégica y dotada de un carácter firme.
Momentos clave
A lo largo de su vida, Berenguela enfrentó numerosos desafíos personales y políticos que marcaron su legado:
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1128: Matrimonio con Alfonso VII, sellando la alianza entre Castilla y la casa condal de Barcelona.
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1130-1135: Participación activa en la política del reino junto a doña Sancha.
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1139: Defensa heroica de Toledo frente al asedio musulmán.
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1140s: Afrontó con diplomacia las infidelidades de su esposo con Gontrada Díaz.
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1144: Preparación de los esponsales de su hijastra Urraca con García el Restaurador.
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1149: Muerte en Palencia, profundamente lamentada.
Uno de los episodios más delicados fue el nacimiento de la hija ilegítima del rey con Gontrada Díaz. Lejos de reaccionar con despecho, Berenguela optó por la diplomacia. No solo perdonó a su esposo, sino que se implicó activamente en el matrimonio de Urraca con el rey de Navarra, consolidando así una nueva alianza.
Relevancia actual
La figura de Berenguela Berenguer ha sido tradicionalmente ensombrecida por la de su esposo, pero el análisis moderno le devuelve el lugar que merece como reina prudente, hábil diplomática y líder en tiempos de crisis. Su capacidad para anteponer los intereses del reino a los personales, como se vio en el caso de Urraca, revela su visión estratégica y su compromiso con la estabilidad política.
Berenguela fue también madre de varias hijas, entre ellas Constanza y Sancha, así como del infante Sancho el Deseado, quien lamentablemente murió en la niñez. Su muerte, ocurrida en 1149, fue tan significativa que durante años se utilizó como referencia cronológica en los documentos oficiales: “el año en que falleció la señora emperatriz”.
Descansa en la capilla de las Reliquias de la catedral de Santiago, testimonio de la alta estima en la que fue tenida. Su figura resurge hoy como ejemplo de liderazgo femenino en un mundo dominado por hombres y guerras, y su historia es recordada no solo por los historiadores, sino por aquellos que reconocen el valor de la inteligencia, la templanza y el coraje en la construcción del poder.
Bibliografía
Crónica latina de los reyes de Castilla. Edición de Luis Charlo Brea. (Madrid, Akal: 1999).
PÉREZ GONZÁLEZ, M. Chronica Adefonsi Imperatoris. (León, Universidad: 1997).
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REILLY, B.F. The Kingdom of León-Castilla under King Alfonso VII. 1126-1157. (Filadelfia, University of Pennsylvania Press: 1998).
MCN Biografías, 2025. "Berenguela Berenguer (1108-1149). La reina catalana que marcó el destino del Reino de Castilla". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/berenguela-berenguer-reina-de-castilla [consulta: 29 de septiembre de 2025].