Baruc (s. VI a.C.). El fiel escriba del profeta Jeremías y su legado profético
Figura silenciosa pero fundamental en la historia religiosa del pueblo hebreo, Baruc o Baruk, como también se le conoce, fue un escriba y discípulo estrechamente vinculado al profeta Jeremías durante uno de los períodos más turbulentos de la historia de Judá. Su papel como redactor de las profecías de su maestro y su implicación en momentos clave tras la caída de Jerusalén le confieren una importancia que va más allá de lo meramente literario o histórico: es símbolo de resistencia espiritual y esperanza en medio de la desolación.
Orígenes y contexto histórico
Baruc vivió en el siglo VI a.C., una época marcada por el colapso del Reino de Judá y la invasión babilónica encabezada por Nabucodonosor II. Jerusalén, capital del reino y centro espiritual del pueblo hebreo, fue destruida en el año 586 a.C., un acontecimiento que dejó una profunda huella en la conciencia colectiva de la comunidad judía. Fue en este contexto de crisis nacional y exilio donde la figura de Baruc emergió como un pilar silencioso de fortaleza y preservación de la fe.
Probablemente perteneciente a la alta sociedad de Jerusalén, Baruc era hermano de Serayas, un alto funcionario de la corte del rey Sedecías, lo que sugiere un origen noble o acomodado. Este dato no es menor, ya que pone de relieve que su adhesión a Jeremías y a la causa profética no fue motivada por necesidad material, sino por una convicción profunda en el mensaje espiritual que su maestro transmitía.
Su cercanía con Jeremías no solo fue espiritual sino también práctica. Actuó como su secretario personal, escriba y colaborador directo. Fue él quien redactó, bajo el dictado del profeta, numerosos oráculos que luego debía proclamar públicamente en el templo. Esta función lo convirtió en una figura clave en la transmisión y preservación del mensaje profético en un tiempo de censura, persecución y desplazamiento.
Logros y contribuciones
El legado de Baruc no se mide tanto en obras propias como en su servicio leal al profeta Jeremías y en su participación en eventos cruciales para el devenir espiritual del pueblo hebreo. Entre sus principales contribuciones destacan:
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Redacción de oráculos proféticos dictados por Jeremías.
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Lectura pública de dichos oráculos en el templo de Jerusalén.
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Participación activa en actos simbólicos como la compra del campo de Anatot.
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Acompañamiento a Jeremías durante el exilio forzado a Egipto tras la caída de Jerusalén.
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Transmisión de mensajes de esperanza a los exiliados judíos en Mesopotamia.
Uno de los aportes más notables de Baruc a la literatura sagrada es el Libro de Baruc, un texto deuterocanónico que sigue al libro de Lamentaciones y que, aunque atribuido tradicionalmente a él, fue probablemente escrito en su nombre o inspirado en su figura. Este libro, conservado únicamente en griego, aborda la tragedia de una nación destruida por la guerra y el exilio, y ofrece una profunda reflexión espiritual sobre la causa del sufrimiento nacional y la esperanza en la restauración.
Contenido del Libro de Baruc
En su versión recogida por la Vulgata, el Libro de Baruc está dividido en dos secciones principales:
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Capítulos atribuidos a Baruc: en ellos se hace una confesión de pecados, una súplica por el perdón divino y una meditación sobre la sabiduría de Dios.
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Epístola de Jeremías: una carta añadida al final del libro que condena la idolatría y exalta la fidelidad al Dios único de Israel.
El tono del libro es profético y penitencial, con énfasis en el arrepentimiento colectivo, la crítica a la idolatría y la necesidad de volver a los caminos de la ley. En este sentido, Baruc actúa como voz profética secundaria, que prolonga la enseñanza de Jeremías e ilumina a los exiliados con palabras de consuelo y exhortación.
Momentos clave
La vida de Baruc estuvo marcada por una serie de episodios relevantes que reflejan tanto su papel en la historia sagrada como su compromiso personal con la misión profética. Entre los momentos más significativos destacan:
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Caída de Jerusalén (586 a.C.): evento decisivo que cambió el destino del pueblo judío y forzó la dispersión de su élite.
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Redacción y proclamación de oráculos proféticos: actividad realizada bajo mandato de Jeremías, que lo enfrentó a la oposición de autoridades y del pueblo.
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Compra del campo de Anatot: acto simbólico realizado por Jeremías con la presencia de Baruc, que expresaba fe en la restauración futura de Judá.
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Exilio en Egipto: tras el asesinato de Godolías, gobernador babilónico, Baruc y Jeremías fueron llevados a Egipto por un grupo de judíos nacionalistas, en contra de su voluntad.
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Mensaje a los exiliados en Mesopotamia (c. 582 a.C.): intervención que lo muestra como mensajero de consuelo y guía espiritual para la diáspora judía.
Este itinerario vital muestra a Baruc no solo como un escriba pasivo, sino como un agente activo en el drama nacional, un hombre comprometido con su pueblo y con la preservación de su identidad religiosa.
Relevancia actual
Aunque Baruc no es una figura ampliamente conocida fuera del ámbito religioso o académico, su presencia sigue teniendo relevancia simbólica y teológica. En el cristianismo, especialmente en las tradiciones católica y ortodoxa, su libro forma parte del canon bíblico deuterocanónico, lo que le otorga un estatus de texto sagrado e inspiración espiritual.
En el judaísmo rabínico, sin embargo, el Libro de Baruc no fue incluido en el canon hebreo oficial, en parte por estar escrito en griego y no en hebreo o arameo. No obstante, la figura de Baruc aparece en tradiciones posteriores como ejemplo de fidelidad al mensaje profético y como modelo del escriba fiel, un rol que tuvo gran importancia en la transmisión de las Escrituras.
Además, su historia plantea temas universales como:
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La lealtad en tiempos de crisis.
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La resistencia espiritual frente a la opresión.
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El valor de la memoria escrita como medio de preservar la identidad.
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El papel del discípulo y el colaborador en la construcción de una obra trascendental.
Estas lecciones continúan siendo pertinentes en un mundo donde los pueblos siguen enfrentando desplazamientos, conflictos y crisis de fe. Baruc, en su humildad y firmeza, encarna la idea de que incluso en el segundo plano, la fidelidad y el compromiso pueden dejar una huella imborrable.
Legado espiritual y literario
La figura de Baruc ha trascendido su época gracias a la permanencia de su nombre en la tradición bíblica. Su papel como escriba ha servido para enfatizar la importancia de quienes, sin buscar protagonismo, son esenciales en la conservación del patrimonio espiritual. El hecho de que el Libro de Baruc se haya preservado en la tradición cristiana demuestra el impacto duradero de su mensaje, especialmente en contextos de crisis donde las palabras de esperanza y arrepentimiento adquieren un nuevo valor.
Asimismo, su colaboración con Jeremías representa un ejemplo notable de cómo el trabajo conjunto entre maestro y discípulo puede amplificar la voz profética y mantener viva la llama de la fe incluso en los momentos más oscuros de la historia.
MCN Biografías, 2025. "Baruc (s. VI a.C.). El fiel escriba del profeta Jeremías y su legado profético". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/baruc [consulta: 18 de octubre de 2025].