Cristina Aguilá (s. XX): La dramaturga catalana que marcó el teatro escolar en la España del siglo XX

Cristina Aguilá fue una destacada dramaturga española del siglo XX cuya producción literaria, aunque limitada, dejó una huella en el ámbito de la dramaturgia escolar católica femenina. Conocida principalmente por sus obras de teatro para el colegio católico femenino, Aguilá supo combinar las normas del teatro tradicional con un enfoque moralizante y didáctico. A pesar de que los detalles sobre su vida personal son escasos, su legado literario sigue siendo un testimonio de su visión y de la educación de la época.

Orígenes y contexto histórico

El contexto histórico en el que nació y vivió Cristina Aguilá es fundamental para comprender su obra. A lo largo del siglo XX, España experimentó una serie de transformaciones sociales y culturales significativas, marcadas por la guerra civil española (1936-1939), la dictadura franquista y el conservadurismo de la época. En este escenario, las instituciones religiosas tuvieron un papel primordial, especialmente en el ámbito de la educación, donde los colegios católicos desempeñaban un papel fundamental en la formación de las nuevas generaciones.

Cristina Aguilá era catalana, probablemente nacida en Barcelona, lo que se deduce de su vinculación con las Escuelas Católicas del Sagrado Corazón de María Inmaculada de Barcelona, lugar en el que, además, ejerció como profesora. En 1933, su obra Germanes d’ànima (en castellano, Almas gemelas) ganó el primer premio en un concurso de cuadros escénicos organizado por estas mismas escuelas, un dato que ofrece una clave para situar su actividad dentro del ámbito educativo católico.

Logros y contribuciones

Aunque no se conocen grandes detalles sobre la vida personal de Cristina Aguilá ni su formación académica, sus logros en el ámbito de la dramaturgia escolar y religiosa son innegables. La autora no escribió una gran cantidad de obras, pero las que dejó fueron significativas en su propósito de moralizar y educar a través del teatro. A continuación, se destacan sus principales obras, que ofrecen un panorama claro de su estilo y sus intenciones artísticas.

  1. Germanes d’ànima (1933): Su obra más conocida, escrita en catalán, fue un cuadro dramático infantil que se estrenó en el Salón-Teatro de las Escuelas Católicas del Sagrado Corazón de María Inmaculada. Este drama sencillo y didáctico fue publicado en 1934 en catalán, y en 1942 se tradujo al castellano con el título Almas gemelas.

  2. El tiempo es oro (1936): Esta obra fue escrita en verso y presentada en un solo acto. En ella, Aguilá presenta dos niñas que se contrastan en sus actitudes frente a las obligaciones escolares: una, obediente y aplicada; la otra, desobediente y perezosa. Esta obra también se tradujo al castellano y fue publicada en 1942.

  3. Verbena y alborada (1940): Estrenada en las celebraciones de San Juan en el mismo colegio, esta obra es un cuadro de «escenas típicas» escrito en verso. Similar a las otras piezas de Aguilá, tenía una clara intención moralizante y fue publicada en 1942.

  4. El rosario (1941): Con esta obra, Aguilá pretendió rendir homenaje a la Virgen del Pilar en el contexto de la festividad de su día. El cuadro dramático, también escrito en verso, refleja el ideal de la familia unida en la oración, un valor central en la visión de la autora. Fue puesta en escena en octubre de 1941 y publicada en 1942.

  5. El premio de la abuelita (1942): La última obra conocida de Cristina Aguilá, El premio de la abuelita, fue una lección escénica presentada en un solo acto y escrita en prosa. Esta obra también fue estrenada en el mismo teatro de las Escuelas Católicas y publicada en 1943.

Momentos clave de su carrera

Cristina Aguilá, como dramaturga, se centró principalmente en escribir para las alumnas de los colegios católicos, algo que marcó la estructura y el contenido de sus obras. Los momentos clave en su carrera son los estrenos y publicaciones de estas cinco obras, todas ellas impregnadas de valores tradicionales católicos.

  • En 1933, con la obra Germanes d’ànima, la autora se presentó como una dramaturga en el ámbito escolar.

  • En 1936, El tiempo es oro destacó por su enfoque moralizante sobre la obediencia y el trabajo escolar.

  • En 1940 y 1941, con las obras Verbena y alborada y El rosario, Aguilá profundizó en el contexto de las festividades religiosas y el papel de la familia en la vida espiritual.

  • Finalmente, en 1942, Aguilá cerró su carrera de dramaturga escolar con El premio de la abuelita, una obra que reflejaba la importancia de la educación en valores cristianos.

Relevancia actual

Aunque las obras de Cristina Aguilá fueron dirigidas principalmente a un público específico, el entorno educativo católico, su importancia en el ámbito del teatro escolar y religioso sigue siendo notable. Su estilo sencillo, sus personajes ejemplares y sus temas moralizantes la convierten en una figura representativa de una época en la que las instituciones educativas religiosas tenían un control muy fuerte sobre la formación de las jóvenes.

La relevancia actual de Cristina Aguilá radica en la manera en que sus obras reflejan una visión tradicional y moralista de la mujer, un modelo que, aunque hoy resulta anticuado, era representativo de los valores dominantes en su época. Las obras de Aguilá pueden servir como documento histórico para entender la ideología y los valores que predominaban en la sociedad española de mediados del siglo XX.

La figura de Aguilá también está vinculada con el desarrollo de teatro infantil y juvenil, géneros que, si bien hoy se presentan de manera muy diferente, jugaron un papel importante en la formación de las jóvenes generaciones durante el franquismo.

Aportaciones del teatro escolar y religioso de Cristina Aguilá

Las obras de Cristina Aguilá no solo fueron un medio de educación moral, sino también una forma de expresión del papel de la mujer en una sociedad profundamente conservadora. En ellas, las figuras femeninas cumplen roles tradicionales y ejemplares: hijas obedientes, madres abnegadas, esposas sumisas y abuelas bondadosas. Esta visión idealizada de la mujer es característica de la época y de las instituciones educativas católicas, que promovían la educación de la mujer bajo estrictos códigos de conducta moral.

El teatro escolar, en este sentido, no solo servía como herramienta educativa, sino que también consolidaba los modelos de comportamiento que se esperaban de las estudiantes. Al escribir sus obras para ser representadas por las propias alumnas, Aguilá garantizaba que los valores que defendía fueran interiorizados de manera efectiva por el público al que estaban destinadas.

Sin duda, Cristina Aguilá fue una autora comprometida con los ideales de su tiempo, cuya obra refleja el papel del teatro como medio de formación moral, social y religiosa.

Su legado sigue vivo en el estudio del teatro escolar católico y en la representación de una época en la que las mujeres eran educadas para cumplir un papel determinado dentro de la sociedad y la familia.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Cristina Aguilá (s. XX): La dramaturga catalana que marcó el teatro escolar en la España del siglo XX". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/aguila-cristina [consulta: 28 de septiembre de 2025].