Carlos Mendoza y Sáez de Argandoña (1872-1950). Ingeniero y pionero de la electrificación en España
Carlos Mendoza y Sáez de Argandoña fue un ingeniero visionario cuya labor marcó profundamente el desarrollo de la infraestructura energética e hidráulica en España durante las primeras décadas del siglo XX. Su figura es central en la transformación del modelo profesional del ingeniero, pasando de ser un funcionario estatal a convertirse en empresario y protagonista del tejido industrial del país. A través de su liderazgo en empresas como Mengemor y su implicación en proyectos clave como el Metropolitano de Alfonso XIII, Mendoza dejó una huella imborrable en la historia de la ingeniería civil y eléctrica española.
Orígenes y contexto histórico
Nacido en Madrid el 8 de diciembre de 1872, Carlos Mendoza provenía de una familia con fuerte vocación técnica. Este entorno influyó decisivamente en su orientación profesional. Se formó en una de las instituciones más prestigiosas del país, la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, donde se licenció en 1895, en plena efervescencia de la Segunda Revolución Industrial.
La época en la que Mendoza inició su carrera profesional estuvo marcada por una sobreoferta de ingenieros y una saturación de plazas en el Ministerio de Fomento, hecho que obligó a muchos a buscar nuevas vías de desarrollo profesional. Lejos de representar un obstáculo, este fenómeno permitió que surgiera una nueva generación de ingenieros-empresarios, entre los cuales Mendoza fue una figura destacada. Esta transición fue clave para modernizar el país en un momento en que la ingeniería era esencial para la transformación económica y social.
Logros y contribuciones
Carlos Mendoza comenzó su actividad profesional colaborando con Alfredo Moreno Ossorio, con quien en 1898 fundó la sociedad Mendoza y Moreno, Oficina Técnica de Ingeniería. Esta entidad no se limitaba a diseñar obras, sino que gestionaba directamente su ejecución, garantizando así calidad y control de costes. El enfoque integral de esta firma fue pionero para la época y constituyó el primer gran paso en la carrera del ingeniero madrileño.
Entre los primeros trabajos realizados por esta sociedad destaca la actuación sobre el río Manzanares, proyecto impulsado por el Marqués de Santillana, con quien Mendoza mantendría una colaboración duradera. Este noble fue un importante impulsor de proyectos hidráulicos e industriales, y su asociación con Mendoza y sus socios sería decisiva para los avances en la electrificación del país.
Fundación de Mengemor
Consciente de las carencias tecnológicas en el área eléctrica que limitaban el alcance de su empresa, Mendoza incorporó a su equipo al ingeniero Antonio González Echarte, dando lugar a la creación de una nueva compañía: Mengemor, dedicada a los negocios industriales y de ingeniería civil. Posteriormente se unió a la firma Miguel Otamendi, consolidando un equipo técnico de élite que impulsó numerosos proyectos en Madrid y Andalucía.
Mengemor no solo participó en proyectos hidráulicos, sino que se adentró en el negocio eléctrico, un sector aún en su infancia. Las centrales eléctricas de la época solían ser pequeñas y empleaban tecnologías limitadas como los motores de gas pobre. Aprovechando la propiedad de una de estas centrales por parte de un familiar, Mengemor incursionó en la generación y distribución eléctrica, iniciando su expansión desde el Salto de Navallar.
Este primer paso fue el preludio de una estrategia más ambiciosa: proporcionar electricidad masiva y a bajo coste, una necesidad urgente en una España que buscaba modernizarse. Un ejemplo de esta expansión fue la creación de Hidráulica de Santillana, empresa asociada al Marqués de Santillana, que permitió el desarrollo de infraestructuras hidroeléctricas de gran escala.
Expansión hidroeléctrica en Andalucía
En 1904, Mengemor adquirió dos saltos de agua en Almería y Jaén, donde se construyeron centrales con potencias de 110 y 500 CV respectivamente. Estas instalaciones fueron suficientes para abastecer de electricidad a ciudades como Almería capital y Linares, y dieron pie a una serie de construcciones adicionales en otras provincias andaluzas. Esta estrategia de crecimiento consolidó a la empresa como uno de los actores clave en el panorama energético nacional.
Momentos clave
A lo largo de su carrera, Carlos Mendoza protagonizó una serie de hitos que marcaron un antes y un después en la ingeniería civil y eléctrica española. Entre los más destacados se encuentran:
Principales hitos en la trayectoria de Carlos Mendoza
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1895: Licenciatura en Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos.
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1898: Fundación de Mendoza y Moreno, Oficina Técnica de Ingeniería.
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Primeros años del siglo XX: Actuaciones hidráulicas en el río Manzanares por encargo del Marqués de Santillana.
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1904: Adquisición de saltos de agua en Almería y Jaén e inicio de las actividades hidroeléctricas de gran escala.
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1916-1919: Proyección y construcción del Metropolitano de Alfonso XIII, la primera línea del metro de Madrid.
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1922: Mengemor se consolida como potencia industrial en Linares.
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1930: Potencia instalada de 26.900 CV y producción anual de 75 millones de Kw/h repartida en diez centrales.
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1932: Canalización del río Guadalquivir mediante la Sociedad Canalización y Fuerzas del Guadalquivir.
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Década de 1920: Mengemor se posiciona como modelo de empresa eléctrica de tercera generación.
Estos momentos resumen el tránsito de Mendoza desde proyectos técnicos de alcance regional a iniciativas industriales de impacto nacional.
Relevancia actual
El legado de Carlos Mendoza y Sáez de Argandoña sigue vigente en múltiples aspectos. Su capacidad para integrar innovación técnica con visión empresarial sentó las bases del modelo contemporáneo de ingeniería en España. Fue un pionero en la aplicación práctica de las ciencias técnicas para resolver problemas concretos de desarrollo urbano, movilidad, electrificación y gestión del agua.
Uno de los aportes más duraderos fue su participación en la creación del Metropolitano de Madrid, obra que transformó la movilidad de la capital española y que hoy en día continúa siendo un eje fundamental del transporte urbano. La visión que lo impulsó, basada en una ingeniería útil, accesible y bien planificada, sigue siendo una referencia para los grandes proyectos de infraestructura contemporáneos.
Además, la consolidación de empresas como Mengemor representa un momento clave en la evolución de las compañías eléctricas en España, ya que este modelo empresarial se expandió rápidamente y dio lugar a entidades mayores. La fusión posterior de la empresa con Sevillana de Electricidad (hoy integrada en Endesa) refleja la continuidad histórica de sus iniciativas y la importancia de su legado industrial.
Tras su fallecimiento en 1950, su hijo Carlos asumió el liderazgo del conglomerado empresarial, asegurando así la continuidad del espíritu emprendedor y técnico que marcó toda su carrera. Esta transición intergeneracional consolidó una visión de la ingeniería no solo como técnica, sino como medio para transformar y dinamizar el país.
El modelo de Mendoza, basado en la autonomía profesional, la innovación tecnológica y la gestión empresarial eficiente, sigue siendo objeto de estudio en las escuelas de ingeniería y de economía industrial. Su vida y obra constituyen un ejemplo paradigmático de cómo el conocimiento técnico puede aliarse con el emprendimiento para generar progreso sostenible y duradero.
Su influencia va más allá de la infraestructura que ayudó a construir; representa una forma de entender el papel del ingeniero como agente activo del cambio social, un legado que permanece vivo en cada kilómetro de metro construido, en cada central hidroeléctrica aún operativa, y en cada joven ingeniero que aspira a transformar el mundo con sus ideas.
MCN Biografías, 2025. "Carlos Mendoza y Sáez de Argandoña (1872-1950). Ingeniero y pionero de la electrificación en España". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/mendoza-y-saez-de-argandonna-carlos [consulta: 17 de octubre de 2025].