Wilkes, John (1725-1797).
Político inglés nacido en Middlesex el 17 de octubre de 1725 y fallecido en Londres en 1797. Ha pasado a la historia de la política británica como uno de los dirigentes más polémicos de todos los tiempos, debido a su férrea voluntad de acometer proyectos tan importantes como la lucha por los derechos civiles.
Estudió Derecho en la Universidad de Leiden (Holanda) y, de regreso a Inglaterra en 1757, fue elegido diputado en la Cámara de los Comunes por el Partido Liberal. El encendido debate político entre los dos partidos mayoritarios de las islas, liberales (whigs) y conservadores (tories), tuvo en Wilkes a uno de sus protagonistas más destacados, sobre todo a partir de 1762, cuando comenzó a dirigir una revista semanal de contenido político, North Briton, en la que las críticas a los conservadores destacaban por su acidez e ironía. Aunque, como es lógico pensar, los tories copaban la actualidad del semanario, unas críticas personales de Wilkes sobre un discurso pronunciado por el rey Jorge III, publicadas el 23 de abril de 1763, motivaron su inmediata encarcelación, acusado de difamación a la Corona, un grave delito en Inglaterra; no obstante, enseguida fue liberado, ante las protestas que había levantado su prisión en el seno de la comunidad, debido a que esta orden de prisión violaba la inmunidad parlamentaria de los diputados, medida concebida para evitar, precisamente, abusos de poder por parte de la monarquía.
No fue la última vez que Wilkes visitó las prisiones inglesas por idéntico motivo: a finales de ese mismo año, una procaz y obscena burla del discurso de un político conservador, impresa en el North Briton bajo su nombre (aunque, al parecer, no escrita por él), le valió una segunda orden de detención. En esta ocasión, el Parlamento no toleró la broma y se unió a la acusación de difamación, por lo que Wilkes, a pesar de su gran popularidad, fue expulsado del Parlamento y obligado a renunciar a su Acta de diputado. Ante esta situación, Wilkes emigró a Francia para eludir la condena de la que, seguramente, hubiera sido objeto en la vista judicial, fechada para enero de 1764. Al no comparecer ante el juez, fue declarado proscrito en Gran Bretaña, aunque para regresar se valió una argucia legal muy hábil: se presentó como diputado en las elecciones de 1768 por su circunscripción local, Middlesex, y su honda popularidad entre la clase popular, donde era considerado el gran luchador por la libertad de expresión, le valió ser elegido diputado. A partir de aquí, se desencadenó un complejo entramado legal en la lucha de la justicia ordinaria para salvar su inmunidad parlamentaria, adquirida al ser elegido de nuevo diputado.
Al aprovechar estas circunstancias, Wilkes volvió a Inglaterra en 1768 y evitó la detención inmediata alegando su condición de diputado. Pese a ello, a su entrada en Londres fue detenido por la justicia y encarcelado durante algunos meses. Entre finales de 1768 y la mitad de 1769, se produjo la curiosa circunstancia de que Wilkes fue, consecutivamente, elegido como diputado por Middlesex por tres veces, elecciones que, al ser Wilkes el ganador, fueron también consecutivamente invalidadas por la Cámara de los Comunes, que apeló a su condición de preso y a que había sido expulsado del Parlamento. Ello fue el motivo de graves disturbios entre la clase baja de la sociedad y las autoridades policiales británicas, primero en Middlesex, aunque poco a poco se extendieron por otras ciudades, incluida la capital, Londres, en octubre de 1769. Al mes siguiente, Wilkes fue puesto en libertad ante la presión popular, que también había encontrado en la clase mercantil de Londres un aliado para apoyar las reformas de su mentor. Nada más salir de la cárcel, Londres se inundó de panfletos en los que, acompañados del lema «Wilkes and freedom» (‘Wilkes y libertad’), se contenían los principales puntos de la campaña política del díscolo diputado: libertad de expresión, libertad de prensa, libertad de comercio y (sin duda, el punto más espinoso), libertad para la emancipación de los colonos británicos de Norteamérica, de quienes Wilkes fue un firme defensor al apelar que cuanto antes se solucionase el conflicto con la independencia americana antes se volverían a reanudar los prósperos negocios entre colonia y metrópoli. Evidentemente, la clase mercantil, a tenor de estas declaraciones, fue la máxima valedora del nuevo programa de Wilkes.
Abandonada la causa parlamentaria, Wilkes, tras sopesar debidamente el apoyo londinense, centró su carrera política en el gobierno municipal de la capital inglesa. En 1770 fue elegido concejal, en 1771 ocupó el puesto de sheriff, hasta llegar a ser alcalde (lord major) entre 1774 y 1789. En el propio año de su elección como primer edil londinense, el Parlamento no puso ninguna oposición para que, a la vez, fuese elegido diputado de la Cámara de los Comunes, debido sobre todo a que el carácter de Wilkes se había suavizado un tanto y ya no era el intratable enemigo tory de antaño. Su popularidad comenzó a declinar en 1789, a causa de la violenta represión, dirigida por él, en el londinense barrio de Gordon, con motivo de unos disturbios entre católicos y protestantes. Por ello, a pesar de que en el mismo año fue elegido chambelán de Londres (cargo honorífico que mantuvo hasta su muerte), no se presentó a las elecciones de 1790, y abandonó la vida política. No obstante, todavía mantuvo acaloradas discusiones parlamentarias contra el conservadurismo total del parlamento inglés, causa a la que dedicó la mayor parte de su vida, hasta su muerte, acontecida en Londres en 1797.
Bibliografía
-
MORGAN, K.O. (ed.) The Oxford History of England. (Oxford; University Press, 1988).