Volpi, Jorge (1968-VVVV).
Narrador y ensayista mexicano nacido en Ciudad de México en 1968. Autor de una deslumbrante producción narrativa que ha rebasado las fronteras de su país natal para difundirse por lo principales foros y cenáculos culturales del mundo occidental, forma parte de la denominada "Generación del Crack", integrada por un grupo de jóvenes prosistas mexicanos que tienen en común el haber nacido en la década de los años sesenta y el haber eludido, tanto en los aspectos formales como temáticos de sus obras, la poderosa influencia de los autores consagrados por el "Boom" de la narrativa hispanoamericana contemporánea.
Inclinado en un principio hacia el estudio de las disciplinas científicas, durante su formación primaria y secundaria tuvo (según sus propias declaraciones) "pésimos profesores" que le forzaron a repudiar estos saberes y orientaron sin querer sus pasos hacia el sendero de las Humanidades. Ya en plena juventud, cursó estudios superiores de Derecho y Filosofía y Letras en la Universidad de México, para pasar posteriormente a España y obtener el grado de doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Salamanca. Durante algún tiempo ejerció como agregado cultural de la Embajada de México en París, actividad que pronto abandonó para consagrarse de lleno a sus dos grandes vocaciones: la docencia y la creación literaria. Autor precoz (publicó su primera novela a los veinticuatro años de edad), en la actualidad está considerado como una de las grandes revelaciones de las Letras mexicanas de finales del siglo XX y comienzos de la siguiente centuria, junto a otros jóvenes narradores como Ricardo Chávez, Vicente Herrasti, Ignacio Padilla, Pedro Ángel Palou y Eloy Urroz, que conforman, con él, la ya mencionada "Generación de Crack".
En su faceta de escritor, Jorge Volpi se dio a conocer a comienzos de los años noventa por medio de A pesar del oscuro silencio (1992), una narración extensa que, en palabras del propio autor, "tiene una parte histórica, biográfica" que podría enlazar con En busca de Klingsor (1999), considerada unánimemente por críticos y lectores como su obra maestra. En esta interesante opera prima, el narrador mexicano indaga en la peripecia vital de Jorge Cuesta (1904-1942), el gran poeta y ensayista de Córdoba (Veracruz) perteneciente al grupo de los "Contemporáneos". El trágico final de este autor, que se suicidó en un manicomio antes de haber cumplido los cuarenta años de edad, inspiró a Volpi un ameno relato sobre el que considera "uno de los intelectuales más importantes del siglo en México".
Dos años después de la publicación de esta opera prima, Jorge Volpi dio a la imprenta Días de ira (1994), una novela corta sobre el demonio que vio la luz en un volumen recopilatorio que, bajo el título de Tres bosquejos del mal (1994), incluía además dos narraciones breves de otros dos autores de su generación, los ya citados Ignacio Padilla y Eloy Urroz. Este libro se considera actualmente como la tarjeta de presentación de quienes pronto habrían de quedar agrupados bajo el marbete de "Generación del Crack". Al cabo de un año, el joven escritor de Ciudad de México volvió a los anaqueles de las librerías con La paz de los sepulcros (1995), una novela política definida por el propio Volpi como "casi un exabrupto, por la situación que había vivido México en el 94" y, al mismo tiempo, como "una especie de divertimento, con el tema de la política mexicana en el futuro".
Otro de los antecedentes inmediatos de En busca de Klingsor fue la narración extensa titulada El temperamento melancólico (1996), que anticipa algunos de los temas y los recursos formales desarrollados luego en su obra maestra. En ella, Volpi presenta a un director de cine alemán que, obligado a rodar un película en México y con actores mexicanos, se sirve de todos los medios que están a su alcance para intentar que las emociones de la ficción fílmica se vuelvan reales. Inmerso, por aquellas fechas, en un febril período creativo, al año siguiente Jorge Volpi dio a los tórculos Sanar tu piel amarga (1997), una novela corta de temática amorosa considerada por su autor como "un divertimento", "una sátira sobre estos lugares que consiguen parejas, que arman parejas, para tratar de burlarme, de definir un poco las relaciones amorosas en nuestra época".
Su primera incursión en el género ensayístico lleva por título La imaginación y el poder. Una historia intelectual de 1968 (1998). Se trata de una extensa y profunda reflexión "sobre la relación de los intelectuales mexicanos con el poder en el 68 mexicano, en el momento en el que está el gran movimiento estudiantil en el mundo, pero sobre todo en México, que termina con la masacre de la Plaza de las Tres Culturas, y que define en gran medida la cultura mexicana, pues es una investigación crítica sobre la actitud de los intelectuales en ese momento". Obra de hondo calado intelectual, este ensayo postula que el fruto más granado del movimiento del 68 en México fue la implantación de imaginación y la creatividad como motores capaces de sacudir al país de su secular letargo cultural. En opinión de Volpi, la imaginación se convirtió en el arma más poderosa para desafiar al poder y generó un nuevo estado de ánimo colectivo en el que las ganas de vivir de una manera distinta, la necesidad de sostener un permanente debate estético e ideológico, y la voluntad de mantener alerta en todo momento el espíritu de disensión, dieron paso a una nueva actitud de los artistas e intelectuales con los altas esferas del poder. Convertido ya en un diestro creador de historias de ficción, Volpi aplica sus habilidades novelísticas al desarrollo estructural de estas ideas, y consigue a la postre un ameno (pero, al mismo tiempo, profundo) ensayo en el que la concatenación de los sucesos históricos se va hilvanando como un argumento narrativo que va más allá, en el plano estético, de la mera descripción de los hechos y la pura exposición de las ideas y reflexiones que suscitan. Y todo ello sin caer en la añoranza sentimental de un tiempo pasado ni en el elogio exagerado de un período que podría ser considerado como idílico; antes bien, mostrando la osadía de un joven pensador capaz de valorar la imaginación y la creatividad como las mejores respuestas contra los abusos de autoridad, la falsificación de la Historia y, en concreto, algunos acontecimientos tan dramáticos como la Masacre de Tlatelolco.
En busca de Klingsor (1999)
A los treinta y un años de edad, ya con seis publicaciones en su haber, Jorge Volpi saltó a los titulares de todos los medios de comunicación hispanoamericanos tras haber obtenido, con su novela titulada En busca de Klingsor, el prestigioso premio "Biblioteca Breve", convocado por el sello editorial español Seix Barral. El narrador y ensayista cubano Guillermo Cabrera Infante, miembro del jurado que otorgó dicho galardón, definió la novela ganadora como "una muestra ejemplar del arte que quiero llamar la ciencia-fusión. Fusión de la ciencia con la historia, la política y la literatura para conformar eso que llamamos cultura. Ésta es una novela alemana escrita en español. Jorge Volpi no falla nunca en la creación de los personajes -algunos históricos, otros de ficción-, y todo está unido por la cohesión de ese elemento que es esencial al cine y a muchas novelas y dramas: el suspense. Nos intriga y nos inquieta saber lo que va a pasar, 'what comes next'. En este sentido la novela es maestra".
La narración de Volpi relata las vicisitudes del joven teniente Francis P. Bacon, quien recibe la orden de capturar al científico que controló las investigaciones atómicas del III Reich. Al igual que el "Mefistófeles" de Hitler, "Klingsor" (nombre en clave de este científico) es el encargado de supervisar la organización secreta de físicos y místicos de las SS dedicada a investigar sobre las armas nucleares y, en último término, a construir la bomba atómica. Al hilo de esta búsqueda, el teniente Bacon va descubriendo la complicidad de las elites sociales e intelectuales alemanas en los horrores del nazismo; pero también, en una suerte de "novela de aprendizaje" muy particular, va hallando las primeras encrucijadas del amor, la tiranía y los placeres del sexo, el poder omnímodo de la mentira sutil, las múltiples caretas con las que puede disfrazarse la personalidad y, en suma, la relatividad moral de la época que le ha tocado vivir.
Tras la aparición de En busca de Klingsor, Jorge Volpi dio a la imprenta un libro de recuerdos e impresiones de viaje, publicado bajo el título de Islas. El juego del Apocalipsis: un viaje a Patmos (2000).
El fin de la locura (2003)
El recorrido sobre el siglo XX, que Volpi iniciara con vocación de trilogía en las páginas de En busca de Klingsor, encontró continuidad algunos años después en El fin de la locura. La obra se presenta como un paseo crítico por los escenarios míticos de la izquierda, desde 1968 hasta la caída del muro de Berlín, de la mano de Aníbal Quevedo, un personaje arrancado de la literatura de aventuras y la picaresca e inspirado claramente en El Quijote.
En 2004 publicó La guerra y las palabras. En 2006, por su parte, hizo lo propio con No será la tierra, una novela en la que narra tres historias sobre la vida de tres mujeres en las que compone un cuadro de realidad que describe los momentos más intensos que ha vivido la sociedad en los últimos años del siglo XX. El 5 de junio de 2009, Volpi obtuvo el premio Debate-Casa de América por su obra El insomnio de Bolívar.
