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HistoriaBiografía

Soto, Hernando de (1500-1542).

Conquistador y descubridor español nacido en Jerez de los Caballeros hacia el año 1500 y muerto el 21 de mayo de 1542, mientras realizaba una larga marcha en busca de la desembocadura del río Mississippi, descubierto por él en mayo de 1541. Participó en la colonización de Castilla del Oro, Nicaragua y Perú, y fue nombrado adelantado de la Florida; emprendió la colonización de dicho territorio, pero apenas pudo realizar el descubrimiento de algunas tierras del suroeste de los Estados Unidos.

Nacido en el seno de una familia hijodalga, formada por Francisco Méndez de Soto, oriundo de la Bureba, y doña Leonor Arias Tinoco, oriunda de Portugal. No se conoce nada de su infancia, ni sus primeros años de juventud, pero tenemos una descripción suya hecha por Pedro Pizarro, según el cual era “hombre pequeño, diestro en la guerra de los indios, valiente y afable con los soldados”. Embarcó para América en la gigantesca expedición (1.500 hombres) que llevó Pedrarias Dávila a Castilla del Oro y que salió el 11 de abril de 1514. Hernando de Soto participó en las acciones principales que se realizaron entonces en Panamá, como soldado bajo las órdenes de Gaspar Espinosa. En la campaña contra Urracá, en la que logró el título de Capitán, contribuyó a la fundación de la villa de Santiago de Natá entre 1520-22. Participó luego en el descubrimiento y conquista de Nicaragua por Hernández de Córdoba y asistió a las fundaciones de Bruselas, León y Granada (1524). Luchó con Gil González Dávila y, tras participar en el sometimiento de Hernández de Córdoba, se asentó en Granada como regidor y uno de sus vecinos principales. Allí tuvo dos hijos en una mujer indígena, que fueron María (reconocida) y Andrés. También convivió maritalmente con la española Juana Hernández, en la que no tuvo descendencia. Se dedicó a los negocios y tuvo dos buques dedicados al lucrativo negocio de esclavos, en compañía con Hernán Ponce. Pizarro requirió su ayuda para la conquista del Perú, para obtener su colaboración le ofreció el cargo de teniente general; Soto aceptó y abandonó su vida de comodidades para lanzarse a la conquista de nuevos territorios. Fletó cuatro buques y equipo 100 hombres con los que se unió a Francisco Pizarro en la isla de Puná, donde se encontró con la sorpresa de que el cargo que se le había prometido había sido otorgado ya a Hernando Pizarro. Mas tarde se le compensaría con una encomienda en Piura, primera población fundada por los españoles en el Tawantinsuyu.

Hernando de Soto actuó decisivamente en la conquista del imperio Inca. Acompañó a Pizarro hasta Cajamarca y fue enviado para intimidar a Atahualpa. Realizó entonces una cabalgada y frenó frente a la misma persona del Inca, que al parecer no se inmutó (15 de noviembre de 1532). Al día siguiente, el de la victoria, De Soto capitaneó uno de los tres escuadrones de caballería, junto con Benalcázar y Hernando Pizarro. Después de la prisión de Atahualpa fue enviado al Cuzco, donde redondeó su botín. De Soto fue Corregidor en Cuzco, de lo que resultó una rivalidad con Juan Pizarro. La mediación de Francisco Pizarro solucionó la tensión.
Hernando de Soto partió después para Nicaragua con sus grandes riquezas. Pasó a Lima y finalmente (fines de noviembre de 1535) se encaminó a Panamá, cruzó el istmo hasta Nombre de Dios y regresó a España. Era un indiano auténtico. Tenía 35 años y una inmensa fortuna. En 1537 se casó en Segovia con doña Isabel de Bobadilla, hija de Pedrarias, y se trasladaron a Sevilla. Al conocer las noticias de los descubrimientos realizados al norte de México le entró nuevamente el desasosiego por la aventura. Ese mismo año solicitó y obtuvo la conquista de la Florida, donde habían fracasado Ponce de León, Vázquez de Ayllon y recientemente Pánfilo de Narváez. Fue nombrado Adelantado de la Florida y Gobernador de Cuba, cargo este ultimo que reclamó para poder tener una base de operaciones. Invirtió todo cuanto había ganado hasta entonces en preparar una gran expedición integrada por 600 hombres armados a los que sostendría por año y medio, según se comprometió. Abundaban en ella veteranos del Perú y algunos portugueses. Embarcaron en siete navíos y tres bergantines el 6 de abril de 1538, al llegar a Cuba en junio, reedificó allí el fuerte de la Habana, hizo acopio de víveres y refuerzos y dejó a Juan de Rojas como su Lugarteniente del Gobernador y a su mujer doña Isabel de Bobadilla. El 18 de mayo de 1539 zarpó de La Habana con nueve embarcaciones, a bordo de los cuales iban 515 hombres, sin la marinería, y 237 caballos.

La armada llegó sin contratiempos a la bahía del Espíritu Santo (Tampa) el 25 de mayo de 1539, donde encontraron a Juan Ortiz, un superviviente de la expedición de Narváez, que vivía desde hacía doce años con los indios. El Adelantado dejó cien hombres en el puerto y ordenó regresar las naves a Cuba (con ordenes de volver al cabo de un tiempo). Luego se internó con sus hombres en la península de la Florida. Desde entonces y durante tres años, recorrió incesantemente el territorio suroriental norteamericano, atraído por diversos mitos que se desvanecieron. Fue hasta Apalachee, antiguo objetivo de Narváez, donde invernó y luego siguió hacia el noreste a través de la actual Georgia. En las proximidades del río Savannah cambió hacia el noreste -por donde llegó casi a Tennessee-, y luego al suroeste nuevamente por Georgia y Alabama, para llegar a parar cerca de Mobila. Tras cambiar el rumbo hacia el noroeste llegó el 8 de mayo de 1541 a las orillas de un río enorme. Era el Misissippi, al sur de donde luego se construyó la ciudad de Memphis (Tennessee). Lo llamaron el Río Grande del Espíritu Santo. Los indios lo denominaban Meact Massipí o “padre de las aguas”. Para poder cruzarlo tuvieron que construir cuatro piraguas, lo que les llevó cerca de un mes. Se echó encima el invierno de 1541-42 y siguieron adelante por Arkansas, donde decidieron invernar.

La tropa había quedado reducida a la mitad: quedaban apenas 300 hombres y 42 caballos. En marzo de 1542 reanudaron la marcha en busca del mar, con dirección sur. El Adelantado enfermó de fiebres y llamó a sus capitanes y nombró como sucesor a Luis de Moscoso. Falleció el 21 de mayo de 1542. Sus hombres lo envolvieron en una manta y lo sumergieron en las aguas del río que había descubierto. Los sobrevivientes construyeron unos bergantines y bajaron el Misissippi durante 50 días, al cabo de los cuales llegaron a la desembocadura. Era ya el año de 1543.

Bibliografía

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  • SINE, Ronald. De Soto, finder of the Mississippi (New York, 1957).

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