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HistoriaPolíticaBiografía

Sertorio, Quinto (121-72 a.C.).

General y político romano nacido en Nursia en 123 a.C. y fallecido en Osca (Huesca) en 72 a.C. Durante la dictadura de Sila fue proscrito y tuvo que huir a Hispania, donde organizó la resistencia contra Roma.

Vida

Sertorio pertenecía a la nobleza municipal de su ciudad natal. Tras ingresar en la caballería del ejército romano, tuvo su bautismo de fuego en el año 105, en la batalla de Arauso, en la que Servilio Cepión fue derrotado por los cimbrios. De hecho, fue uno de los pocos supervivientes de esta contienda, al conseguir salvar la vida cruzando el Ródano con la coraza puesta. Al año siguiente volvió a enfrentarse con los cimbrios y los galos, esta vez bajo las ordenes de Mario, a cuyo partido se unió. Tiempo después, cuando se encontraban a punto de entrar en combate con los galos, Sertorio, quien conocía el idioma de los bárbaros, se infiltró en el campamento de los enemigos con el fin de conocer sus planes. Recibió numerosos honores por su intrépida acción. A las ordenes de Mario participó en las batallas de Aquae Sextiae y Vercellae. En 99 a.C. fue destinado a Hispania como tribuno militar de Tito Didio. Durante su mandato se enfrentó a los celtíberos y tuvo que hacer frente a un motín en la ciudad de Cástulo, acciones por las que recibió la corona gramínea.

Alianza con los populares

En 91 a.C. se le asignó el mando de la Galia Cisalpina con el grado de cuestor; su actuación como tal hizo que ganara fama de ser un gran administrador, lo que aumentó su prestigio. Durante uno de los combates de la guerra social perdió un ojo. Temeroso del aumento de su poder, Sila le impidió el acceso al tribunado. Así, cuando estallaron en Roma las disputas entre los populares y los optimates, se puso de parte de los primeros, encabezados por Mario y Cinna. Contribuyó a poner fin en el año 88 a.C. al destierro que estaba sufriendo su amigo Mario. Se puso al frente del motín que permitió por aquel entonces a los populares hacerse con el control de Roma. Una de sus actuaciones más discutida fue la de ordenar el degollamiento de la tropa de esclavos que habían sido armados por Mario y que estaban asesinando a muchos ciudadanos, por lo que se vio obligado a retirarse momentáneamente de la vida política. Sertorio fue elegido pretor en el año 83 a.C., cuando Roma se encontraba en plena guerra civil. Conquistó la ciudad de Sessa Aurunca, pero se vio obligado a refugiarse en Etruria cuando fue abandonado por sus soldados. Tras la finalización de su mandato fue enviado a la Hispania Citerior con el grado de propretor.

Guerras sertorianas

Al proclamarse la dictadura de Sila en 81 a.C., al poco tiempo de su regreso a Roma, tuvo que huir de la ciudad. Regresó a Hispania al año siguiente y se puso a la cabeza de las poblaciones locales para oponerse a Roma. Gracias a sus contactos entre los indígenas y los emigrados itálicos, reunió un ejército de 9.000 hombres con el que trató de evitar que sus rivales políticos cruzaran los Pirineos. Pero Cayo Annio, quien había sido enviado por Sila, derrotó a Julio Salinator, general de Sertorio. Éste se vio obligado a refugiarse con el resto de sus tropas en Cartago Nova. Consiguió embarcarse con tres mil hombres y, tras una breve estancia en las islas Canarias, se estableció en Mauritania, provincia que había permanecido fiel al bando mariano. Sertorio fracasó en un intento de desembarcar en Andalucía. Tras conquistar la ciudad de Tingis (Tánger), recibió un mensaje de los lusitanos, quienes le pedían que se pusiese con sus hombres al frente de la rebelión contra Roma.

Desembarcó en 80 a.C. en las cercanías de Tarifa acompañado de un pequeño contingente, y desde allí se dirigió a Lusitania. Sabedor de su inferioridad frente a las legiones romanas, puso en práctica la lucha de guerrillas. En las cercanías del río Betis, actual Guadalquivir, derrotó al propretor de la Hispania Ulterior, Fufifidio, tras lo cual se lanzó a la conquista de la Hispania Citerior. Roma, que veía la posibilidad de perder una de sus provincias más importantes, reaccionó enviando en el 78 a.C. a Quinto Metelo. Pero este general fue derrotado por la táctica de las guerrillas, ya que sus hombres no estaban preparados para hacerla frente. Después de la retirada de Metelo, toda la responsabilidad de la guerra en el bando romano quedó en manos del Mario Domicio Albino, propretor de la Citerior, quien fue aplastado por el lugarteniente de Sertorio, Lucio Hirtuleio. Las operaciones militares se trasladaron a la Meseta Sur, entre el Tajo y la Sierra de Guadarrama; de allí se dirigieron al valle del Henares y conquistaron Contrebia y Bílbilis. Sertorio llegó a orillas del río Ebro, donde acabó con el ejército de Lucio Manlio, gobernador de la Galia Narbonense, que había acudido en ayuda de sus colegas.

Organización de su gobierno

De esta forma, el general rebelde consiguió convertirse en el dueño de la Hispania Citerior. Estableció momentáneamente su cuartel general en Denia, para luego trasladarlo a Osca (Huesca). Creó una administración similar a la romana, encabezada por un Senado creado a imitación del de Roma. Sus partidarios fueron aumentando gracias a la llegada de numerosos ciudadanos romanos que habían sido victimas de las proscripciones de Sila. Sertorio estableció pactos de amistad con los lusitanos, los celtíberos y los íberos. Para garantizar su fidelidad, convirtió en rehenes a los hijos de los principales jefes indígenas, los cuales permanecían en Osca, donde eran instruidos en la cultura romana. Este hecho contribuyó a acelerar el proceso de romanización en Hispania. Existía una leyenda entre los hispanos según la cual Sertorio siempre llevaba consigo por las tierras de Hispania una cierva blanca, animal consagrado a Diana, que le advertía de lo que debía hacer.

Enfrentamientos con Pompeyo

A comienzos del año 75 a.C. llegó Pompeyo a la Península con un ejército de 40.000 hombres. Los efectivos de Sertorio, por su parte, se habían visto aumentados por los hombres de Perpenna, quien había sido obligado por sus hombres a unirse al general rebelde. Para evitar deserciones entre los indígenas, Sertorio ordenó la destrucción de la ciudad de Lauron, que se había mostrada partidaria de Pompeyo. Éste derrotó a Perpenna en las cercanías de la ciudad de Valentia, pero cuando se dirigía a unirse con los hombres de Metelo, que tras su derrota se había refugiado en Córdoba, fue derrotado por Sertorio en Lauron. Metelo y Pompeyo consiguieron por fin reunir sus efectivos en las cercanías de la ciudad de Sagunto, donde les venció Sertorio. Pompeyo, consciente de su inferioridad, se retiró a la Galia a esperar la llegada de refuerzos. Sertorio rechazó la solicitud de Mitríades, rey del Ponto, de una alianza. Éste, a cambio de 3.000 talentos y 40 naves, le solicitaba el envío de tropas que le ayudaran a apoderarse de Asia Menor.

Derrota de Sertorio

En 74 a.C., Pompeyo recibió refuerzos, por lo que cambió su estrategia y trató de ganarse el favor de los pueblos aliados de Sertorio, que comenzaban a estar cansados de sus excesos. Perpenna, deseoso de ocupar el puesto de Sertorio, tramó una conjura contra él y lo mandó asesinar en el 72 a.C., durante un banquete celebrado en la ciudad de Osca. La miembros de la guardia personal de Sertorio que habían hecho el juramento de no sobrevivirle se suicidaron. Tras su muerte, apareció en Roma un hombre que decía ser su hijo. Pero su esposa no quiso reconocerlo, a pesar de haber recibido numerosas presiones para que lo hiciera.

Bibliografía

  • GARCÍA MORA, F.: Un episodio de la Historia Republicana: la Guerra de Sertorio, Granada: Universidad, 1990.

  • ---: Quinto Sertorio, Granada: Universidad, 1991.

  • SCHULTEN, A.: Sertorio, Barcelona: Bosch, 1949.

JLGC

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  • JLGC