Schlegel, Friedrich von (1772-1829).
Filósofo y crítico alemán, nacido en Hannover y muerto en Dresde. Estudió Derecho en Gotinga y Leipzig, al mismo tiempo que se dedicaba a una investigación profunda de la literatura y cultura griegas. En Jena fue uno de los principales animadores, junto con su hermano August Wilhelm, del círculo agrupado en torno a la revista Atheneum, órgano del primer cenáculo romántico de Jena. Dio cursos y clases particulares en París y Colonia, y en 1808 se convirtió al catolicismo. En Viena fue también animador de otro círculo romántico en torno a la revista Concordia.
Especializado en filología, ya desde sus primeros estudios se muestra más como crítico de las relaciones entre el mundo antiguo y moderno que como simple filólogo. Así aparece en sus obras: Griegos y romanos (1797), Sobre el estudio de la poesía griega (1797) e Historia de la poesía de los griegos y de los romanos (1798). En ellas delinea una contraposición entre poesía objetiva del mundo clásico y poesía interesante de la modernidad, algo así como la distinción schilleriana entre lo ingenuo y los sentimental. La intención de estos trabajos es contraponer la fragmentación y artificialidad del mundo moderno con la armoniosa e instintiva naturalidad de la antigüedad. La urgencia de superar la negatividad de la condición moderna lo induce a dedicarse de lleno a la reflexión filosófica. Schleger cree que es inútil abandonarse en la nostalgia por el clasicismo perdido, puesto que está convencido de que el arte moderno tiene en sí el potencial para trascender su abstracta subjetividad y para renovar el carácter objetivo de la cultura antigua por medio de un proceso de autorreflexión. Es así como delinea una idea de la poesía trascendental, capaz de mediar en una síntesis superior el contraste entre la bella Antigüedad y el desgarramiento del tiempo presente (Diálogo sobre la poesía, 1800, y Lucinda, 1799).
El último período del pensamiento de Schlegel, el austríaco, está marcado por un signo místico y religioso coincidente con su conversión al catolicismo. Considera que el idealismo ha hecho ya su recorrido cíclico a través de los cuatro sistemas: Fichte y Schelling por una parte (que representan la pura especulación teórica) y Kant y Jacobi por la otra (representantes de la instancia práctica de la fe). La tarea que queda por realizar, según él, es la de un nuevo espiritualismo fundado en la experiencia cristiana, fijando la atención, no en el principio de la razón ni en el sentimiento en la fe, sino en el principio de la personalidad humana y en la realidad de la vida, donde la filosofía encuentra su culminación. A este período pertenecen las obras: Filosofía de la vida (1827), Filosofía de la historia (1817) y Filosofía del lenguaje y de la palabra (1829).