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HistoriaBiografía

Sancho I, Rey de Portugal (1154-1211).

Rey de Portugal, llamado el Repoblador, nacido en Coimbra el 11 de noviembre de 1154 y muerto en la misma localidad el 26 de marzo de 1211. Nieto por parte de madre -doña Mafalda de Saboya- de Amadeo III de Saboya, era hijo de Alfonso I Enríquez, a cuya muerte, en el año 1185, subió al trono. En el año 1174 contrajo matrimonio con doña Dulce de Aragón, hija de Raimundo Berenguer IV.

Desde muy joven fue iniciado por su padre en las labores de gobierno y en las acciones militares, tal y como demuestra que a con tan sólo doce años encabezase una expedición militar -en la que estuvo a punto de caer prisionero de las tropas leonesas- contra Ciudad Rodrigo, localidad en litigio entre el reino de León y el de Portugal, que a la sazón se hallaba en poder de Fernando II de León. En el año 1170 fue nombrado caballero por su propio padre, quien, aquejado cada vez de sus múltiples dolencias, fue delegando de forma progresiva los asuntos del reino en su heredero. En el año 1178, el príncipe Sancho inició una expedición de saqueo por la Andalucía occidental, en la que llegó a los arrabales de Sevilla, tras la cual volvió a Portugal con un cuantioso botín de guerra. En el año 1184, un año antes de ascender al trono portugués, defendió con notable éxito los ataques almohades sobre la recién conquistada ciudad de Santarem.

Tres días después de la muerte de su padre, Sancho I fue coronado rey de Portugal en Coimbra, con lo que se reafirmaba a Portugal como un estado soberano e independiente de León, del que se había independizado gracias a Alfonso I Enríquez. Con un reino sólido y las estructuras administrativas consolidadas, Sancho I se volcó en la doble labor de repoblar su territorio y sanear lo más posible las depauperadas arcas del tesoro regio, esquilmadas por las continuas guerras y conquistas realizadas del anterior reinado

Sancho I demostró una gran competencia en labores económicas, saneó las rentas de la Corona y estimuló la industria nacional con el fin de satisfacer las necesidades reales del país. Gracias a su capacidad ahorradora, pudo atesorar una gran fortuna que guardó y custodió en diferentes fortalezas del país -Coimbra, Évora, Belver y Alcobaça-, fortalezas que fueron vigiladas por diferentes órdenes militares. El monto total de su fortuna ascendió a su muerte a unos 716.000 maravedíes, los cuales distribuyó en su segundo testamento entre sus hijos y demás dignidades de la Corona: 80.000 maravedíes fueron a parar a las arcas del príncipe heredero, el futuro rey Alfonso II; 10.000 maravedíes para el resto de sus hijos varones; 8.000 y 7.000 maravedíes para sus hijos ilegítimos, según fueran varones o mujeres, respectivamente; 100 marcos de plata para sus hijas legítimas; y, el resto, lo distribuyó entre los principales señores del reino, conventos, obispados y demás instituciones.

La labor más destacada de Sancho I de Portugal fue la repobladora, especialmente en las tierras orientales del actual Portugal. Para tal fin, concedió una serie de fueros ventajosos y flexibles a los primigenios concejos con la intención de atraer pobladores estables a las zonas sureñas que la Corona iba incorporando en su avance hacia el sur, como las de Gonveia (1186), Covilhá (1186), Viseu (1187), Avó (1187), Bragança (1187), etc. Entre los años 1192-95 reanudó la política repobladora y de otorgamiento de fueros, de los cuales se beneficiaron las poblaciones de Penacova, Marmelar, Pontével, Povos y San Vicente de Beira. Sancho I otorgó importantes privilegios a los habitantes de estos concejos fronterizos, tales como la exención de pagar la contribución para construir y reparar castillos y fortalezas reales, y del oneroso pago real del portazgo y demás impuestos de tránsito, amén de bastantes ventajas de orden militar y financiero. De esta forma atrajo a numerosos colonizadores extranjeros, sobre todo de origen franco; con todo, quienes más se favorecieron de la política de concesiones y repoblación del rey portugués fueron las órdenes militares de los hospitalarios, dueños de importantes fortalezas (castillos de Belver), los templarios, gobernantes de la margen derecha del río Tajo y de gran parte del Alentejo, o los calatravos, que se beneficiaron con enormes extensiones y castillos en la Extremadura portuguesa.

Sancho I fue un rey pacífico y amante del diálogo que sólo utilizó las armas cuando su reino fue amenazado, o cuando tenía la posibilidad cierta de sacar algún beneficio territorial con poco esfuerzo y peligro para su reino, como ocurrió en el año 1189, que aprovechó la escala hecha en Lisboa por los cruzados de la Tercera Cruzada, para atacar, junto con las tropas frisonas y danesas, toda la costa del Algarve y tomar el importante enclave almohade de Silves, el cual perdió al año siguiente, junto con Alcácer, Palmela y Almada.

Sancho I también tuvo un serio enfrentamiento con el autoritario papa Inocencio III, debido al pago del censo a la Santa Sede, al que se había comprometido su padre, Alfonso I Enríquez, cuando enfeudó, en el año 1143, su reino al Pontificado a cambio del apoyo de la Santa Sede en su pretensión de independizarse del reino de León. Aunque Sancho I se reconcilió antes de su muerte con el papa, el problema subsistiría en los reinados siguientes. También se enfrentó al clero de su propio reino, en concreto con los obispos de Oporto y de Coimbra, por cuestiones de preponderancia entre ambos -sobre quién debía ostentar la sede primada de la Corona-, problema que se solucionó en el año 1209, gracias a la mediación del obispo de Zamora, quien llegó a un acuerdo con el obispo de Oporto.

Consumado poeta y lector, Sancho I cultivó y propulsó la vida cultural de su reino; bajo su mecenazgo fueron introducidos en la corte toda una pléyade de estudiosos del Derecho Romano, sufragando de su propio bolsillo los estudios de destacados portugueses en las universidades de Montpellier y de París.

Bibliografía

  • PAYNE, S. Breve historia de Portugal. (Madrid, 1987).

  • BIRMINGHAM, D. Historia de Portugal. (Cambridge, 1995).

  • MATTOSO, J. y de SOUSA, A. História de Portugal: A monarquía feudal (1096-1480) (Lisboa, 1994).

  • HERCULANAO, A. História de Portugal: desde a começo da monarquía até o fim do reinado de Alfonso III. (Lisboa, 1980).

  • CORTADA, J. Historia de Portugal. (Lisboa, 1996).

Autor

  • Carlos Herráiz García