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LiteraturaBiografía

Sagan, Françoise (1935-2004).

Narradora y dramaturga francesa, nacida en Cajarc (Lot-et-Garonne) el 21 de junio de 1935 y fallecida en Honfleur (Normandia) el 24 de septiembre de 2004.

Aunque su verdadero nombre era el de Françoise Quoirez, ha pasado a la historia de las Letras francesas por su pseudónimo de "Françoise Sagan", que tomó prestado a Marcel Proust, y con el que firmó sus obras de creación literaria. Dotada de una extraordinaria capacidad para la explotación de argumentos poco convencionales que se sirven de la ironía y el cinismo para arremeter contra los valores morales de la burguesía de su tiempo, fue una de las escritoras más precoces de la literatura francesa contemporánea y, a pesar de los graves defectos estilísticos y estructurales que presenta su obra, una de las autoras que gozaron del favor de un mayor número de lectores.

Miembro de una familia acomodada, sus deseos de vivir una vida libre le hicieron descuidar sus estudios de bachillerato para frecuentar locales de jazz; en Saint Germain des Prés conoció a Jean Paul Sartre. Impulsada desde su temprana juventud por su innata vocación literaria, aún no había alcanzado los veinte años de edad cuando dio a la imprenta su primera novela, Bonjour, tristesse (Buenos días, tristeza, 1954), una opera prima que cosechó un éxito de ventas inusitado en el mercado editorial francés de mediados de los años cincuenta: un millón de ejemplares en sólo un año. Galardonada con el prestigioso "Prix des Critiques" (uno de los más codiciados por cualquier escritor galo), esta primera incursión de Françoise Sagan en el campo de la narrativa le otorgó una extraordinaria fama no sólo entre la crítica y los lectores, sino también entre muchos jóvenes colegas que, en pocas semanas, aceptaron el punto de vista de la autora como uno de los referentes más significativos de su generación. Cierto es que ni el argumento de esta primera novela de Sagan -una simple historia de la clase media, teñida de un vago tono romántico que alcanzaba plenamente los objetivos mercantiles de la industria editora francesa de aquel período-, ni su organización estructural -harto defectuosa, como cabe esperar en una autora tan joven e inexperta como lo era Françoise Sagan cuando escribió Buenos días, tristeza-, ni su acabado estilístico hacían prever el éxito de ventas cosechado a los pocos días de su salida a la calle; pero no lo es menos que la sencillez de la historia narrada y la sinceridad de la autora al transmitirla la convierten en un excelente producto de consumo cultural con el que se identificó de inmediato toda una generación. La obra acrecentó aún más su alcance (y, desde luego, la fama de la escritora) cuando, en 1958, el director estadounidense Otto Preminger rodó una excelente versión cinematográfica, estrenada bajo el mismo título en las principales salas de todo el mundo, y protagonizada por Deborah Kerr y David Niven. Posteriormente, otra novela suya daría lugar a una nueva obra cinematográfica, De guerre lasse (1987), dirigida por el cineasta francés Robert Enrico y centrada en el personaje de una viuda de un cirujano vienés que, durante la Segunda Guerra Mundial, colabora con la resistencia.

Cuando este filme otorgó proyección universal a su nombre y su obra literaria, la precoz escritora ya había incrementado su producción narrativa con otras novelas de cuño similar que vinieron a aprovechar la estela abierta por su célebre opera prima, como Un certain sourire (Una cierta sonrisa, 1955) y Dans un mois, dans un an (Dentro de un mes, dentro de un año, 1957). La aparición de la primera de ellas vino a confirmar plenamente que Françoise Sagan estaba llamada a convertirse en uno de esos autores capaces de arrastrar hasta las librerías a una legión de lectores con tan sólo anunciar la salida a la calle de su próxima obra, al tiempo que ponía de relieve la consolidación de ese estilo personalísimo que, aunque censurado por quienes gustaban de una prosa mucho más selecta y depurada, se había revelado muy eficaz para los propósitos narrativos de Sagan (quien, en su censura del convencionalismo social y moral, se había propuesto dejar al lado cualquier prejuicio y acentuar las dosis de mordacidad y erotismo). De nuevo el argumento era poco original (una joven se enamora de un hombre casado mucho mayor que ella), el desarrollo de la trama progresaba con torpeza y la construcción de los personajes dejaba mucho que desear; sin embargo, esa facilidad de Françoise Sagan para combinar con ternura y sarcasmo la ironía, el cinismo y las pinceladas eróticas volvió a llegar de forma muy directa a todos los lectores de su generación, plenamente identificados con la visión anticonvencionalista de la escritora de Cajarc.

El resto de su producción narrativa, que siguió exhibiendo esa maestría de Françoise Sagan para lograr un difícil equilibrio entre la censura de las convenciones sociales y el éxito de ventas, se completa con otras novelas tan difundidas como Aimez-vous Brahms? (¿Le gusta a Vd. Brahms?, 1959), Les merveilleux nuages (1961), La chamade (La llamada, 1965), Des bleus à l'âme (1972), Un profil perdu (Un perfil perdido, 1974) -una lúcida reflexión sobre el envejecimiento del ser humano-, Le lit défait (1977), Il fait beau jour et nuit (1979) y Un orage immobile (Una tempestad inmóvil, 1984). Sus memorias vieron la luz a mediados de los años ochenta bajo el título de Con toda mi simpatía (1983).

Al tiempo que desplegaba esta intensa labor narrativa, Françoise Sagan fue creando también una interesante producción teatral que, animada por las mismas inquietudes temáticas que se hacen presentes en sus novelas, comprende algunas piezas dramáticas tan notables como Château en Suède (Castillo en Suecia, 1960) -un lúdico ejercicio teatral que pone sobre las tablas las reglas de juego del amor elegante, frívolo y mundano- y Si les violons parfois... (Si los violines a veces..., 1961) -una corrosiva sátira de las costumbres y las formas de vida provincianas-. El resto de su bibliografía teatral incluye otros títulos como Un cheval évannoui (Un caballo desvanecido, 1966), Un piano dans l'herbe (Un piano sobre la hierba, 1970) y Le chien couchant (El perro perdiguero, 1980).

En su última obra, Derrière l´épaule (Detrás de la espalda, 1998), la autora llevó a cabo una ácida autocrítica.

J. R. Fernández de Cano.

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.