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PinturaBiografía

Rembrandt (1606-1669).

Pintor y grabador holandés nacido en Leiden el 15 de julio de 1606 y muerto en Amsterdam el 4 de octubre de 1669. Su nombre completo era el de Harmenszoon Van Rijn Rembrandt. Está considerado como uno de los mayores genios pictóricos de todos los tiempos, un gran maestro en el uso de la luz, el claroscuro, el dibujo y el grabado. Artísticamente Rembrandt fue el mayor exponente del arte barroco en Holanda

Aprendizaje

A pesar de pertenecer a una familia humilde y numerosa, su padre era molinero y quizá tuvo siete o más hermanos, recibió una buena educación. Empezó sus estudios en la escuela latina de Leiden y con catorce años fue admitido en la universidad de su ciudad natal, algo bastante frecuente en la época. Pese a lograr entrar en la universidad Rembrandt abandonó pronto los estudios para dedicarse por entero a su gran pasión, el arte.

Autorretrato. Rembrandt, (1627). Staatliche Museen Kassel, (Dresde, Alemania).

En 1621 inició sus estudios artísticos bajo la tutela de Jacob van Swanenburg y más tarde (1624), ya en Amsterdam, como discípulo de Lastman. Seis meses más tarde regresó a Leiden y se estableció como pintor independiente (1625) en sociedad con su amigo Jan Lievens. Su éxito fue rápido y pronto empezó a contar con discípulos propios, entre los que se encontraba Gerrit Dou (a partir de 1628).

Las primeras pinturas y grabados que realizó, en esta época la mayor parte de temas religiosos, se encontraban bajo la influencia de Pieter Lastman y de los seguidores de Caravaggio en Utrecht. Evidente en obras como Cristo y los peregrinos de Emaús, donde presentaba una agitación casi violenta de personajes y grandes efectos teatrales de luz. La distancia respecto a Lastman empezó a ser muy significativa a partir de 1630, en obras como Jeremías profetizando, La destrucción de Jerusalén y la Presentación de Jesús en el templo; donde los violentos contrastes lumínicos se redujeron a una evocación de sombra que envolvía a los personajes y los temas representados adquirieron una mayor interpretación emocional.

A finales de la década de 1620 Rembrandt entró en contacto con el poeta y hombre de Estado Constantijn Huygens, padre del famoso físico Christiaan Huygens. La amistad entre ambos fue fundamental para el pintor ya que fue Constantijn quien le impulsó para que se estableciera en Amsterdam. Alrededor de 1631 Rembrandt gozaba ya de reputación y recibía encargos desde Amsterdam, por lo que decidió establecerse en dicha ciudad. En un primer momento se estableció en la casa de Hendrick van Uylenburgh, un vendedor de arte.

Su carrera tomó un gran impulso cuando el 22 de junio de 1634 contrajo matrimonio con la aristócrata Saskia van Uylenburgh, sobrina o prima de Hendrick. Saskia tenía una fortuna considerable e importantes contactos en la ciudad, pero pese a lo que pueda parecer, la pareja estaba enamorada, no tratándose de un matrimonio de conveniencia. Saskia le abrió las puertas de los círculos artísticos de la ciudad y se convirtió en la mejor de sus modelos y fuente constante de inspiración. En Amsterdam Rembrandt desarrolló su atracción por el retrato como género pictórico ya que esto era lo que más demandaba la adinerada burguesía mercantil de la ciudad, sus clientes principales. Los retratos de este periodo se caracterizaron por una enérgica y precisa interpretación fisonómica y una extraordinaria inmediatez.

El triunfo en Amsterdam

Si en Leiden alcanzó rápido el éxito, en Amsterdam fue clamoroso. Retratos como el de Nicolaes Ruts (1631) pronto le convirtieron en el pintor de moda entre la burguesía. Su éxito no se limitó a los retratos sino que se extendió también al resto de su obra. Sus cuadros de carácter mitológico, e incluso los religiosos, tuvieron una gran acogida. A este periodo corresponden obras como La lección de anatomía del doctor Tulp (1632), Descendimiento (1633) o Sansón cegado por los filisteos (1636). A medida que aumentó su fama su taller se fue llenando de discípulos, algunos de los cuales tuvieron un importante papel en la realización de muchas de las obras del maestro, hasta el punto de que ha habido grandes dificultades para atribuir algunas de sus obras.

Autorretrato vestido de oriental, con perro. Rembrandt, (1631). París.

A partir de 1633 Rembrandt empezó a firmar sus obras sólo con su nombre de pila, siguiendo así la antigua costumbre de los artistas renacentistas italianos. Este dato tiene una especial significación. Rembrandt, al igual que Rubens, era un artista profundamente orgulloso que gustaba de identificarse con los grandes artistas italianos del Renacimiento. Es por ello por lo que en sus primeros autorretratos aparece una pose evocadora de los personajes de Tiziano o Rafael.

La lección de anatomía del doctor Tulp quizá sea la obra más importante de este periodo ya que supuso un nuevo concepto del retrato. Aunque no lo parezca esta obra fue un encargo del gremio de cirujanos que quería un retrato de grupo. Todos los personajes que aparecen en el cuadro pertenecían al gremio y pusieron dinero para financiar la obra. Rembrandt, en lugar de colocarlos a todos en fila ideó esta composición en la que se les ve (y se puede identificar a cada figura) a todos ellos ejerciendo su trabajo. El doctor Tulp era el presidente del gremio y por eso ocupa el lugar principal. Esta misma idea de retrato de grupo fue aplicada, años más tarde, al más famoso de los cuadros de Rembrandt: La ronda de noche. Mientras que este cuadro suponía toda una revolución, la penetración psicológica y el perfecto dominio técnico los alcanzó en obras como Saskia sonriendo, Joannes Eliso, Mary Bockemolle, Hombre con atuendo oriental y Constructor naval y su esposa.

Lección de anatomía del doctor Tulp. Rembrandt, (1632). La Haya. Países Bajos.

A lo largo de la década de 1630 el arte de Rembrandt fue avanzando hacia un cromatismo más cálido y dorado, de pincelada más suelta y libre; estos cambios se hicieron más evidentes en los paisajes, de amplios cielos tempestuosos y rápidos resplandores; pero también se perfilaban en obras como La Pasión de Cristo (1633-1639) o El rapto de Ganímedes (1635).

La fama de Rembrandt fue tal que sus cuadros alcanzaron unos precios altísimos. A mediados de la década de 1630 un retrato del artista costaba unos 500 florines, un precio muy alto si se tiene en cuenta que un obrero ganaba unos 100 florines al año. Otro indicador de su éxito era su taller, en el que llegaron a trabajar 150 personas entre ayudantes y alumnos. La cantidad de encargos que recibía era tal que en ocasiones Rembrandt firmó el trabajo realizado por algunos de sus discípulos o dejó en manos del taller la elaboración de casi todo el trabajo reservándose para sí las correcciones finales. Pese a que esta práctica era muy frecuente en los talleres de todos los pintores de éxito, de hecho estaba permitida en los estatutos gremiales, nadie la usó tanto como Rembrandt.

Hacia 1635 Rembrandt, junto a su joven esposa, adquirió una gran mansión en la calle Jodenbree, en el barrio judío, que posteriormente se convertiría en el Museo Casa de Rembrandt. Allí la joven pareja vivió sus momentos más felices, rodeados de todo tipo de lujos, con granes sumas de dinero y contando con el reconocimiento de la sociedad holandesa. Saskia pronto se convirtió en la modelo ideal del artista y en su compañera inseparable. Hacia 1640 el artista había alcanzado la cúspide de su carrera y se encontraba en un gran momento personal. A partir de esa fecha todo empezaría a cambiar. Entre 1635 y 1641 Saskia dio a luz a cuatro hijos de los que sólo uno sobrevivió. En 1642 sería la propia Saskia la que fallecería de forma prematura, quizá de tuberculosis.

La decadencia

El mismo año de la muerte de Saskia, Rembrandt pintó el que posiblemente sea su cuadro más famoso: La Compañía del capitán Banning Cocq, tradicionalmente conocida como La Ronda de noche. Se trataba de un retrato de grupo de algunos miembros de una de las compañías de arcabuceros de Amsterdam. Este cuadro, tildado en la actualidad de obra maestra, puede considerarse como el inicio de la decadencia del pintor ya que supuso el punto de inflexión a partir del cual la obra de Rembrandt cada vez se alejó más de los gustos de su época.

Rembrandt. Grabado de la Ronda de Noche.

La Ronda de Noche

La obra fue un encargo de la compañía de arcabuceros. Su novedad se plantea desde el propio formato de la tela. Normalmente este tipo de retratos de grupo se realizaba en formatos apaisados y los personajes aparecían sentados alrededor de una mesa o cualquier otro elemento que sirviese de pretexto para la reunión del grupo. La composición era horizontal, uniforme, con zonas oscuras y una fuerte iluminación en los rostros. Esta composición permitía dar a todos lo personajes, más o menos, la misma importancia (detalle muy importante si se tiene en cuenta que todos colaboraban a sufragar el coste de la obra). Fue éste el motivo de que la Ronda de Noche no gustase lo más mínimo a sus patrocinadores. Rembrandt, al igual que hiciera años atrás en La lección de anatomía del doctor Tulp, no realizó el típico retrato de grupo sino que creó una composición artística absolutamente personal. Realmente todos los que colaboraron en la financiación aparecen en el cuadro, pero unos tienen mayor protagonismo que otros y aparecen figuras que nada tienen que ver con la compañía; además, la escena escogida dice más bien poco de la supuesta marcialidad del grupo. Capta al grupo a la salida de una calle, en el momento en que éste inicia la marcha, subordinando la condición individual del personaje a la dinámica del conjunto. El grupo es bruscamente recogido en un momento concreto, como si se tratase de una instantánea fotográfica. Es una composición extremadamente viva, en la que cada figura adopta un plano diferente y una actitud diferenciada.

La ronda nocturna ("La compañía de Frans Bannig Cock preparada para desfilar") Rembrandt (1642). Rijksmuseum (Amsterdam, Países Bajos).

Con esta composición Rembrandt hace que los retratados pierdan su posición de igualdad, para destacar claramente a unos más que a otros, el capitán de la compañía con bando roja, y su lugarteniente, vestido de amarillo brillante, se sitúan en el centro y perfectamente iluminados, mientras que el resto aparece en un segundo plano y con una medio penumbra, perdiéndose muchos de ellos en las sombras del fondo. Con todo ello Rembrandt supedita la individualidad al conjunto y al dinamismo de la obra, que viene remarcada igualmente por la utilización de la luz.

La obra, aunque así haya sido interpretada, no es un nocturno, su oscuridad ha sido producto de las sucesivas capas de barniz que se le han dado a lo largo de los siglos. El claroscuro es utilizado para componer el cuadro y como medio de expresar los valores atmosféricos del mismo. La luz individualiza a las figuras. Se convierte en el principal elemento del cuadro, creando la composición, configurando volúmenes, transformando el color y disolviendo los contornos.

Los problemas económicos

A raíz del año 1642 la obra de Rembrandt se volvió mucho más personal, se encaminó a la búsqueda de los aspectos más espirituales de las escenas y los personajes, alejándose de las exigencias formales de la sociedad burguesa del momento y, por tanto, perdiendo fama y clientes (no obstante, recibió encargos importantes hasta el fin de sus días).

Pese a la disminución de los encargos, sobre todo de los retratos, y a su propia tragedia familiar, la capacidad y la actividad artística de Rembrandt no disminuyó, más bien al contrario. En esta época pintó obras como: Betsabé, La sagrada familia, La Cena de Emaús, Aristóteles observando el busto de Homero, Joven bañándose en un arroyo, La lección de anatomía del doctor Deyman, Retrato de Familia, Hendrickje en la cama, Joven a caballo y sus autorretratos. Obras donde cultivó todos los géneros, de intensa emotividad, muchas de ellas consideradas obras maestras. Igualmente realizó gran cantidad de dibujos y grabados entre los que destacan Los tres árboles, Grabado de los cien florines o el Ecce Homo.

Cena de Emmaus. Rembrandt (1648). Museo del Louvre, París.

Tras la muerte de su esposa Rembrandt inició una relación sentimental con la niñera de su hijo, Geertje Dirckx. La relación duró poco ya que hacia 1645 una nueva mujer entró en la vida del maestro holandés. Se trataba de la jovencísima Hendrickje Stoffels, contratada como ama de llaves y que acabó por convertirse en su amante y musa. La relación con Geertje Dirckx finalizó abruptamente pero el pintor fue obligado a pagarle regularmente una manutención debido a que entre ambos se había establecido un compromiso verbal de matrimonio. La venganza de Rembrandt fue cruel ya que movió sus influencias para lograr que encerraran a Geertje en un psiquiátrico (1650).

Los vaivenes de su vida sentimental se mezclaron con los altibajos de su fama y con la cada vez peor situación de sus finanzas. Rembrandt llevó durante años una vida opulenta, compró costosas propiedades, reunió una importante colección de obras de arte y gastó dinero a manos llenas. Este ritmo de vida era financiado con las inmensas ganancias obtenidas de la venta de sus obras, pero cuando los encargos empezaron a disminuir Rembrandt no supo asumirlo y continuó con su lujosa forma de vida. Rembrandt perdió muchos encargos por su caprichosa forma de trabajar, sus constantes incumplimientos tanto de precios finales como de plazos y su desprecio hacia los gustos y modas imperantes. Tampoco ayudó su difícil carácter ni su nula capacidad para la diplomacia. Un ejemplo de ello fue lo ocurrido en 1660. A finales del siglo XVII el mayor encargo que un pintor holandés podía recibir era la decoración del nuevo ayuntamiento de Amsterdam. El mal carácter de Rembrandt hizo que el encargo acabara en manos de Govaert Flinck, pintor que un día fue discípulo del propio Rembrandt; sólo la prematura muerte de Flinck, 1660, hizo que Rembrandt entrara en el proyecto, ya que el encargo se repartió entre varios artistas. Esta nueva oportunidad tampoco supo aprovecharla, Rembrandt pintó par la ocasión El juramento de Claudio Civilis, una obra magnífica que no gustó a los concejales y que el autor tuvo que quedarse al ser incapaz de encontrarle comprador.

Juramento de Claudius Civilis Rembrandt (1661-1662)

A principios de la década de 1650 es bastante probable que Rembrandt meditara la idea de casarse con Hendrickje Stoffels, pero la situación económica del pintor hacía imposible el matrimonio. En esos momentos Rembrandt obtenía buena parte de sus ingresos de la gestión de la fortuna que Saskia había dejado para el hijo de ambos, Titus. En virtud de una cláusula del testamento de Saskia, Rembrandt perdería dichos ingresos si volvía a contraer matrimonio. Pese a ello, hacia 1654, Hendrickje tuvo una hija, de nombre Cornelia. Esta situación le costó un reproche oficial de la Iglesia reformada holandesa, no así a Rembrandt, ya que era público que él no formaba parte de la iglesia. La relación con Hendrickje supuso un escándalo en la sociedad protestante holandesa lo que provocó que Rembrandt perdiera algunos de sus antiguos protectores.

La decadencia de la fama de Rembrandt se fue agudizando a lo largo de toda la década de 1640 y llegó a una situación crítica a principios de la década siguiente, agudizada por la crisis económica que vivía Holanda como consecuencia de la Guerra Anglo-holandesa. En 1656 la situación era tan desesperada que el pintor tuvo que declararse insolvente y todos sus bienes fueron embargados. Rembrandt, que nunca supo administrar el dinero, obtuvo un precio muy bajo por sus bienes. Realmente el pintor tenía propiedades más que suficientes para hacer frente a sus deudas, de hecho sólo su colección de obras de arte ya valía mucho más del total de sus deudas, pero no supo venderlas. El inventario de su colección de arte, realizado antes de que se celebrara la subasta pública, retrataba la imagen de un hombre con grandes inquietudes y una sorprendente amplitud de sus gustos artísticos: escultura antigua, instrumentos musicales, joyas, grabados de Mantegna, Durero y Miguel Ángel, obras de Rubens, Rafael, Tiziano y Guido Reni, arte oriental, obras holandesas coetáneas, armas y armaduras. Es significativo que entre el inventario hubiese tan pocos libros y, sobre todo, que no hubiera ni una sola Biblia.

Aristóteles contemplando el busto de Homero. Rembrandt (1653). Países Bajos.

Perdida su casa y su valiosa colección de arte, se trasladó (1660), junto con Hendrickje Stoffels y sus dos hijos, a un barrio popular de Jordaan donde llevó una vida apartada y solitaria. Durante estos años Heindrickje y Titus se encargaron de las finanzas, lo que permitió a la familia salir adelante. Según las leyes gremiales de Amsterdam un pintor que hubiera subastado sus bienes no podía trabajar en la ciudad, por lo que para salvar la situación Heindrickje y Titus fundaron un negocio de pinturas y grabados y contrataron a Rembrandt, que se convirtió así en un asalariado. Esta situación se prolongó hasta 1661, fecha en la que un tribunal le rehabilitó y le declaró libre de todas sus deudas. De sus últimos años destacan obras como: Bathsheba (1654), La negación de San Pedro, Los síndicos de los pañeros (1661), La novia judía (1666), El juramento de los bátavos o los últimos autorretratos. En los últimos años de su vida la tragedia volvió a estar presente. En 1663 falleció Hendrickje, quizá víctima de la peste, y cinco años más tarde, su hijo Titus. Rembrandt falleció once meses más tarde, el 4 de octubre de 1669, en Amsterdam.

Pese a las numerosas tragedias familiares y a las dificultades económicas que le acompañaron durante una parte importante de su vida, Rembrandt gozó de una gran fama entre sus coetáneos; fama que se extendió más allá de las fronteras holandesas. Un ejemplo de ello fue la visita que le hizo Cosme III de Médicis en 1667.

Su obra

Rembrandt supuso la culminación de la pintura barroca holandesa al mismo tiempo que su superación. Su genialidad y maestría hicieron que haya sido considerado, desde siempre, como uno de los grandes genios de la pintura universal. Pero además de un genial pintor fue un magnífico grabador. A lo largo de su vida realizó casi trescientos grabados que fueron ampliamente reproducidos por toda Europa con gran éxito. Los grabados se caracterizaban por el uso del negro y la maestría en el empleo de la técnica de la aguja seca y el aguafuerte.

Mujer desnuda con serpiente Rembrandt (1637).

En una carta escrita por Rembrandt a uno de sus mecenas el propio artista describió lo que pretendía lograr con su arte: “el mejor y mas natural movimiento”.

En su pintura destacó el tratamiento que hace de la luz, profunda y antinatural, que dotó a los cuadros de un halo de misterio, remarcado por el laborioso y complejo estudio del claroscuro. El espacio era definido mediante la luz, que creaba una atmósfera densa que envolvía a los personajes y matizaba las formas, con focos que surgían del interior de los cuadros. En sus obras, especialmente en los retratos, tanto los objetos como los personajes estaban dotados de una gran espiritualidad. En sus temas religiosos, sobre todo los realizados a partir de la década de 1640, desarrolló un lenguaje absolutamente personal, cuyos personajes estaban tomados de tipos populares y de profunda espiritualidad que los apartaba de cualquier elemento de solemnidad.

Autorretrato. Rembrandt, (1659). National Gallery Londres.

Rembrandt experimentó con diversas técnicas pictóricas, si bien fue en el claroscuro donde alcanzó los mejores resultados. De hecho está considerado, junto a Caravaggio, como el gran maestro del claroscuro. El claroscuro de Rembrandt se caracterizó por el uso de fuertes contrastes, auténticas explosiones de luz que nacen de las figuras, a veces de sus rostros, otras de sus cuerpos, en ocasiones de sus brillantes ropajes. Otra técnica usada por Rembrandt fue la de rayar la pintura aún húmeda, con lo que lograba resaltar el color claro del fondo. A partir de la década de 1650 la pintura de Rembrandt se volvió más espesa, con mayor relieve. El artista pintaba los rostros y las extremidades con un trazo fino y bien definido, mientras que los ropajes los realizaba a base de pegotes de pintura, logrando así la sensación de relieve.

Retrato del hijo del artista, Titus Rembrnadt (1653). Fundación Norton Simon (Los Angeles, California, Estados Unidos).

Las composiciones de Rembrandt presentan un fuerte contraste al compararlas con las obras de otros artistas de la época. Ante la rígida formalidad que caracterizó al arte de esos momentos, Rembrandt desplegó unas escenas llenas de vida, movimiento y dramatismo. Reinterpretó escenas de la mitología clásica e incluso pasajes bíblicos, empleando en muchas ocasiones a modelos de su círculo más cercano. Así tanto su esposa Saskia, como su hijo Titus y su amante Hendrickje, protagonizaron infinidad de obras.

Si en un principio Rembrandt usó una paleta de color de tonos muy brillantes, siguiendo los pasos de su maestro Lastman, a partir de la década de 1630 su paleta se suavizó hacia tonalidades apagadas de morados, verdes y amarillos. En el último período de su vida artística su paleta se oscureció aún más, predominando entonces los tonos rojos, marrones y dorados.

Rembrandt fue un artista increíblemente prolífico, a lo largo de su vida pintó cerca de seiscientos cuadros, grabó unos trescientos aguafuertes y realizó unos dos mil dibujos. Tocó una gran variedad de temas pero destacó sobre todo en los retratos, tanto por la calidad como por la cantidad (pintó unos cien entre cuadros y aguafuertes) Muchos de sus retratos, sobre todos los de la primera época, están considerados más como estudios de emociones y rostros que después utilizaría en lienzos, que como retratos en sí mismo. También realizó un número considerable de autorretratos, algunos de los cuales no son más que bocetos, que nos permiten adentrarnos en el mundo emocional del artista, en su época de felicidad y, en las mucho más numerosas, de infortunio. Además de los retratos, Rembrandt pintó una inusitadamente alta cantidad de obras con temática bíblica, de hecho estas obras representan un tercio de toda su producción. Las obras de temática bíblica no eran frecuentes en la Holanda de la época ya que la Iglesia protestante no realizaba este tipo de encargos y la sociedad no las consideraba especialmente importantes. Precisamente por ello resulta tan sorprendente que Rembrandt los pintara.

Etapas

La obra del joven Rembrandt, sobre todo mientras permaneció en Leiden (1625-1631) estuvo notablemente influenciada por la de su maestro Pieter Lastman, tanto en lo que se refiere a la elección de temas, alegóricos y religiosos; como en las composiciones, profusas; los contrastes lumínicos, muy marcados; y los tonos cromáticos. Los cuadros de este periodo eran de pequeño tamaño pero con una gran cantidad de detalles. Sus primeras obras de temática bíblica se caracterizaron por un acentuado dramatismo deudor de las modas estéticas de la época.

La llegada a Amsterdam supuso un cambio importante para el artista, que se independizó plenamente del que hasta entonces había sido su maestro. Entre 1632 y 1636 Rembrandt inició un camino en solitario con grandes cambios sobre la etapa anterior. Los cuadros abandonaron las pequeñas dimensiones, la temática fue principalmente dramática, los tonos fuertes… A este periodo corresponden la mayoría de los retratos de juventud. Durante estos años el artista sintió una cierta predilección por las vestimentas exóticas, tal y como puede apreciarse en El noble eslavo (1632). En los retratos de esta época, como el titulado Retrato de marido y mujer (1633), el artista mostró su preocupación por el realismo físico y la minuciosidad en los detalles, aspectos estos que desaparecieron en las siguientes etapas. A este período pertenecen obras como La madre de Rembrandt como la profetisa Ana (1631) o Saskia como Flora (1634)

Retrato de Saskia como Flora. Rembrandt (1634). Museo de Ermitage (San Petersburgo, Rusia).

Recién llegado a Amsterdam recibió uno de sus primeros encargos públicos importantes, un retrato colectivo para el gremio de cirujanos. El sorprendente resultado fue: La lección de anatomía del doctor Tulp (1632), toda una revolución artística que supuso un cambio radical en cuanto a la composición de este tipo de obras. Los retratos en grupo eran algo muy típico de los gremios holandeses y suponían una importante fuente de ingresos para los artistas ya que cada uno de los representados aportaba una cantidad significativa. Los gremios eran los auténticos mecenas del arte en Holanda, máxime si se tiene en cuenta que la Iglesia protestante no compraba obras de arte. Rembrandt evitó la representación lineal de los cirujanos y buscó una mayor naturalidad de la escena, representándoles mientras realizaban su trabajo. Todos los presentes eran reconocibles, que era lo que se pretendía con estas obras, pero ninguno había sido retratado según los cánones de la época.

A finales de la década de 1930, Rembrandt empezó a trabajar los paisajes y la naturaleza, tanto el lienzos como en grabados. Los paisajes de Rembrandt distaban mucho de la tranquilidad y serenidad, eran naturalezas agresivas, en movimiento; aparecían árboles caídos por los efectos de violentas tormentas, cielos amenazadores y oscuros, fuertes vientos, vegetaciones exuberantes…

A principios de la década de 1640 su trabajo se volvió más sobrio, no desapareció el movimiento pero éste ya no era tan tempestuoso. Los duros golpes de su vida personal se reflejaron en su obra, las intensas emociones internas salieron al exterior y el artista se sintió influenciado por el clasicismo. Rembrandt, que asimiló el clasicismo siguiendo a Rafael y Tiziano, transmitió una mayor serenidad a su trabajo y una mejor composición de las escenas. Continuó pintando escenas bíblicas, pero en estos años la fuente de inspiración no fue el Viejo Testamento sino el Nuevo. Como al principio los cuadros volvieron a ser pequeños (salvo en el caso de la Ronda de Noche (1642), el cuadro de mayores dimensiones pintado por el artista) Los paisajes de esta etapa fueron principalmente aguafuertes. Las escenas violentas desaparecieron para dar lugar a tranquilos paisajes prototípicos de las áreas rurales holandesas. Algunas obras importantes de este periodo fueron El predicador Cornelis Claesz Anslo y su esposa (1641), La cena de Emaús (1648)

El buey sacrificado Rembrandt (1655). Museo del Louvre (París, Francia).

La década de 1650 se presentó con un nuevo cambio en el estilo de Rembrandt. Los cuadros adoptaron un tamaño mayor, los colores perdieron parte de la frialdad de la etapa anterior y se hicieron más cálidos, las pinceladas más fuertes. Esto supuso una importante evolución en su obra pero acentuó su distanciamiento con respecto a la moda de su época, más inclinada hacia la pincelada fina y los acabados delicados. Pese a tener menos encargos que en otras épocas, Rembrandt alcanzó en este periodo uno de los momentos más brillantes, como se reflejó en el excepcional retrato de Jan Six (1654), donde el artista mostró su increíble virtuosismo técnico y su manejo de la luz. Los temas bíblicos desaparecieron durante un tiempo de la mente del artista, para aparecer años más tarde en forma de retratos y escenas de mayor intimidad tales como José y la mujer de Putifar (1655) o El regreso del hijo pródigo (hacia 1669) La tendencia hacia el intimismo se fue acentuando con los años, así, hacia el final de su vida, pintó algunos de los más bellos autorretratos, en los que reflejó perfectamente la tristeza que embargaba al artista en sus últimos años, un ejemplo de ello sería la obra El artista a una edad avanzada (hacia 1669).

IV centenario de su nacimiento

En diciembre de 2005 se presentó el programa preparatorio para el gran año de Rembrandt, 2006, que celebra los cuatrocientos años de su nacimiento. Se anunciaron en su país natal, Holanda, veinticuatro exposiciones, un drama musical y un montaje teatral a cargo de Peter Greenaway. Uno de los primero eventos fue una exposición en el Rijksmuseum de Amsterdam de diecinueve cuadros que repasaron la labor retratista del pintor holandés desde su juventud hasta la madurez; y otro muy destacado fue una magna exposición comparativa de la obra de Rembrandt y Caravaggio, a caballo entre el Rijksmuseum y el Museo Van Gogh, donde pudieron admirarse un total de treinta y cinco obras de ambos artistas entre marzo y junio de ese mismo año. En marzo, por su parte, se reunieron en la Rembrandthuis (su casa-museo en Amsterdam) cincuenta cuadros, dibujos y grabados, con la colaboración de la Gemäldegalerie de Berlín, en los que pudo comprobarse la gran fuerza de los retratos del artista de Leiden.

Obra

Galería multimédia

Enlaces a Internet

http://www.rembrandthuis.nl/ ; Museo Rembrandt.
http://www.rembrandtpainting.net/ ; Página con abundante información sobre el artista (inglés).
http://www.holland.com/rembrandt400/consumer/es/ ; Página oficial del IV centenario.

Bibliografía

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Autor

  • Juan Antonio Castro Jiménez