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BiologíaBiografía

Ramón y Cajal, Santiago (1852-1934).

Neurólogo e investigador español, nacido en Petilla de Aragón, en la provincia de Navarra, el 1 de mayo de 1852 y muerto en Madrid en 1934.

Vida

Su infancia transcurrió en varios pueblos del Alto Aragón, donde su padre era cirujano rural; también en estas tierras realizó sus estudios de bachillerato. Obviamente, la influencia paterna hizo que, al llegar a la universidad, Santiago se decantase por los estudios de medicina, materia en la que se licenció en 1873 por la Universidad de Zaragoza. La figura del padre también influyó en su interés por el estudio de la anatomía.

Ramón y Cajal en su estudio. Foto realizada y coloreada posteriormente por él mismo.

Transcurrido su periplo formativo, Ramón y Cajal opositó y consiguió, mediante oposición, una plaza de médico castrense; durante los ocho meses que siguieron, su primer servicio en la milicia tuvo como destino los destacamentos de Cataluña que, en esos momentos, trataban de acabar con el levantamiento carlista. Su siguiente destino fue Cuba, donde tuvo ocasión de tomar parte en la confrontación contra los independentistas de la isla. En 1875 pudo por fin volver a España y recuperarse del paludismo que había contraído durante su estancia en la isla caribeña. De nuevo su padre tuvo una importancia decisiva en su vida, al convencerle para que se dedicase a enseñar anatomía en la universidad; cuando en 1877 inició en la Universidad de Madrid los cursos de doctorado, entró en contacto con Aureliano Maestre de San Juan y Leopoldo López García, quienes le introducirían en el estudio de la Histología que, a partir de entonces, sería la única obsesión del joven médico.

Después de unos decepcionantes primeros intentos de conseguir la cátedra en 1880, se adjudicó el puesto en 1883, el mismo año en que se convirtió en catedrático de Anatomía por la Universidad de Valencia. Allí desempeñaría su cátedra durante cuatro años, dedicados éstos a la investigación. En 1884 apareció el primer fascículo de su Manual de Histología, junto con diversos estudios sobre tejidos. Un año después, a raíz de la vacunación anticolérica de Jaime Ferrán, Ramón y Cajal aprovechó para conocer más a fondo los temas bacteriológicos. Su deseo era dedicarse a estos estudios, pero los instrumentos de investigación eran demasiado costosos para los laboratorios españoles. A partir del año 1887 se dedicó de manera casi exclusiva a la neurohistología.

Cuando se trasladó a Madrid para formar parte de un tribunal de oposiciones, Ramón y Cajal aprovechó para conocer los diferentes laboratorios micrográficos madrileños. En el de Luis Simarro aprendió el método de impregnación cromoargéntica de Camilo Golgi. Cuando en 1887 se creó por primera vez la cátedra de Histología, Ramón y Cajal tomó posesión de la de Barcelona, que desempeñaría hasta 1892. A partir de ese año pasó a la cátedra de la Universidad de Madrid, puesto que ocupó hasta su jubilación. Nada más iniciarse el nuevo siglo, en 1901, Ramón y Cajal fue designado para dirigir el Laboratorio de Investigaciones Biológicas, en lo que constituyó la primera piedra de lo que más tarde sería el Instituto Ramón y Cajal. Para entonces, Ramón y Cajal era ya uno de los miembros más célebres del mundo científico y había recibido gran cantidad de distinciones y premios internacionales. Ya en la década de los noventa había instado a los investigadores españoles a abrirse a las influencias extranjeras. Una de las primeras distinciones que el mundo científico le concedió fue la medalla de Moscú (1900); el máximo reconocimiento mundial a su trabajo llegaría con la concesión del Premio Nobel, conjuntamente con Camilo Golgi, en 1906.

La vida y la obra del gran histólogo tienen otros aspectos que no pueden ser resumidos aquí. El interés de sus escritos literarios y ensayísticos reside casi exclusivamente en la personalidad del autor. El más notable es, sin duda, la autobiografía titulada Recuerdos de mi vida (1901-1917), reeditada repetidas veces. La fotografía fue una afición desde los años jóvenes a la que dedicó varios trabajos, entre ellos el libro La fotografía en colores (1912). Mayor importancia tiene su discurso de ingreso en la Academia de Ciencias (1897), reeditado después con el título de Reglas y consejos sobre la investigación biológica, que asocia una exposición poco matizada de la Epistemología positivista con un nacionalismo voluntarista y apasionado. En cuanto a la literatura, publicó algunos libros de cuentos (Cuentos de vacaciones, 1905; Charlas de café 1921) y ensayos (Reglas y consejos sobre la investigación científica o Psicología de Don quijote y el quijotismo, 1902). Otros relato a destacar es El mundo visto a los ochenta años (1934).

Santiago Ramón y Cajal falleció en Madrid en 1934, tras toda una vida dedicada a la investigación.

Santiago Ramón y Cajal, voz original.

[Fragmento de Pensamientos de tendencia educativa, extraído de "El Archivo de la Palabra" del Centro de Estudios Históricos, editado por la Residencia de Estudiantes].

Obra científica

Los estudios sistemáticos de Ramón y Cajal sobre la estructura del sistema nervioso, realizados en el período que va de 1888 a 1902, le habían permitido modificar el proceder de doble impregnación cromoargéntica golgiano. Comenzó indagando las formas nerviosas menos diferenciadas en embriones de aves y mamíferos. Se enfrentó, asimismo, con el problema de la neurogenia, explorando células embrionarias hasta comprobar el comportamiento genético de los cilindroejes y de las dendritas. La primera zona nerviosa que dejó estudiada con esta pauta metódica fue el cerebelo. En dos fundamentales trabajos de 1888, expuso ya su tesis básica de la terminación por contacto de las fibras nerviosas en la sustancia gris y el descubrimiento de dos tipos de fibras: las "musgosas" y las "trepadoras". Sus conclusiones contradecían abiertamente la doctrina reticularista entonces dominante, en cuanto abonaban la individualidad de las células nerviosas. Las nuevas teorías de Ramón y Cajal supusieron una revolución en el mundo de la neurohistología. Durante más de dos años Ramón y Cajal siguió investigando esta teoría, verificando el contacto neuronal con zonas como la retina, el lóbulo óptico, la médula espinal o el lóbulo olfatorio. Poco después, en 1891, expuso públicamente el principio de polarización dinámica de las neuronas, que demostraba que la excitación se propagaba desde las dendritas al axón. Ramón y Cajal continuó abordando diversos campos del sistema nervioso, incluido el encéfalo humano. A mediados de 1903, Ramón y Cajal había alcanzado brillantemente la meta que se proponía con el examen de todos estos territorios con la doble impregnación cromoargéntica: demostrar la individualidad de la neurona y aclarar el comportamiento genético de sus prolongaciones. Se le planteó entonces, sin embargo, la necesidad de conocer el protoplasma neuronal, problema para el que le resultaba necesaria una nueva técnica. En octubre de ese año consiguió desarrollar la técnica que buscaba para conseguirlo: ideo el célebre método del nitrato de plata reducido, alterando el sistema fotográfico de Simarro. Utilizado sistemáticamente durante una década por Ramón y Cajal y sus discípulos, dio como primer resultado el conocimiento de la disposición de las neurofibrillas en el protoplasma nervioso y en las arborizaciones pericelulares.

Neurona vista al microscopio electrónico

En 1897 había comenzado a publicar El sistema nervioso en el hombre y los vertebrados, que se convertiría en su obra más importante (la edición definitiva apareció años más tarde). Durante el período que va de 1905 a 1907, Ramón y Cajal se centró en el análisis de la regeneración y degeneración de los nervios, así como de las vías nerviosas centrales. Entre otras cosas consiguió demostrar que las nuevas fibras aparecidas en el cabo periférico de un nervio cortado son brotes axónicos del cabo central. A partir de 1907 aplicó la misma técnica de tinción a investigaciones comparadas de la textura del cerebro, del bulbo raquídeo y del origen de los nervios motores y sensoriales, así como al análisis de la estructura del núcleo neuronal. Como consecuencia de tan amplia labor, el neuronismo salió triunfante de las críticas que le habían planteado los nuevos defensores del reticularismo (István Apáthy, Albrecht Bethe, Hans Held, etc.).

Dos innovaciones técnicas abrieron la última etapa de la trayectoria científica de Ramón y Cajal; sus descubrimientos del método del formol-urano y del sublimado-oro (1912-1914). Con el primero consiguió estudiar el aparato endoneuronal de Golgi; con el segundo, resolver el problema de la impregnación de la neuroglia de tipo protoplasmático, hito decisivo en las investigaciones que sobre la glioarquitectonia desarrollaron después Nicolás Achúcarro y Pío del Río-Hortega. Como auténtico testamento científico, que apareció después de su muerte, Ramón y Cajal escribió, para el Handbuch der Neurologie dirigido por Oswald Bumke y Otfrid Foerster, un capítulo titulado "la doctrina de la neurona"; en él ofreció una exposición soberbia de las "seis unidades" de la célula nerviosa: unidad anatómica, genética, funcional, trófica y de reacción patológica, más el principio, ya citado, de polarización dinámica.

La mitificación de la figura de Ramón y Cajal por parte de una abundante literatura panegírica ha dificultado situar correctamente su obra en el contexto de la actividad científica española de su tiempo. Se ha insistido, por ejemplo, en una imagen que lo presenta poco menos que como iniciador de la micrografía en España, desconociendo la notable tradición de la indagación microscópica en nuestro país y, sobre todo, el ambiente y las instituciones creadas por los histólogos españoles de la generación anterior, de los que partió su labor. También ha sido magnificado críticamente su papel en la "regeneración" científica española. A este respecto, su aportación decisiva fue la extraordinaria importancia de su obra científica, razón de que fuera nombrado presidente de honor de la Junta de Ampliación de Estudios cuando ésta fue fundada en 1907. Por el contrario, carece de fundamento convertirlo en un organizador o elogiar su generosidad con otros investigadores españoles, que brilló por su ausencia en casos tan distintos y eminentes como el descubrimiento de la vacunación anticolérica por Ferrán (1885) y de la microglia por Río-Hortega (1919).

La producción escrita de Ramón y Cajal incluye una quincena de libros y cerca de trescientos artículos, en buena parte publicados en la revista Trabajos del Laboratorio de Investigaciones Biológicas, fundada por él -con otro título- en 1888. Sus principales textos alcanzaron amplia difusión en la comunidad científica internacional, sobre todo a través de traducciones francesas y alemanas.

Legado científico

Las investigaciones de Ramón y Cajal, como las de sus seguidores, han conformado una escuela básica en el análisis de la histología normal y patológica del sistema nervioso. Los postulados de esta escuela, en muchos casos, siguen vigentes. Santiago Ramón y Cajal es una de las grandes figuras de la biología internacional, punto de referencia de muchos de los investigadores contemporáneos.

Ramón y Cajal fundó una importante escuela que ha realizado contribuciones de gran relieve en diversos capítulos de la histología normal y patológica del sistema nervioso. Fueron discípulos directos suyos figuras como Jorge Francisco Tello, Domingo Sánchez, Fernando de Castro y Rafael Lorente de No. Influyó también decisivamente en Achúcarro, Río-Hortega, Gonzalo Rodríguez Lafora y otros investigadores españoles que se iniciaron junto a Simarro y se formaron después en centros extranjeros. La repercusión internacional de su obra, que fue extraordinaria en su época, continúa en buena parte vigente. Esto último se refleja no solamente en las numerosas reediciones de obras suyas en diversos idiomas, sino también en las elevadísimas cifras de citas que continúan mereciendo en la literatura actual sobre neurociencias. En el sentido histórico tradicional y en el bibliométrico, Ramón y Cajal es uno de los grandes "clásicos" de la biomedicina contemporánea.

Sin duda, Santiago Ramón y Cajal fue el español que más ha contribuido al avance científico; su mayor mérito fue lograr el desarrollo de su investigación en un total aislamiento intelectual como el que padecía en España, con unos recursos paupérrimos. Según las propias palabras de Ramón y Cajal, en 1870 ningún científico español sabía manejar un microscopio. Tuvo una influencia directa sobre sus más cercanos seguidores e indirecta sobre muchos científicos posteriores, contribuyendo decisivamente al progreso cuantitativo y cualitativo de la cultura y la ciencia españolas.

Bibliografía

Fuentes

Recuerdos de mi vida. (Madrid; J. Pueyo, 1923).
Manual de Histología normal y técnica micrográfica. (Valencia; P. Aguilar, 1884-1889).
Manual de Anatomía patológica general. (Barcelona; Imp. Casa Provincial de Caridad, 1890-1892).
Textura del sistema nervioso del hombre y de los vertebrados, 3 vols. (Madrid; N. Moya, 1897-1904).
Estudios sobre la degeneración y regeneración del sistema nervioso, 2 vols. (Madrid; Hijos de N. Moya, 1913-1914).

Estudios

CANNON, Dorothy F. Explorer of the Human Brain. The Life of Santiago Ramón y Cajal (1852-1934). (New York; H. Schuman, 1949).
TELLO, Jorge Francisco. Cajal y su labor histológica. (Madrid; Universidad Central, 1935).
JIMÉNEZ DE ASUA, Felipe. El pensamiento vivo de Cajal. (Buenos Aires; Losada, 1941).
LAÍN ENTRALGO, Pedro. Dos biólogos: Claudio Bernard y Ramón y Cajal. (Buenos Aires; Espasa-Calpe, 1949).
DURÁN MUÑOZ, García y BURÓN, Francisco Alonso. Ramón y Cajal, I, Vida y obra. (Zaragoza; Tip. Hogar Pignatelli, 1960).
FERRER, Diego. Santiago Ramón y Cajal. 1852-1934, 2 vols. (Madrid; Ministerio de Educación y Ciencia, 1978).
ALBARRACÍN, Agustín. Santiago Ramón y Cajal, o la pasión de España. (Barcelona; Labor, 1978.
LÓPEZ PIÑERO, José María. "El punto de partida de la obra de Cajal". Introducción a: Santiago Ramón y Cajal, Concepto, método y programa de Anatomía descriptiva y general. (Valencia; Hispaniae Scientia, 1978).
CORTERZO, Carlos María. Cajal: su personalidad, su obra, su escuela. (1922).
ESTABLE, Clemente. Don Santiago Ramón y Cajal. (1952).
"Santiago Ramón y Cajal, 1852-1934. Sa formation et son oeuvre", Trabajos del Laboratorio de Investigaciones Biológicas, vol. 30 (1935).

Autor

  • Victoria Horrillo LedesmaJosé María López Piñero