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LiteraturaBiografía

Ramírez, José Agustín (1944-VVVV)

Narrador, dramaturgo, ensayista, periodista, traductor, profesor universitario y guionista y director cinematográfico mejicano, nacido en Guadalajara en 1944. Conocido en todo el mundo de las Letras hispanoamericanas por su nombre propio de José Agustín (con el que ha firmado la mayor parte de sus escritos), está considerado como una de las figuras cimeras del movimiento literario denominado Narrativa de la Onda. Desde esta posición descollante en la literatura mejicana de la segunda mitad del siglo XX, José Agustín ha contribuido decisivamente con su obra narrativa al desarrollo de las tendencias más características de la novela contemporánea, como el experimentalismo, la contracultura, el análisis de los grupos urbanos y la indagación en los conflictos juveniles.

A muy corta edad, se trasladó en compañía de su familia desde su Guadalajara natal a la Ciudad de México, donde cursó estudios primarios y secundarios en diferentes centros privados. Ya durante esta primera etapa de su formación escolar, el joven José Agustín dio muestras de poseer dos grandes inquietudes que habrían de acompañarle a lo largo de toda su vida: una acusada vocación humanística y una no menos señalada preocupación por los conflictos sociales de su entorno.

Así, con apenas diecisiete años de edad aunó ambas inquietudes para desplazarse hasta Cuba y tomar parte activa en la importante campaña de alfabetización que acababa de poner en marcha el nuevo régimen político de Fidel Castro. Un año después, ya de regreso a México, se incorporó al prestigioso taller literario "Juan José Arreola", en el que pronto se convirtió en una de sus cabezas visibles durante el trienio de 1962 a 1965. Fue en el transcurso de esta fecunda etapa de su trayectoria humanística cuando el joven José Agustín Ramírez, con tan solo veinte años de edad, se dio a conocer como escritor merced a la publicación de su primera entrega narrativa, una novela breve que, bajo el título de La tumba (México: Ediciones Mester, 1964), mostraba ya unas características temáticas y estilísticas que habrían de mantenerse constantes a lo largo de toda su obra. Entre ellas, cabe resaltar la profunda mirada crítica del joven autor, su actitud provocadora y desafiante, y su implacable dureza a la hora de describir, juzgar y censurar a las clases medias acomodadas de la capital mejicana, en las que el narrador de Guadalajara sólo advierte grandes dosis de hastío, cinismo e insignificancia. La originalidad de esta opera prima estriba en que, lejos de centrar sus aceradas críticas en las clases sociales o los grupos humanos más alejados del entorno en que se mueve el propio autor, indaga con franqueza y valentía en los ambientes poblados por esos jóvenes urbanos acomodados que constituyen el mismo grupo social al que pertenece José Agustín, de donde se desprende una desoladora sensación de pesimismo que envuelve toda la novela.

La aparición de La Tumba, ampliamente leída y comentada en todos los sectores del panorama cultural mejicano, vino a constituir -junto con la publicación de Gazapo (1965), de Gustavo Sainz, y Farabeuf (1965), de Salvador Elizondo- el nacimiento del movimiento literario conocido como Narrativa de la Onda, que pronto se vio definitivamente consolidado con la publicación de la segunda entrega narrativa de José Agustín Ramírez, presentada bajo el título de De perfil (México: Joaquín Mortiz, 1966). Narrada en primera persona, esta nueva novela del escritor de Guadalajara vuelve a indagar en las claves de la juventud mejicana contemporánea, ahora descrita por la mirada de un adolescente que descubre el mundo que le rodea y su necesidad de relacionarse con él.

En suma, pues, estas dos novelas primerizas de José Agustín, unidas a las diferentes entregas narrativas de otros escritores de su misma generación, dieron lugar a un movimiento literario caracterizado por el protagonismo de los jóvenes, y hondamente preocupado por el cuestionamiento de las convenciones sociales y culturales que estaban vigentes en su tiempo. Surge, como era de esperar, el inevitable conflicto entre la cultura establecida (o "cultura oficial") y las nuevas formas de expresión juveniles y populares que vinieron a conformar la llamada contracultura (la música rock, las proclamas en favor de la libertad sexual, el consumo de drogas, la provocación manifiesta en las nuevas indumentarias, etc.). Todo ello se suma, dentro del plano formal, al empleo de diferentes técnicas experimentales y de numerosos artificios lingüísticos que, puestos de inmediato al servicio de dicha ruptura, contribuyeron a desmitificar, con ironía y humor, algunos de los pilares básicos y consagrados de la cultura oficial y la moral establecida, como el matrimonio, la familia, la religión, la enseñanza oficial, el poder omnímodo del Estado, etc.

En el caso concreto de José Agustín, la Narrativa de la Onda cobra un vigoroso acento urbano para proponer nuevas formas de vida dentro de la propia ciudad a la que tanto critica, formas de vida que, en unas ocasiones, se encuadran en las más variadas manifestaciones de lo local e -incluso- lo marginal, y, otras veces, extreman su rechazo de las pautas sociales conocidas hasta el punto de proponer nuevos modelos de conducta urbana copiados del extranjero. Como era de esperar, la formulación de estos postulados sociales, morales y culturales necesitaba con urgencia un lenguaje propio que pudiera convertirse en el cauce de expresión más adecuado para la radicalidad de sus propuestas. Y así, en esa línea de ruptura total con la cultura establecida, hay en la obra narrativa de José Agustín un desprecio absoluto por las normas académicas, los conceptos de "purismo" y "buen gusto", e, incluso, la exaltación del idioma español que, frente a la poderosa influencia del inglés, había caracterizado la obra de numerosas generaciones precedentes de escritores hispanoamericanos. El lenguaje de sus novelas se carga de americanismos, jergas juveniles, chistes, distorsiones sintácticas, contenidos escatológicos, vulgarismos humorísticos y altisonancias paródicas que, a la postre, configuran un riquísimo fresco de viveza lúdica y expresiva, y trasmiten la reconfortante impresión de que el habla popular, a salvo de los solemnes rigores académicos, es capaz de asimilar las novedades más enriquecedoras, conservar los mejores logros de la tradición y, a la vez, despreciar las fórmulas más rancias y caducas.

Tras la publicación de una interesante recopilación de sus narraciones breves, presentada bajo el título de Inventando que sueño (México: Joaquín Mortiz, 1968), José Agustín se adentró en el género dramático con una obra teatral titulada Abolición de la propiedad (México: Joaquín Mortiz, 1969). Cuatro años después, regresó al cultivo de la narrativa extensa con la novela Se está haciendo tarde (final en laguna) (México: Joaquín Mortiz, 1973), obra de intensa mirada introspectiva en la que el autor recupera sus más queridas claves de la literatura contracultural para ahondar, a través de ellas, en el propio conocimiento interior.

Posteriormente, el escritor de Guadalajara dio a la imprenta un nuevo texto dramático, titulado Círculo vicioso (México: Joaquín Mortiz, 1974), al que siguieron las novelas El rey se acerca a su templo (México: Leo-Mex, 1977) y Ciudades desiertas (México: Edivisión, 1982). A mediados de la década de los años ochenta, en plena madurez creativa, José Agustín Ramírez publicó una espléndida narración que, bajo el título de Cerca del fuego (México: Plaza y Janés, 1966), vuelve a centrar el protagonismo del ámbito urbano, convertido ahora en un crudo escaparate de violencia, miseria, caos y destrucción. Desde la original planificación de su estructura (concebida en sesenta y cuatro partes que se corresponden con el mismo número de hexagramas del I Ching), Cerca del fuego anuncia ya la deslumbrante explosión de todos los recursos narrativos que, a lo largo de obras anteriores, había sabido manejar su autor, ahora enriquecidos con el sólido sustrato de una cultura clásica tradicional en la que tienen cabida -como era de esperar- los mejores rasgos irónicos y humorísticos del escritor de Guadalajara. En su planeada concepción de narración hermética, Cerca del fuego describe con viveza e imaginación esa abigarrada amalgama urbana en la que chocan y se mezclan los más acentuados contrastes: la miseria de los barrios y suburbios del extrarradio, frente a la opulencia decadente de las zonas residenciales; y, entre ambos extremos, una populosa e inclasificable clase media que, paradójicamente, sólo presenta como rasgo identificador su confusa falta de identidad propia.

Posteriormente, José Agustín Ramírez volvió a ofrecer otra lúcida y amena recopilación de sus relatos, ahora recopilados bajo el título de Amor del bueno, juegos de los puntos de vista (México: Gobernación de Estado de México, 1987). El resto de su producción impresa se completa con los títulos Tragicomedia mexicana I (México: Planeta, 1991) y Tragicomedia mexicana II (México: Planeta, 1992).

Bibliografía.

  • - CASTELLANOS, Rosario. "La juventud: un tema, una perspectiva, un estilo", en Espejo (México), 6 (1968), págs. 51-61.

- GLANTZ, Margo. Onda y escritura: jóvenes de 20 a 33 (México; Siglo XXI, 1981).

- RAMA, Ángel. Novísimos narradores hispanoamericanos, 1964-1980 (México; Marcha Editores, 1981).

- RUFFINELLI, Jorge. "Código y lenguaje en la nueva narrativa mexicana. El ejemplo: José Agustín", en Memorias del IV Congreso de la Narrativa Hispanoamericana, vol. I, págs. 9-13 (Cali [Colombia]; Universidad del Valle, 1974).

- STEVENS, Kathryn L. "Configuración de la Onda en un cuento de José Agustín", en FORSTER, Martin H. y ORTEGA, Julio (eds.), De la crónica a la nueva narrativa mexicana, págs. 453-462 (México; Ed. Oasis, 1986).

Autor

  • jr