Pym, John (1583-1643).
Político inglés nacido hacia 1583 (se desconoce la fecha exacta) en Brymore (Somerset) y muerto el 8 de diciembre de 1643 en Londres.
Pym fue el hijo mayor de Alexander Pym, que murió cuando John era un niño; su madre se casó con sir Anthony Rous, un cliente de los Russells, los condes de Bedford. Pym fue educado en la Universidad de Oxford, aunque no se graduó; y en Middle Temple, aunque no se recibió como abogado. Debido a la influencia de los Bedford, se convirtió en un oficial local de Hacienda. Desde 1621 hasta su muerte Pym siempre fue parlamentario, principalmente en el municipio de Tavistock. Pronto se granjeó fama de enemigo del papismo y del Arminianismo, y de ser un financiero de renombre, un experto en asuntos coloniales, además de buen compromisario. Nunca fue un extremista, aunque sí fue fiel a la idea de mantener buenas relaciones entre la Corona y el Parlamento.
Desde 1630 Pym fue el tesorero de la Providence Island Company, que buscaba abrir el comercio con Hispanoamérica de manera pacífica, si fuera posible, e incluso utilizando la fuerza, si no lo fuera. Desde 1629 hasta 1640, durante el período en el cual el rey gobernó sin la intervención del Parlamento, esta compañía atrajo a un buen número de individuos, en su mayoría del partido puritano, que juntos formaron el partido de los Parlamentaristas en la década de los 40.
La oposición a la tasa del "dinero para los barcos" que Carlos I impuso para sufragar los gastos que producía la Armada Real (una tasa que no contó con la aprobación del Parlamento) fue organizada por aventureros de la compañía; en agosto de 1640 la petición de doce pares que demandaban el papel del Parlamento fue redactada por Pym y otros aventureros.
Cuando, al fin, el "Gran Parlamento" se reunió en 1640, Pym encabezó el que fue llamado "grupo medio", cuya posición de centro le permitía dominar la cámara de los Comunes. Su política era la de su mentor, el conde de Bedford: forzar al rey a aceptar un gobierno de ese Parlamento, que representara la riqueza del país, y que tuviese verdadera influencia. Su mayor obstáculo fue el férreo consejero del rey, Thomas Wentworth, primer conde de Strafford, que fue ejecutado, acusado de traición en mayo de 1641. Era, como es imaginable, muy difícil acusar al confidente real de traición, pero Pym arguyó que "el esforzarse en la subversión de las leyes de este reino es una traición propia de las más nobles naturalezas". De este modo, por comprometimiento, hasta a un rey era posible acusarle de traición: este es el germen del cambio por el cual Carlos fue ejecutado en 1649. Se hicieron grandes manifestaciones públicas en Londres que se conocieron por el nombre de las "ejecuciones de Strafford", y de las que Pym fue acusado de ser su hostigador.
Pym forzó a Carlos a aceptar un acta que prohibía la disolución del Parlamento sin su consentimiento. Este hecho fue seguido por actos de abolición de todo el aparato de su gobierno personal y de las finanzas. Sobre el papel, Carlos aceptó que el mayor poder debía recaer en el Parlamento, pero no tenía intención de aceptarlo, por lo que tuvo que ser obligado. La mayor consecuencia fue el control de las fuerzas armadas. Cuando la rebelión estalló en Irlanda (octubre de 1641), todo convino en que debería ser destruido; no obstante, el Parlamento temió un golpe militar si el rey tomaba el poder de la armada. La cámara de los Comunes expreso su intención de actuar en Irlanda sin el rey hasta que Carlos cambiara sus ministros. La virtual declaración de una revolución fue reforzada por la Gran Protesta, en la que se escuchó la petición de derechos, una lista de las quejas del reino según la óptica del grupo de Pym. La Protesta, ganada por 159 votos contra 148, fue impresa y puesta en circulación con el fin de reunir apoyos fuera del Parlamento; sus oponentes formaron el partido Realista. Pym fue uno de los cinco miembros del Parlamento a los que Carlos intentó arrestar en junio de 1642. Se refugiaron en la City de Londres, desde donde regresaron triunfales cuando el rey abandonó Londres.
Antes y durante la Guerra Civil, la filosofía política de Pym se resumía en aceptar la soberanía real, pero no su poder. Creía que el rey reinaba pero no gobernaba: el poder debía mantenerse en equilibrio entre la figura del rey y el Parlamento. No obstante, a pesar de que pudiera parecer lo contrario, Pym nunca pareció contemplar la abolición de la monarquía, y, bajo ningún concepto, se consideraba un demócrata, pero utilizaba la presión popular para conseguir sus objetivos. Cuando la guerra comenzó, fue partidario de crear una armada, la maquinaria para administrarla, y el ejercicio y el asentamiento (después de la tasa de la tierra) para sufragarla económicamente. Sus conexiones con la City le ayudaron en la consecución de sus intenciones. Miembro del Consejo de Seguridad, creó la red de comités de Westminster y de las cuentas, que manejaron el país en los siguientes 17 años. Cuando hubo amenazas de estancamiento militar, Pym reclamó el apoyo de Escocia, por el que tuvo que pagar el precio de hacer concesiones al Prebiterianismo, que fueron más lejos de lo deseado. Con su pragmatismo habitual, cuando la cámara de los Lores provocó dificultades, convenció a los Comunes de la posibilidad de manejar el país en solitario.
Pym fue un orador notablemente elocuente, arguyendo cada asunto desde el principio sin caer en dogmatismos. Su destreza en las tácticas parlamentarias no tuvo rival. Se mantuvo en equilibrio entre los radicales (algunos de ellos republicanos) y el partido pacifista, que fue muy crítico con el cataclismo social, hasta el punto de verse obligado a aceptar algunas decisiones del rey. Preservó la unidad del Parlamento durante los tres años en los que no hubo ninguna organización partidaria, ni existía la disciplina. Su gran hazaña desapareció con él; cuando el murió, nadie le pudo reemplazar; los defensores del parlamentarismo se dispersaron en grupos irreconciliables. No obstante, a través de todo ello Pym estableció las bases de la victoria y esbozó la forma que Inglaterra mantuvo hasta el s. XVII.