Pío VI, Papa (1717-1799).
Nacido en Cesene, en la Romanía, en 1717. Era hijo del conde Marco Aurelio Braschi, de una de las familias más nobles de la ciudad, y de la condesa Ana Teresa Bandi, dama ilustre, aunque ambos venidos a menos en fortuna. A los diecisiete años se graduó de doctor en ambos derechos. Pasó a Ferrara en calidad de auditor, pero pronto el cardenal Ruffo le llevó consigo como secretario particular, y luego al Cónclave de 1740; le nombró auditor de su obispado de Ostia y de Velletri hasta 1753. Benedicto XIV le encargó una delicada misión, tras la cual le recompensó nombrándole su ayuda de cámara. Trató de casarle, pero él resolvió recibir las sagradas órdenes. En 1758 entró en la prelatura de San Pedro del Vaticano. Clemente XIII le nombró tesorero general de la cámara apostólica y en 1773 Clemente XIV le nombró cardenal. Muerto el sumo pontífice, Clemente XIV, fue elegido por unanimidad el cardenal Juan Ángel Braschi, que adoptó el nombre de Pío VI. Sucedió a Clemente XIV en 1775; profundo conocedor de las leyes de la iglesia, vigiló el fiel cumplimiento de las mismas; bajo su pontificado el Estado de la Iglesia perdió a Aviñón, que fue unido a Francia en 1791; Ferrarés, Romanía y Bolonés incorporados a la república cisalpina en 1797; por fin la ciudad de Roma fue tomada por los franceses, que establecieron allí el gobierno republicano en 1798. Pío VI fue trasladado a Francia en calidad de prisionero, y las fatigas y penalidades que sufrió en el camino, enfermo y octogenario, aceleraron su muerte, ocurrida al siguiente año de 1799. Roma y sus Estados le debieron muchas mejoras, como fueron: las obras del puerto de Ancona y colocación de un fanal; el obelisco del Quirinal; el desagüe de las lagunas Pontinas; el canal del lago Fogliano, y varias fundaciones piadosas. Tuvo por sucesor a Pío VII. Reinó veinticuatro años, seis meses y catorce días, uno de los más largos de todos los tiempos.