Pérez de Castro, Inés (ca. 1320-1355)
Aristócrata española nacida en Galicia hacia 1320 y muerta en 1355 en el palacio real de Coimbra. Fue la amante y más tarde la esposa del rey Pedro I de Portugal. Doña Inés fue coronada dos años después de su asesinato.
De una poderosa familia española, doña Inés fue hija de Pedro Fernández de Castro y de doña Beatriz, hija del príncipe don Alfonso de Portugal. En una época en la que la educación femenina no era muy común, doña Inés tuvo excelentes maestros, que le posiblilitaron el dominio del latín, el hebreo, el portugués y el francés. Por su exquisita educación fue escogida como dama de compañía de su prima, la princesa doña Constanza, prometida al infante don Pedro de Portugal.
En 1340 se produjo el matrimonio entre don Pedro y doña Constanza y doña Inés viajó a Portugal con la comitiva, portuguesa. Según la leyenda, el heredero del trono portugués se enamoró de ella nada más conocerla en Coimbra; lo que sí es cierto es que ambos mantuvieron una relación ilícita que obtuvo la reprobación de toda la corte. Tras la muerte de la reina en 1345 doña Inés y don Pedro casaron en secreto (1354) y tuvieron cuatro hijos: don Alfonso, don Juan, don Dionís y doña Leonor. La descendencia habida de este matrimonio hizo recelar al heredero, don Fernando y al rey Alfonso IV, que, para evitar que los hijos de doña Inés usurpasen la herencia de don Pedro, ordenó a Álvaro González y Pedro Coello matar a la gallega y a sus hijos, aunque tres de ellos lograron salvarse (1355). Según la tradición, el asesinato de doña Inés tuvo lugar junto a la Fonte das Lágrimas, del palacio real de Coimbra. Cuando don Pedro conoció la muerte de doña Inés se levantó en armas contra su padre y cuando subió al trono (1357) hizo castigar duramente a los autores de la muerte de su esposa.
Doña Inés fue coronada reina dos años después de muerta. El rey hizo desenterrar su cuerpo y la hizo vestir con las más ricas galas y joyas. Después, la nobleza del reino reconoció a doña Inés como su legítima reina en el monasterio de Santa Clara, simbolizando su sumisión hacia ella mediante la ceremonia de besar su anillo. Finalmente fue sepultada en un suntuoso sepulcro en el monasterio de Alcobaça, con representaciones de la vida de Jesús, la Resurrección y el Juicio final. El rey y sus hijos Alfonso Juan y Dionís fueron enterrados junto a ella cuando les llegó la muerte.
Bibliografía
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JMMT