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PinturaBiografía

Pacheco Altamirano, Arturo (1905-1978).

Pintor chileno nacido en Chillán el 24 de abril de 1905 y muerto en Santiago el 30 de diciembre de 1978. Fue uno de los más reconocidos artistas chilenos del siglo XX, especializado en la representación de puertos y marinas que le han dado renombre universal como pintor de la naturaleza y recreador de ambientes portuarios.

Fue el menor de los cuatro hijos de Nemesia Altamirano Uribe y Luis Alberto Pacheco Díaz, ingeniero naval que instó al joven Arturo a seguir la carrera de Arquitectura, una vez acabados los estudios en 1924, en el Liceo de Hombres de Chillán primero y en el Liceo de la Concepción después, y cuya repentina muerte conllevó la decisión del hijo de consagrarse a su pasión por la pintura tras dos años en la Universidad de Chile.

Su talento artístico fue advertido muy pronto por Enrique Molina Garmendia, prestigioso pedagogo y literato al frente de varias instituciones académicas chilenas y de una gran afición por la pintura que le indujo a facilitar espacios para que los jóvenes artistas chilenos expusieran sus trabajos. De este modo, recomendó a Pacheco Altamirano para que participara tanto en las muestras de los salones del diario El Sur, convertidos en salas de exposiciones en los años 20, como en el colegio de Chillán con motivo de su centenario.

Desde 1925, Arturo Pacheco destacó como un pintor solitario de solitarias barcas a la deriva, de paisajes relacionados con el mar y de faenas de pescadores y estibadores de los puertos en un estilo cercano al romanticismo que evolucionaría hacia un cierto expresionismo. Fue un sobresaliente autodidacta sin dejar de relacionarse con importantes figuras del mundo artístico chileno como fue su admirado amigo Fernando Álvarez de Sotomayor.

La pronta y notable acogida de su obra ofreció a Pacheco Altamirano la posibilidad de realizar exposiciones tanto en Chile (Santiago, 1929) como en Argentina (Buenos Aires, 1935), Perú (Lima, 1937), Estados Unidos (Unión Panamericana de Washington, 1950 y Nueva York) y dar el salto a Europa en 1952 como agregado cultural de Chile en Francia donde pudo conocer y apreciar los distintos movimientos artísticos desde el impresionismo y el cubismo hasta el surrealismo.

Por tanto, célebres sus representaciones portuarias en latitudes americanas, la resonancia mundial de su obra se produjo gracias a la exposición que realizó en la galería parisina de André Weil en la que presentó escenas marinas de Chile (Día de lluvia en Valdivia, Barcas ancladas, Feria Chilota, etc.) y Normandía (Mercado de Honfleur y La mañana gris de Normandía) con críticas muy favorables en los medios artísticos que resaltaban el manejo del color, el vigor de las escenas y su potente expresividad. Tachado como pintor de atmósfera, Pacheco Altamirano mostraba en sus cuadros el movimiento incesante y multicolor de los barcos amarrados de mástiles entrecruzados, los animados muelles y las casas iluminadas a medias por el sol reflejado en el agua.

Desempeñando el cargo de agregado cultural de la embajada de su país en Londres, en 1956 Pacheco Altamirano volvió a exponer con gran éxito en París en lo que constituyó el inicio de una gira que le llevó a Madrid (galería Fénix), Japón y la India y otros países de oriente, donde su estilo cercano al expresionismo y la fuerza cromática de su paleta en obras como Segadores de trigo, Vista del mar (adquirido por el Museo de Arte Moderno de Nueva Delhi), Mujeres en la playa y Jama Masjid fueron muy celebrados. De este modo, los barcos anclados en Chiloé y Angelmó (Puerto Montt), lugar popularizado por la forma en que Pacheco lo elevó a la categoría de arte, se encuentran en museos de multitud de ciudades del mundo desde Tel Avid y Tokio a Filadelfia, lugares donde el pintor chileno obtuvo honores y distinciones (miembro honorario de la Federación Internacional de Artes, Ciencias y Letras, del Museo Naval de Washington y condecoración por la ciudad de Filadelfia).

Además de las anteriormente mencionadas, entre las obras de este pintor sin formación sistemática pero de audaz reflejo de la naturaleza y la luz, merecen destacarse: Frascos y frutas (1973), Puerto (1972), Barcos anclados (1960), Otoño (1960), Playa (1961), Pescados (1965), Estación (1970), Puerto pesquero (1969), Baile en la taberna (1964) y Pescador ciego (1965).

Bibliografía

  • NAZARE, J. Arturo Pacheco Altamirano, Madrid, Comisaría General de Exposiciones, 1972.

MDGN

Autor

  • 0111 MDGN