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HistoriaPolíticaBiografía

Muhammad I, Emir de Túnez (1249-1277).

Segundo emir de Túnez (1249-1277), perteneciente a la dinastía hafsí, hijo de Abu Zakariyya Yahya, el fundador de la misma. De verdadero nombre Muhammad Abd Allah, heredó de su padre un próspero reino, cuyo territorio se extendía por occidente hasta la zona septentrional del actual Marruecos, y una soberanía hafsí reconocida por los nazaríes granadinos, por los emires abd al-wadíes y por los benimerines, estas dos últimas dinastías surgidas en Marruecos, al igual que la hafsí, al calor de la progresiva descomposición del Imperio almohade.

Mucho peor capacitado que su progenitor para los asuntos políticos, a los cuatro años de su ascenso al trono Muhammad I asumió para sí y los siguientes emires de la dinastía el título califal de Amir al-Muminin (príncipe o soberano de los creyentes), además del rimbombante apodo (laqah en árabe) de al-Mustansir bi-llah ('defensor de la fe de Alá'), con el que fue conocido durante todo su gobierno. Consiguió a duras penas mantener el prestigio conseguido por la dinastía.

En el año 1270, toda la región de Ifriqiya fue duramente atacada por los cruzados cristianos (véase Las Cruzadas) al mando del rey de Francia Luis IX(San Luis) y de Carlos de Anjou, de modo que sus relaciones con la cristiandad, antaño bastante prósperas gracias a la actividad comercial del emirato con varios estados y ciudades europeas, se deterioraron sensiblemente. La repentina muerte del monarca francés, víctima de la peste, el 25 de agosto del año 1270, frente a las costa de Túnez, facilitó la firma de un tratado de paz entre Muhammad I y el sucesor al trono francés, Felipe III el Bueno (1270-1285), por el que las relaciones comerciales pacíficas y lucrativas se restauraron por completo. El emir hafsí volvió a permitir la vuelta a Túnez de los cónsules europeos encargados de proteger los intereses de sus naciones.

Muhammad I dejó un imperio bastante poderoso a su hijo Yahya al-Wathik al-Mustansir, con el que el reino de Túnez comenzó un periodo turbulento de guerras civiles y anarquía a todos los niveles que duró unos treinta años y que a punto estuvo de acabar con la existencia de la propia dinastía.

Carlos Herráiz García.

Autor

  • Carlos Herraiz García