Montfort, Juan IV de, Duque de Bretaña (ca. 1290-1345).
Aristócrata francobritánico, nacido hacia 1290 y muerto en 1345.
Juan era el hijo menor de Yolanda o Violante de Dreux-Montfort, heredera de la casa Montfort, y del segundo marido de ésta, Arturo II, duque de Bretaña. Esta situación obligó a Juan a tomar una educación caballeresca versada en las artes militares, dado que su puesto en la sucesión del linaje era el último. No obstante, todos sus hermanos fallecieron jóvenes, lo que, en primera instancia, le permitió acceder a las tierras maternas y titularse conde de Montfort. Con respecto al título de duque de Bretaña, sin duda el más codiciado por sus rentas y posesiones, la sucesión quedaba en manos de su hermanastro, también llamado Juan, hijo del primer matrimonio de Arturo II; pero, al fallecer éste sin descendencia, Juan de Montfort quiso hacer valer sus derechos, lo que dio origen al conflicto denominado por la historiografía como Guerra de Sucesión Bretona (1339-1365), uno de los episodios periféricos antecedentes de la Guerra de los Cien Años.
Juan de Bretaña, hermanastro de Juan de Montfort, había accedido bajo consejo del rey francés Felipe VI a declarar como heredero del ducado de Bretaña a Carlos de Blois, sobrino del monarca francés. En 1339, una vez fallecido el heredero, Juan de Montfort se adelantó a la iniciativa pactada y procedió a reunir a todos los clérigos y caballeros de Bretaña en Nantes, con cuya aquiescencia se proclamó duque de Bretaña. Naturalmente, detrás del intento de Juan de Montfort se hallaba el apoyo del monarca inglés, Eduardo III, que vio en la rebeldía de Montfort una ocasión única para reclamar la soberanía feudal de Bretaña para la corona inglesa. De esta forma, la Guerra de Sucesión Bretona se unió a los conflictos en Flandes y, sobre todo, en el ducado de Guyena, las tres espoletas que encendieron la Guerra de los Cien Años.
Por lo que respecta a la lucha por el ducado de Bretaña, la intención de ambos soberanos disipa un tanto el apoyo popular logrado por Juan de Montfort entre la nobleza bretona, ya que cualquier pequeña escaramuza se transformó en una batalla en toda regla, como la acontecida entre las flotas inglesa y francesa en L'Ecluse (1340), que acabó derivando en una estrepitosa derrota gala. Ayudado por esta acción naval, Juan de Montfort logró poner bajo su dominio la mayoría de Bretaña, pero Felipe VI y Carlos de Blois reaccionaron inmediatamente con el envío de tropas de infantería que sitiaron Nantes. En 1341, Nantes caía bajo dominio francés y Juan de Montfort fue hecho prisionero. Tres años permaneció encerrado en diversas fortalezas hasta que en 1344 consiguió burlar a sus vigilantes y escapar hacia Bretaña. De nuevo reunido con sus partidarios, Juan de Montfort consiguió reconducir la situación y armar un potente ejército (sufragado por Eduardo III, el rey inglés), para enfrentarse contra los partidarios de Carlos de Blois. La lucha tuvo lugar en la batalla de Cadoret (1345), y la victoria sonrió a Juan de Montfort, que derrotó por completo a sus enemigos; pese a ello, el duque de Bretaña falleció a los pocos días, debido a las heridas recibidas, lo que abrió de nuevo la causa. Su viuda, Juana de Flandes, tomó el testigo de la lucha por el título ducal en favor de su hijo, Juan V de Montfort, en una dura pugna que sólo finalizaría en 1365 con la firma del tratado de Guérande, mediante el cual se validaba al linaje Montfort como titular del ducado de Bretaña.
Por esta misma razón, en algunas listas oficiales el personaje aquí biografiado, Juan IV de Montfort, no aparece como duque de Bretaña, porque, oficialmente, el primer Montfort en ostentar tal dignidad fue su hijo. Pero no cabe duda de que ya Juan IV se tituló en vida duque de Bretaña, y sólo fueron cuestiones bélicas las que impidieron que lo disfrutase en su totalidad.
Bibliografía
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CONTAMINE, P. La guerra de los cien años. (Barcelona, 1990).