Milhaud, Darius (1892-1974).
Compositor francés. A los 7 años comenzó a estudiar violín con Leo Bruguier. En 1909 ingresó en el Conservatorio de París, donde fue discípulo de Berthelier, Leroux, Gedalge, Dukas, d'Indy y Widor. En 1910, Francis Jammes le facilitó el libreto de Brebis égarée, sobre el que escribió una ópera-cómica (1910-1915). Paralelamente compuso diversas piezas de música de cámara, como su Primera Sonata para violín y piano (1911) y su primer Cuarteto de cuerda (1912). Esos años puso música a algunos poemas de Conocimiento del Este y la escena central de Agamenón, obras de Claudel. Éste le contrató como secretario en un viaje a Brasil realizado en 1916, durante el cual Milhaud compuso Saudades do Brazil, Le Boeuf sur le toit y el poema coreográfico L'Homme et son desir. Esta obra fue representada con gran éxito cinco años más tarde por el Ballets Suecos.
A su regreso a París, en 1918, entró en contacto con el Grupo de los Seis y el estreno de varias de sus obras, ligadas con el espíritu de éste, como Proteo y Estudios para piano y orquesta, provocó críticas adversas por la novedad de su música. Pero estas experiencias no supusieron su alejamiento de la música de cámara ni de las colecciones de canciones. En 1923 compuso una de sus obras más famosas, La Creación del Mundo, y un año después dos ballets, Le Train Bleu y Salade, y la ópera Les Malheurs d'Orphée. Su Concierto número 1 para violín y orquesta (1927) dio paso a una larga serie de conciertos para diversos instrumentos. Durante esos años realizó largas giras por toda Europa. Fértil compositor, creó cantatas, conciertos, corales y canciones a un ritmo enloquecedor y, ya en 1939, su catálogo reunía más de doscientas obras.
En plena guerra mundial, recibió el encargo de una sinfonía para la orquesta de Chicago y se trasladó con su familia a los Estados Unidos de América, donde permaneció hasta 1947. Allí fue nombrado profesor del Mills College, de Oakland y, tras la guerra, repartió su tiempo entre este centro, sus clases en el Conservatorio de París y los cursos de verano de Colorado. Desde 1940 cultivó todas los formas de música de cámara y se interesó especialmente por la sinfonía para gran orquesta (en 1965 había escrito doce) y las obras religiosas adquirieron gran importancia, creando entre otras Servicio sagrado para el Sábado (1947) y Cantata de la Iniciación (1960). En 1965 su catálogo ya estaba formado por 409 obras de todos los géneros musicales. Fue galardonado con el Gran Premio Internacional de la Música en 1971, año que también ingresó en el Instituto de Francia.