Meyrink, Gustav (1868-1932).
Narrador austríaco, nacido en Viena en 1868 y fallecido en Stranberg (Baviera) en 1932. Autor de una fecunda producción narrativa que discurre por los cauces de la novela y el cuento, dejó impreso un brillante legado literario en el que los ingredientes grotescos y los elementos absurdos se incorporan a un trasfondo místico que siembra la inquietud, el desconcierto y la duda en el lector. En general, toda la obra de Gustav Meyrink constituye una ácida sátira de la clase burguesa, siempre caracterizada en sus relatos y novelas por su feroz hipocresía y su cerril defensa de una espesa burocracia que impide el libre desarrollo de los seres más espirituales.
Teórico y practicante a ultranza de este desarrollo espiritual del ser humano, Gustav Meyrink se convirtió al budismo en 1927, con lo que pasó a ser uno de los primeros intelectuales occidentales que implantaron en la Europa del siglo XX el ascetismo religioso y filosófico de las culturas de Oriente. El campo abonado para esta transformación espiritual estaba ya presente en el misticismo patente en algunas de las narraciones que el escritor vienés venía publicando desde hacía más de diez años, en las que la dureza irónica y sarcástica con que se expresaba la crítica contra la sociedad burguesa occidental solía acaban dando pie a una honda y melancólica meditación existencial.
Entre las novelas más célebres de Gustav Meyrink, resulta obligado recordar la titulada Der Golem (El Golem, 1915), en la que se dan cita una serie de extraños elementos fantásticos (el mundo onírico, los desdoblamientos de la personalidad, las visiones alucinadas, los secretos del universo cabalístico y, entre otros muchos ingredientes de naturaleza similar, la magia del tarot) para arropar la antigua leyenda de los judíos de Praga acerca del golem, un autómata de barro que, alimentado por una voluntad ajena, es utilizado para sembrar el miedo y el dolor entre los hombres. El éxito de esta narración propició, al cabo de cinco años de su salida a la calle, una versión cinematográfica rodada por los directores alemanes Paul Wegener y Karl Boese (1920), obra maestra del cine mudo que fue objeto de una nueva adaptación quince años después, realizada esta vez en Checoslovaquia por el cineasta francés Julien Duvivier.
Entre el resto de la producción narrativa del escritor vienés sobresalen las novelas tituladas Das grüne Gesicht (El rostro verde, 1916), Walpurgisnacht (La noche de Walpurgis, 1917) y Der weisse Dominikaner (El dominio blanco, 1921), así como la colección de relatos breves publicada en tres volúmenes bajo el título de Das Deutsches Spiessers Wunderhorn (El cuerno maravillosos del burgués alemán, 1913). En estos cuentos y, sobre todo, en los que publicó al cabo de diez años en el volumen titulado Goldmachergeschichten (Historias de alquimistas, 1925), Gustav Meyrink volvió a recurrir al universo onírico, las visiones apocalípticas, el mundo de los seres irreales y las antiguas leyendas fantásticas praguenses para construir un alucinante espacio imaginario en el que son patentes también las huellas de otros grandes maestros del género, como el alemán Ernst Theodor Amadeus Hoffmann o el estadounidense Edgar Allan Poe.