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LiteraturaBiografía

Machado y Ruiz, Antonio (1875-1939).

Poeta, dramaturgo y narrador español, nacido en Sevilla el 26 de julio de 1875 y muerto en Collioure (Francia) el 22 de febrero de 1939. La sencillez, sobriedad y profundidad de su voz poética, unidas a las reflexiones en su prosa que lo sitúan cercano al espíritu de su pueblo, han hecho de él uno de los mayores poetas españoles, emblemáticos, con un tono claro, simple y vibrante en su poesía.

.Antonio Machado.

Vida

Hijo del matrimonio del folclorista Antonio Machado Álvarez, llamado "Demófilo", y de Ana Ruiz y Hernández. Nació en el Palacio de las Dueñas de Sevilla, propiedad de la familia Alba, donde alquilaban habitaciones en la planta baja, fue el segundo de cinco hijos. Del encuentro de sus padres, Machado relata, a través de su personaje Juan de Mairena, que "...unos delfines, equivocando su camino, y a favor de la marea, se habían adentrado por el Guadalquivir, llegando hastra Sevilla. De toda la ciudad acudió mucha gente, atraída por el insólito espectáculo, a la orilla del río, damitas y galanes, entre ellos los que fueron mis padres, que allí se vieron por vez primera. Fue una tarde de sol que yo he creído o he soñado recordar alguna vez".

Tras pasar su niñez en su ciudad natal ("mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla / y un huerto claro donde madura el limonero"), viajó con su familia a Madrid, a la edad de ocho años, donde su abuelo, Antonio Machado Núñez, médico y profesor de Ciencias Naturales, había sido nombrado catedrático de la Universidad Central, ("mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;/ mi infancia, algunos casos que recordar no quiero"). También fue influyente la figura de un tío abuelo, Agustín Durán, miembro de la Real Academia Española, autor de Colección de romances antiguos, compilación con la que el poeta declaró que le habían servido para aprender a leer.

Realizó sus estudios en la Institución Libre de Enseñanza, a cuyo fundador profesó siempre la mayor veneración y a cuya muerte dedicó la elegía A Don Francisco Giner de los Ríos, publicada en Campos de Castilla. El colegio fue pionero en sus métodos de enseñanza: era mixto, estimulaba la práctica de la educación física, (inexistente en los colegios españoles), el diálogo con los profesores, fomentaba el amor por la naturaleza y una actitud de apertura hacia las artes y culturas extranjeras. Allí es donde el poeta forjó su carácter, moldeando su amor por la verdad, la tolerancia, el sentimiento de igualdad entre los hombres, la austeridad como principio y el respeto por el trabajo. Posteriormente, completó sus estudios en los institutos San Isidro y Cardenal Cisneros.

En 1888 Antonio y su hermano Manuel asisten al teatro Español, cuyo actor principal, Rafael Calvo, es amigo de su padre. El hijo del actor, Ricardo Calvo, y Antonio Zayas, forman un grupo de amigos inseparables, afines al arte, junto a los hermanos Machado.

En estos años Machado conoció a Valle-Inclán. Fueron años de penurias económicas: su padre tuvo que emigrar a América, destino que siguió, posteriormente, uno de sus hermanos. Su padre volvió en 1893, enfermo de tuberculosis, a Sevilla, en donde murió a los 46 años, sin volver a ver a sus hijos, que permanecían al lado de su madre.

El mismo año de la muerte de su padre, publicó Antonio por primera vez un texto literario, en prosa, que apareció, como otras colaboraciones posteriores, en el periódico La Caricatura, firmadas con el pseudónimo de "Cabellera". Su hermano Manuel firmaba con el seudónimo "Polilla", y juntos, cuando registraban la autoría de una obra de teatro, lo hacían con el nombre "Tablante de Ricamonte". Hasta 1901 no verán la luz sus primeros versos, que aparecen en revistas como Electra o Helios.

Antonio Machado, "Retrato" (Campos de Castilla).

En 1899 viajó por primera vez a París, donde residía su hermano, el poeta Manuel. En esa ciudad realizó trabajos de traducción para la editorial Garnier. Allí es donde entrará en contacto con destacados escritores como Oscar Wilde, Pío Baroja, y tiene la oportunidad de asistir a clases del filósofo Henri Bergson, por el que se siente impresionado. Vuelve a España y obtiene su título de bachiller en 1900.

En 1902 realizó un segundo viaje a París, durante el que conoció a Rubén Darío, poeta que lideraba un nuevo estilo de escritura, de gran influencia. Antonio se atreve a mostrarle poemas suyos, a lo que el maestro responde con una sola palabra: "¡admirable!".

En 1903 publicó la primera versión de Soledades, una recopilación de poemas, que reflejaban la búsqueda de un intimismo, impregnado del estilo modernista, donde ya se descubren en sus tempranas composiciones una personificación del paisaje y un tono de melancolía en la voz. Mientras, participaba del mundo literario y teatral de Madrid. Conoció a Unamuno, a Juan Ramón Jiménez, cultivó sus relaciones con Valle Inclán, Azorín, Benavente, y formó parte durante unos meses de la compañía teatral de María Guerrero y Fernando Díaz de Mendoza. Publica en Helios, revista que dirigía Juan Ramón Jiménez, también en el Alma Española, en la Revista Ibérica, en El País, y en la República de las Letras.

La publicación del libro y diversas colaboraciones en revistas no le aportaron un sustento económico, y con el consejo de Giner de los Ríos inició la preparación a las oposiciones a lengua francesa, que obtiene en 1907, eligiendo a Soria como destino. Escribió su primer poema de tema soriano, A orilla del Duero.

Ocupó la cátedra de Francés del Instituto de Soria y publicó la segunda edición de Soledades, poemario ampliado ahora en Soledades, Galerías y otros poemas. De los 42 poemas de Soledades, sólo 29 pasan al nuevo libro, algunos corregidos, y se incorporan 76 nuevos hasta llegar a la cantidad de 95 en esta edición. Todavía debe algo a la estética modernista, pero los últimos poemas, de tono menor, van perfilando, sin embargo, las incipientes raíces de un estilo posterior, más maduro y relevante, de un realismo o un objetivismo depurado.

Antonio Machado, "Yo voy soñando caminos". (Soledades. Galerías. Otros poemas).

Fue en esa ciudad que conoció a su mujer, Leonor Izquierdo, hija de los dueños de la pensión, con la que se casó el 30 de julio de 1909. La juventud de la esposa (sólo dieciséis años frente a los más de treinta del poeta) no la previno frente a la tuberculosis que contrajo en 1911. Ocurrió durante un viaje a París con la beca que Machado había conseguido de la Junta de Ampliación de Estudios para estudiar filosofía con Bergson y Bédier. Ella falleció el 1 de agosto de 1912, poco después de la publicación de la primera edición de Campos de Castilla. La desesperación que causó al poeta la muerte de su esposa (a la que tantos poemas dedicó en la edición ampliada de Campos de Castilla, publicada ya dentro de las Poesías Completas), lo impulsó a pedir el traslado a Baeza, donde impartió francés entre 1912 y 1919, fecha en la que se trasladó a Segovia buscando la cercanía de Madrid, destino al que finalmente llegará en 1932. "Señor, ya me arrancaste lo que yo más quería/Oye otra vez, Dios mío, mi corazón clamar/Tu voluntad se hizo, Señor, contra la mía/Señor, ya estamos solos mi corazón y el mar."

Antonio Machado. Se ha asomado una cigüeña. (Soledades. Galerías. Otros poemas).

Con Campos de Castilla repite la misma vicisitud editorial que con Soledades, en la que una versión posterior amplía la primera edición. En esta obra, la importancia del paisaje cobra trascendencia, y los elementos de la naturaleza castellana se traducen en símbolos de realidades íntimas. Va incorporando paulatinamente la noción de patria, sentimiento hondo por la tierra natal, reflexiona sobre la justicia social y manifiesta el deseo de despertar al país de su letargo. Ya en 1908 había publicado en la prensa soriana ..."Sabemos que la patria no es una finca heredada de nuestros abuelos, buena no más para ser defendida a la hora de la invasión extranjera. Sabemos que la patria es algo que se hace constantemente y se conserva sólo por la cultura y el trabajo. ...Sabemos que no es patria el suelo que se pisa, sino el suelo que se labra; que no basta vivir sobre él, sino para él; que allí donde no existe huella del esfuerzo humano no hay patria".

En el poema A un olmo seco Machado expresa la angustia frente al inminente desenlace de la pérdida amorosa, y su esperanza en la frase final "Mi corazón espera/ también, hacia la luz y hacia la vida,/ otro milagro de la primavera", contra todo pronóstico, el reverdecer de la vida, que ya no habrá de acompañarle, excepto como recuerdo, en la pena. La imagen del olmo, como símbolo del alma, será reiterada en siguientes composiciones, y otros árboles siguen también esa caracterización (encinas, robles, álamos, hayas, limoneros, naranjos, palmeras, pinos y olivos darán cuenta de específicas dotes mediante escogidos adjetivos ("robusto, altivez, viejo, humilde, polvoriento, cantores"), que evocan connotaciones diversas, pero resaltan todos aspectos de una profunda intimidad.

.Antonio Machado con su esposa el día de su boda.

Al morir Leonor, se desplaza lo antes posible, para evitar dolorosos recuerdos, a Baeza, donde vuelve a reencontrarse con el paisaje andaluz. En el tren que lo traslada sitúa el poeta la escritura de Recuerdos, poema de contraste de paisajes, "·En la desesperanza y en la melancolía/ de tu recuerdo, Soria, mi corazón se abreva...". El 1 de noviembre de 1912 toma posesión de la plaza de francés en el Instituto General y Técnico de Baeza. Un més después, su madre llega para vivir con él.

Allí Machado comienza estudios de Filosofía y Letras, y cada verano, concurre a exámenes en Madrid, hasta licenciarse en 1917. También estudia el griego para leer a los filósofos en su idioma original. Comienza a escribir sus reflexiones, creando personajes apócrifos, en cuadernos que luego serán llamados Los complementarios. En cartas que escribe a Unamuno, declara que sufre por estar apartado de la vida cultural de las grandes ciudades.

Su retrato de los españoles se vuelve más agrio, la descripción en Por tierras de España habla por sí sola "...El hombre de estos campos que incendia los pinares...Hoy ve a sus pobres hijos huyendo de sus lares....Abunda el hombre malo del campo y de la aldea,/ capaz de insanos vicios y crímenes bestiales,/ que bajo el pardo sayo esconde un alma fea,/ esclava de los siete pecados capitales. Los ojos siempre turbios de envidia o de tristeza,/ guarda su presa y llora la que el vecino alcanza;/ ni para su infortunio ni goza su riqueza...". En El Dios íbero, abunda la imagen del hombre pobre, doblegado por el trabajo, que se dirige a su Dios " Oh dueño de fortuna y de pobreza,/ ventura y malandanza,/ que al rico das favores y pereza/ y al pobre su fatiga y su esperanza!", y habla de un hombre hueco, sin trascendencia, "...y una triste expresión, que no es tristeza,/ sino algo más y menos: el vacío/ del mundo en la oquedad de su cabeza." Estas poesías contrastan fuertemente con el tono elogioso hacia poetas, escritores y educadores españoles de la época.

En 1917 publicó Páginas escogidas y la primera edición de Poesías Completas. En otoño de 1919 Machado obtuvo el traslado a Segovia como catedrático de Filosfía y Letras en la Universidad Central, viajando los fines de semana a Madrid, a visitar a la familia de su hermano José, quien había acogido a su madre. Durante los años segovianos, colaboró en la Universidad Popular Segoviana fundada hacía poco, concurría a tertulias de intelectuales de izquierdas y publicaba artículos en la prensa segoviana y madrileña.

Los años siguientes van señalando profundos cambios en España, hechos que el poeta sigue de cerca, con el destierro de Unamuno, la creación del Partido Comunista, la dictadura de primo de Rivera, y en medio de estos acontecimientos, es nombrado miembro de la Real Academia, en 1927, sillón que jamás llegó a ocupar.

Su libro Nuevas Canciones apareció en 1924. En principio, abarcaban poesías de 1917 a 1920, que luego, con ediciones posteriores, en 1928 y 1933, llegaron a abarcar composiciones hasta 1930. El tono de su estilo asciende hasta un lirismo poético, donde la realidad y la fantasía (el recuerdo, lo soñado), se confunden frente a la angustia del tiempo y la soledad, y el perenne sentimiento de pérdida que le infundió la muerte de Leonor se conjuga entre imágenes de presencia/ausencia.

En 1928 conoció al segundo gran amor de su vida: la poetisa Pilar de Valderrama, la "Guiomar" de sus poemas, con la que mantuvo relaciones secretas durante años. Posteriormente, y hasta la muerte de Guiomar en 1979, sólo se habló de ello con medias palabras, dado que ella estaba casada con 3 hijos, y la identidad de la amada se comenzó a desvelar hacia 1950, con la publicación de Concha Espina de algunas cartas de amor del poeta hacia su dama. Machado conservó sus habitaciones en Segovia, en la calle Desamparados, aún después de trasladarse a vivir a Madrid, para sus encuentros con ella.

La guerra es la que les obliga a separarse, en 1935 ella se traslada con su familia a Estoril, y Machado le escribe poemas primero desde Madrid, y luego, al ser evacuado, desde Valencia. En las poesías dedicadas a ella, Canciones a Guiomar, y Otras canciones a Guiomar, publicadas inicialmente en Revista de Occidente, Machado se revela como un poeta conmovido por el amor, efusivo, con breves destellos de alegría, pero paulatinamente, el tono se ensombrece, se hace angustioso por su ausencia que presiente definitiva... "¡siempre tú!/ Guiomar, Guiomar,/ mírame en tí castigado:/ reo de haberte creado,/ ya no te puedo olvidar", y luego..." Escribiré en tu abanico:/ te quiero para olvidarte,/ para quererte te olvido./ Te abanicarás/ con un madrigal que diga:/ en amor el olvido pone la sal".

Filosofía poética

En 1936 publicó en prosa, Juan de Mairena. Sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo, en el que utiliza como portavoz de su pensamiento a uno de sus dos poetas "apócrifos", inventados a finales de los años veinte como modo de expresar sus ideas, recopiladas a través de los años en cuadernos. A la manera de Fernando Pessoa, sus personajes lo representan y explican su concepto de "la otredad del ser", como nombró a la convicción de que en el alma de la poesía se puede encontrar el yo más profundo de la persona con el otro. La colección había aparecido en la prensa durante 1934, y continuó en Hora de España en 1937. Inventa a Abel Martín como un filósofo y a Juan de Mairena como un discípulo suyo. Al primero le otorga vida en Sevilla, en 1840, y lo hace morir en Madrid, en 1898. Le adscribe una crítica a Liebniz y una suscripción a las ideas de Giordano Bruno acerca de una fuerza activa consciente ("Al Gran Pleno o conciencia integral"), y lo describe como un hombre erótico, cuando le hace decir "La mujer/es el universo del ser", o bien "Sin el amor, las ideas/ son como mujeres feas,/ o copias dificultosas/ de los cuerpos de las diosas", y culmina la reflexión con ..."Sin mujer/ no hay engendrar ni saber".

Describe a Juan de Mairena como ..."poeta, filósofo, retórico e inventor de una Máquina de Cantar. Nació en Sevilla (1865). Murió en Casariego de Tapia (1909). Es autor de "Una Vida de Abel Martín", de un Arte poética, de una colección de poesías: "Coplas Mecánicas", y de un tratado de metafísica: "Los siete reversos". En Poesías Completas, Machado le dedica una sección titulada Cancionero apócrifo, y publica en la prensa artículos que lo mencionan, entre 1934 y 1938. Por su boca, Machado medita sobre conceptos profundos de la poesía, ..."Todas las artes, -dice Juan de Mairena en su primera lección de Arte poética- aspiran a productos permanentes, en realidad, a frutos intemporales. Las llamadas artes del tiempo, como la música y la poesía, no son la excepción". Filosofa sobre el valor del factor temporal, ..."Pero no olvidemos que, precisamente, es el tiempo... lo que el poeta pretende intemporalizar, digámoslo con pompa: eternizar. El poema que no tenga muy marcado el acento temporal está más cerca de la lógica que de la lírica."

Últimos años

Durante parte del transcurso de la guerra civil, permaneció en Madrid participando en publicaciones republicanas. Su postura a favor de la Segunda República, radicalizada al izar la bandera republicana en el balcón del Ayuntamiento de Segovia, provocó su pronta evacuación y la de su familia a Valencia, en 1936. Allí escribió en la revista republicana Hora de España y participó en el Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura, de amplia repercusión internacional, con el discurso de clausura titulado Sobre la defensa y la difusión de la Cultura.

Luego tuvo que marcharse a Barcelona, junto a otros intelectuales, desde donde el grupo se vio obligado a cruzar la frontera francesa, con su madre, a pie en varios trechos. Había confesado antes de viajar, que ..."tengo la certeza de que el extranjero significaría mi muerte". Los relatos de esta travesía -el más conocido es debido a Corpus Barga-, comentan que Machado se negaba a hablar de la guerra y tornaba a reflexionar sobre poetas y escritores, como Valle Inclán o Cervantes. La marcha fue lenta, muy prolongada, y arriesgada; el grupo de familiares y amigos durmió a la vera del camino o en un vagón de ferrocarril, hasta por fin arribar a Collioure. Su madre, decrépita y enferma preguntaba "¿Llegaremos pronto a Sevilla?".
Arriban al tranquilo poblado francés el 28 de enero de 1939, y se alojan en el hotel Bougnol-Quintana. Su madre ya no se levanta de la cama, y Antonio cuida de ella, hasta que él mismo, por neumonía, complicada con gastroenteritis, debe hacer reposo. Con los ojos cerrados repetía "Merci, madame; merci, madame", agradeciendo las atenciones de la dueña de casa. Dejó de respirar a las 4 de la tarde del 22 de febrero. Antes sólo dijo "Adiós, madre". Ella le siguió 3 días después.

Antonio Machado ha sido objeto de multitud de investigaciones y estudios, tanto de su obra como de su vida; puede destacarse entre ellas Ligero de equipaje. La vida de Antonio Machado, un riguroso trabajo sobre la vida del poeta y su eterno viaje, realizado por el prestigioso hispanista irlandés Ian Gibson, publicada en abril de 2006. También debe destacarse la publicación en mayo de ese mismo año de seis volúmenes de los manuscritos del poeta, donde se recogen textos inéditos en prosa.

Obra

La obra de Antonio Machado es fundamentalmente poética, a pesar de las incursiones en el teatro, también básicamente poético, junto a su hermano Manuel, y en los ensayos y artículos periodísticos también mantiene un tono lírico elevado. Con todo, es preciso establecer dos apartados dedicados a poesía y teatro.

Poesía

La formación poética de Machado se puede resumir en tres puntos: el entorno intelectual de sus primeros años, marcado primero por la figura de su padre, estudioso del folclore andaluz, y después por el espíritu de la Institución Libre de Enseñanza; la influencia de sus lecturas filosóficas, de entre las que son destacables las de Bergson y Unamuno; y, en tercer lugar, su reflexión sobre la España de su tiempo. A todo ello hay que sumar la influencia de Rubén Darío, al que conocería en sus años triunfales en París.

Machado se inicia como poeta, por tanto, sumando al modelo de poesía impulsado por Campoamor -que marca toda la segunda mitad del XIX español- la estética del Simbolismo francés -que el poeta conoce de primera mano, y no a través del Modernismo-. De ahí que los elementos simbolistas de su poesía se no se deban tanto a los hallazgos del Modernismo, con el que, sin embargo, tiene concomitancias evidentes como concurrencias en los modelos, lo que explicaría lo que tantas veces se ha llamado el "peculiar" Modernismo de Machado. Así, Galerías es parco en los ricos elementos sensoriales con que la poesía modernista solía engalanarse, pero abunda en elementos simbólicos, generalmente relacionados con el paso del tiempo, obsesión constante de la poesía de Machado y causa última de la profunda melancolía que impregna su obra. Así, Soledades se presenta como un libro que rompe con el prosaísmo de la poesía española, pero no abraza de lleno la estética modernista triunfante:

"[...] Como perro olvidado que no tiene
huella ni olfato y yerra
por los caminos, sin camino, como
el niño que en la noche de una fiesta

se pierde entre el gentío
y el aire polvoriento y las candelas
chispeantes, atónito, y asombra
su corazón de música y de pena,

así voy yo, borracho melancólico,
guitarrista lunático, poeta,
y pobre hombre en sueños,
siempre buscando a Dios entre la niebla
".

Campos de Castilla presenta un total cambio de perspectiva: el poeta de las galerías interiores se vuelca hacia el mundo exterior. Coincidiendo con la reflexión acerca de España de los autores del 98 y a raíz de su encuentro con el paisaje de Castilla, el poeta se vuelca hacia la naturaleza y hace, a partir de ella, una reflexión sobre la realidad española a la que, como los demás autores del noventa y ocho, aspira a cambiar. Destacan en este aspecto poemas como "Por tierras de España", "Campos de Soria" o "El dios íbero", aunque no falten poemas de carácter descriptivo, como el bellísimo "A orillas del Duero", u otros en los que une la reflexión sobre el cainismo hispano con la afición por el folclore inculcada por su padre. Es el caso de su adaptación al romance de la leyenda recogida de labios de un carretero, y transcrita también en prosa, titulada "La tierra de Alvargonzález". Otras veces, en fin, la contemplación del paisaje o de cualquiera de sus elementos da pie a una sincera introspección que descubre las inquietudes más íntimas del poeta:

Antonio Machado, A un olmo seco. (Campos de Castilla).

El libro conoció una ampliación en la que aparecieron poemas escritos ya en Baeza en recuerdo de la tierra de Soria y, sobre todo, de Leonor. De entre éstos destaca el enviado A José María Palacio: "Palacio, buen amigo,/ ¿está la primavera/ vistiendo ya las ramas de los chopos/ del río y los caminos? En la estepa/ del alto Duero, primavera tarda,/ ¡pero es tan bella y dulce cuando llega...!".

Hasta 1924 no publicará Machado otro título, Nuevas Canciones. Esta tardanza parece indicio de un deseo de variación y búsqueda de nuevos caminos dentro de la estética tradicional, toda vez que los experimentos de la vanguardia no lo satisfacían. La heterogeneidad del contenido es, además, muestra del deseo de Machado por no repetirse. Junto a la presencia del paisaje andaluz y de las estrofas tradicionales, en las que comienza a volcar pensamientos de carácter filosófico ("Poned atención:/ un corazón solitario/ no es un corazón"), son destacables, en las sucesivas ampliaciones, las primeras canciones a Guiomar. Gracias a su inspiración por ella, el tema amoroso cobra nuevos pujos en la obra machadiana:

EL AMOR Y LA SIERRA

"Cabalgaba por agria serranía,
una tarde, entre roca cenicienta.
El plomizo balón de la tormenta
de monte en monte rebotar se oía.

Súbito, al vivo resplandor del rayo,
se encabritó, bajo de un alto pino,
al borde de la peña, su caballo.
A dura rienda le tornó al camino.

Y hubo visto la nube desgarrada,
y, dentro, la afilada crestería
de otra sierra más lueñe y levantada

-relámpago de piedra parecía-.
¿Y vio el rostro de Dios? Vio el de su amada.
Gritó: ¡Morir en esta sierra fría!
".

La obra poética de Machado, a falta de los versos perdidos durante la huida a Francia, concluye con un grupo de poemas conocidos como "Poesías de la guerra", que añaden un último eslabón a su cadena creativa mostrando la visión de la España en guerra en aspectos diferentes como el amor (véase, al respecto, el estremecedor soneto "De mar a mar entre los dos la guerra", dirigido desde Valencia, pero nunca enviado, a Guiomar, refugiada en Portugal), o la suerte de los inocentes (así "La muerte del niño herido" o la elegía por García Lorca "El crimen fue en Granada"). Aparecen también recuerdos de las tierras de Soria o coplas que reflejan el ambiente popular que se vivió en los días de la guerra. En su bolsillo, después de su muerte, se encontró el verso único "Estos días azules y este sol de la infancia", que suele cerrar casi siempre las ediciones de su obra poética. En 2005 salieron a la luz, publicadas en Cuaderno 0, tres nuevas canciones dedicadas a Guiomar.

Teatro

El teatro escrito por los hermanos Machado se escribe y estrena entre 1926 (Desdichas de la Fortuna o Julianillo Valcárcel) y 1932 (La duquesa de Benamejí) y consta de otras cinco obras, además de las dos citadas. Son éstas: Juan de Mañara (1927), Las Adelfas (1928), La Lola se va a los puertos (1929) y La prima Fernanda (1931), escritas todas en verso, lo mismo que Julianillo Valcárcel, y El hombre que murió en la guerra, escrita en prosa y no estrenada hasta 1941. La Duquesa de Benamejí está escrita en prosa y verso. Asimismo, adaptaron para la escena los hermanos Machado comedias de Lope de Vega como El Perro del Hortelano o La Niña de Plata, así como Hernani de Víctor Hugo.

Su dramaturgia permanece dentro de los límites del teatro comercial del momento, aunque con el indudable acierto de la lengua poética de ambos hermanos.

Antonio Machado. Juan de Mairena.

También merece mencionarse el inestimable aporte que a la divulgación de la obra de Antonio Machado fue realizada por el poeta y cantautor Joan Manuel Serrat, especialmente con la edición en 1969 del disco Dedicado a Antonio Machado, poeta, que tuvo de inmediato una amplísima difusión en España y Latinoamérica. Su versión cantada de Las Moscas o bien la lectura de las frases Caminante, no hay camino... han quedado indisolublemente ligadas a la melodía que le sobreimpuso la canción.

Enlaces en Internet

http://www.abelmartin.com

Bibliografía

  • ALVAR, Manuel. Edición de Poesías Completas (Madrid: 1982, 8ª ed).

  • AULLÓN DE HARO, Pedro. "La poesía en el siglo XX (hasta 1939)", en Historia Crítica de la Literatura Hispánica, 20. (Madrid: Taurus, 1989).

  • GUERRA, Manuel H. El teatro de Manuel y Antonio Machado. (Madrid: 1966).

  • GULLÓN, Ricardo. Una Poética para Antonio Machado. (Madrid: 1970).

  • ZUBIRÍA, R. de. La poesía de Antonio Machado. (Madrid: 1955).

Autor

  • G. Fernández San Emeterio / JR