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HistoriaPolíticaBiografía

Luis II, Emperador de Occidente y Rey de Italia (825-875)

Emperador de Occidente y rey de Italia nacido en 825 y muerto en Brescia el 12 de agosto de 875. Durante su reinado el título imperial se vio muy devaluado y Luis II no pudo extender su influencia más allá de los Alpes, ocupada su atención en el gobierno de Italia y en la defensa del reino contra los ataques de los musulmanes.

Síntesis biográfica

Hijo primogénito del emperador de Occidente Lotarioy de la emperatriz Ermengarda de Tours, recibió la corona de los lombardos el 15 de junio de 844 y durante su estancia en Italia negoció para obligar al papa a reconocer los derechos del emperador a confirmar la elección de los pontífices. En abril de 850 fue coronado emperador en Roma por el papa León IV y quedó así asociado al trono paterno. Antes de morir, Lotario I hizo una repartición de su reino entre sus tres hijos: Luis II recibió la dignidad imperial y el reino de Italia, que ya llevaba gobernando desde 844; el segundogénito, Lotario II obtuvo las tierras entre Frisia y el Jura, que, por él, recibieron el nombre de Lotaringia (o Lorena); el hermano menor fue rey de Provenza y también heredó la Borgoña. Luis II ocupó su reinado con los asuntos de Italia y, tras la muerte de su hermano, Carlos heredó la mitad de su reino. De su matrimonio con Engelberda (ca. 855) nació Ermengarda, su heredera. A su muerte el título imperial pasó a su tío Carlos el Calvo.

El gobierno de Italia

El poder real en Italia nunca había sido muy grande. Los magnates francos que ocuparon el lugar de los señores lombardos buscaron su independencia, al igual que los obispos y abades, que pugnaron por aumentar sus atribuciones temporales. Además los ducados de Spoleto, Fruili y Toscana se habían constituido como fuertes poderes ajenos al Papado. Si Luis II actuó en los asuntos de Roma o del ducado de Spoleto, no fue como soberano, sino como aliado de sus habitantes en sus luchas contra el enemigo común, los musulmanes. En 846 el rey reunió un ejército para librar Roma del saqueo a que estaba siendo sometida por parte de piratas sarracenos, pero éstos abandonaron la ciudad cuando tuvieron noticia de ello. La primavera siguiente el rey pudo contar con la ayuda de su padre, el emperador Lotario, en una nueva campaña en la que tampoco se alcanzaron resultados. En 851 los lombardos pidieron la ayuda de Luis y éste pudo liberar Benevento, pero no Bari, que se había constituido como la principal guarnición musulmana y el punto desde el que se lanzaban las devastaciones sobre el país circundante. Las operaciones de los musulmanes se reanudaron tan pronto como Luis abandonó la campaña en 852.

En 867 el emperador lanzó un duro ataque contra Bari, pero fue imposible conquistar la ciudad sin la ayuda de una flota que bloquease su puerto. Luis trató entonces de ganar el apoyo bizantino, prometiendo el matrimonio de su hija Ermengarda con el hijo del emperador Basilio. Una flota griega llegó hasta Bari, pero como el matrimonio no tuvo lugar, pronto se retiró. Luis hizo llamamientos a todo aquel que pudiese proporcionarle una flota, incluso a los eslavos del norte del Adriático, cuya sumisión era precaria. Finalmente, tras muchos avatares, Bari fue conquistada (2 de febrero de 871), pero la ruptura de la alianza entre Luis y Basilio, que se negó a reconocer el título de Imperator Augustus, permitió que los musulmanes se mantuviesen en Sicilia y Calabria. Además la victoria del emperador despertó los recelos del duque Adalgiso de Benevento, que hizo prisionero a Luis y sólo lo liberó después de que éste hubiese prometido no volver al sur de Italia. Incluso fue difundido el rumor de que el emperador había muerto, lo que alentó a sus tíos, Carlos el Calvo y Luis el Germánico a tratar de asegurarse la herencia de Italia.

Una vez libre, Luis consiguió una dispensa papal para romper la promesa hecha a Adalgiso y en 873 renovó la campaña contra el sur de Italia, de nuevo sin resultados.

Política exterior

Desde la muerte de Lotario I, sus dos hijos mayores se mostraron descontentos con la porción de la herencia recibida. En la entrevista que los tres herederos celebraron en Orbe en 856, Luis y Lotario presionaron a Carlos para que les cediese su parte. La guerra sólo se evitó por la intervención de los magnates de Provenza y el débil Carlos pudo mantenerse gracias a la sólida regencia del conde Gerardo de Vienne, renombrado en la épica como Gerardo del Rosellón. Luis tuvo que abandonar de momento sus pretensiones sobre la Provenza, debido a la presión musulmana sobre el sur de Italia, pero la tras la muerte de Carlos en 863, los dos hermanos se repartieron el reino, lo que permitió a Luis ampliar su reino hasta el Ródano. Es posible que Luis II pretendiese además heredar el reino de Lotario II, sin hijos legítimos y embarcado en un divorcio que adquirió una dimensión internacional. Luis obtuvo de su hermano las diócesis de Genneva, Lausanne y Sion (859), probablemente como medio de ganar el apoyo del emperador y aprovechar su ascendencia sobre el Papado en el asunto del divorcio. Y así fue: tras la muerte del papa Nicolás I (867), subió al solio pontificio el manejable Adriano II, que por influencia del emperador aceptó reabrir el caso del divorcio y levantar la excomunión lanzada por su antecesor sobre Waldrada, la amante de Lotario. No sirvió de nada, porque poco después murió Lotario (agosto de 869).

Luis II, sin apenas partidarios en Lotaringia, se encontraba ocupado guerreando contra los sarracenos en Benevento cuando murió su hermano. La circunstancia fue aprovechado por Carlos el Calvo, que se apresuró a anexionar la Lotaringia a su reino de la Francia occidental y ser coronado en Reims, a pesar de la defensa de Adriano II de los derechos sucesorios del emperador. Sí reaccionó Luis el Germánico, que lanzó un ejército contra Carlos, obligándole a negociar: en agosto de 870 ambos hermanos hicieron una partición equitativa de la Lorena, desoyendo una vez más las reclamaciones de Adriano II a favor del emperador. Es más, ambos mostraron sus apetencias sobre el reino de Italia, cuando en agosto de 871 cruzó los Alpes el rumor de que Luis II había caído prisionero del duque de Benevento. Sólo detuvieron el avance de posiciones cuando poco después supieron que el emperador estaba libre. En todo caso, ambos monarcas trataron de aumentar su influencia sobre Italia entre 871 y 874, en orden a heredar el reino.

Bibliografía

  • FICHTENAU, H. The Carolingian Empire. Toronto, 1978.

  • HALPHEN, L. Carlomagno y el Imperio Carolingio. Madrid, 1992.

  • ISLA FREZ, A. La Europa de los Carolingios. Madrid, Síntesis, 1993.

  • MCKITTERICK, R. The Frankish Kingdoms under the Carolingians. Londres, 1983.

  • PERROY. Le monde carolingien. París, 1974

Autor

  • Juan Miguel Moraleda Tejero