López de Ayala, Pedro (1332-1407).
Escritor español, nacido en Vitoria en 1332 y fallecido en Calahorra (La Rioja) en 1407, que fue un gran escritor del siglo XIV, y uno de los políticos más destacados de su tiempo. Fue canciller de Castilla (algo equivalente a primer ministro en nuestros días), título por el que ha pasado a la Historia.
Vida
Era hijo de una poderosa familia aristocrática, y pronto recibió una buena educación, basada en estudios humanísticos. Aprendió, sobre todo, latín y Teología, con su tío Pedro Gómez Barrosa, que había sido nombrado cardenal en 1327.
Pronto dejó la tutela de este tío para ponerse a las órdenes del rey Pedro I, al que sirvió de muchacho como doncel (o sea, paje). Así se hizo muy amigo del rey, quien confiaba ciegamente en él y le nombró capitán de la flota castellana (1359) y alguacil mayor de Toledo (1360).
Sin embargo, en las luchas que enfrentaron a Pedro I con Enrique II, Pedro López de Ayala defendió a este último en la batalla de Nájera. Al resultar vencedor Pedro I, el escritor fue hecho prisionero y acusado de traición, pero sólo pasó en la cárcel cinco meses, ya que Enrique II consiguió hacerse con el trono.
Su carrera política continuó en ascenso: fue alcalde mayor de Vitoria (1374), alcalde mayor de Toledo (1375) y embajador del reino de Castilla en Francia (1376). Siguió siendo diplomático cuando subió al trono de Castilla Juan I, y participó en las campañas militares contra el reino de Portugal.
En 1385 fue hecho prisionero por los portugueses, tras la derrota de los castellanos en la batalla de Aljubarrota. Pasó dos años y medio en presidio, y en 1388 regresó a Castilla y reanudó su carrera diplomática. Volvió a desempeñar eficaces misiones en Francia.
Al morir Juan I en 1390, dejó como heredero del trono de Castilla a su hijo Enrique III, que era menor de edad. Se formó entonces un Consejo de Regencia encargado de gobernar hasta que el rey fuera mayor, y don Pedro López de Ayala quedó incluido en ese consejo.
En 1398, Enrique III, ya convertido en rey, le nombró Canciller Mayor de Castilla. Poco después, sintiéndose ya viejo y fatigado, López de Ayala se retiró a vivir a un convento en Miranda de Ebro.
Obra
Al Canciller de Ayala se le recuerda sobre todo por su obra en verso, aunque también fue autor de muchos libros en prosa.
Su obra más importante es el Libro rimado de palacio, un extenso poema de temas variados, que le incluye dentro del mester de clerecía. Bajo este nombre se conoce a una serie de autores medievales caracterizados por su amplia cultura, y por escribir obras de tono y métrica diferentes a las que cantaba el pueblo llano, que pertenecen al llamado mester de juglaría.
Prosa
Fue un gran cronista (es decir, historiador de la época en que vivió) que dejó escritas cuatro crónicas imprescindibles para el estudio de la historia de España. En ellas recogió los episodios más notables de cada uno de los cuatro reyes a los que sirvió (Pedro I, Enrique II, Juan I y Enrique III). Al parecer, escribió estas historias de dichos reinados al final de su vida, e hizo dos versiones de cada una de ellas.
Además, escribió obras inspiradas en la lectura de la Biblia, sobre todo en el Libro de Job, del que sacó una buena colección de consejos morales.
También fue autor de una obra de cetrería. Se trata del Libro de la caça de las aves.
Y tradujo al castellano, en prosa, las Décadas de Tito Livio (obra sobre la historia de la Antigua Roma) y la Caída de príncipes, del gran escritor italiano Giovanni Boccaccio.
Poesía
Sólo se conoce un poema suelto suyo, recogido en el Cancionero de Baena (libro en el que figuran poesías de otros muchos autores de la época). Trata sobre el libre albedrío.
Pero su gran obra en verso, por la que ha pasado a la historia como escritor, es el Libro rimado de palacio. Es un extenso poema de más de ocho mil versos, escrito también al final de su vida. En esta obra, el Canciller de Ayala utiliza la cuaderna vía, estrofa típica del mester de juglaría.
Es una obra variada, con partes didácticas (es decir, que aspiran a educar al lector), políticas, religiosas y filosóficas. En ella se refleja a la perfección la sociedad castellana del siglo XIV y los problemas que afectaban al reino. El Canciller se muestra pesimista (cree que no hay solución para muchos males).
En la segunda parte del Libro rimado de palacio, el autor trata temas religiosos: alabanza de la Virgen María, oraciones en verso y reflexiones sobre los problemas de la Iglesia de la época.
Época y estilo
En general, el pesimismo del Canciller de Ayala se puede deber a que se sentía culpable por haber traicionado a Pedro I, el primer rey al que sirvió. Los acontecimientos históricos que cuenta en sus crónicas y en sus poemas no son tan desastrosos como para justificar ese pesimismo suyo.
Su Libro rimado de palacio se considera la última gran obra del mester de clerecía; de hecho, el canciller ya utiliza en esta obra algunos modelos métricos distintos a la cuaderna vía.