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LiteraturaBiografía

Kalidasa (s. IV-V d.C.).

Poeta y dramaturgo indio, nacido probablemente en el siglo IV d.C. y fallecido en la centuria siguiente. Autor de una brillante producción poética que progresa con idéntica soltura y fluidez por los géneros lírico y épico, dejó también una excelente producción dramática que le sitúa entre las voces más destacadas de la literatura escrita en sánscrito.

Vida

No se ha podido precisar con exactitud el lugar en el que vino al mundo Kalidasa, aunque las investigaciones más fiables apuntan el nombre de la ciudad de Ujjay-ini (la actual Ujjain), un importante núcleo urbano y comercial que alcanzó un notable esplendor como punto de encuentro dentro de la denominada "ruta de la seda". En general, todas las circunstancias biográficas que atañen al poeta -empezando por las dudas albergadas acerca de su nacimiento y su muerte- están rodeadas por un vago halo legendario que hace muy difícil precisar en qué período vivió exactamente. Dentro de este desconocimiento, se puede afirmar que su venida al mundo tuvo lugar después del año 125 a.C., fecha enmarcada en la época histórica del rey Agnimitra, inmortalizado por Kalidasa en una de sus obras de teatro; por otra parte, se tiene la certeza de que ya había fallecido en el año 634 d.C., pues en una inscripción de Aihole se menciona la fama que alcanzó como escritor (además, en el 620 su obra fue elogiada por el poeta Bána, quien habla de él como de un autor ya desaparecido). En general, la erudición moderna sitúa a Kalidasa en el reinado de Chandragupta II (375-413), uno de los más florecientes de la dinastía Gupta y de toda la historia de la India; pero otras fuentes -bien es verdad que más legendarias que históricas- le incluyen entre las "nueve joyas", una esclarecida pléyade de poetas y eruditos pertenecientes a la corte del príncipe Vikramáditya de Ujjay-ini.

Se sabe, en cualquier caso, por la lectura de sus obras que Kalidasa fue brahmán -es decir, miembro de la casta más elevada dentro de la sociedad india- y adepto a la diosa Shiva, lo que concuerda plenamente con el significado de su nombre: "esclavo de Kali". En la mitología hindú, Kali era una de las siete lenguas -precisamente, la de color negro- del dios Agni, que luego fue reconocida como una de las manifestaciones femeninas de Shiva, la deidad violenta y destructora cuyo poder devastador tiene, a la vez, un fecunda capacidad creadora dentro del círculo regenerativo de la vida postulado por el hinduismo.

Obra

Las mismas dudas referidas a las circunstancias vitales de Kalidasa recaen sobre una buena parte de su producción literaria, ya que no se ha conseguido autentificar con solvencia todas las obras que le han sido atribuidas. Con certeza sólo se sabe que fue autor de dos extensos poemas épicos -el Raghuvamsha (La descendencia de Raghu) y el Kumárasambhava (El origen de Kumara)-; de un poema lírico -Meghaduta o Megliasantdesha (Nube mensajera)- y de tres memorables piezas teatrales -Sakuntalat (El anillo de Sakuntala), Vikramorvasiyam o Urvasi (La historia de Urvasi) y Malavikagnimitra.

En líneas generales, puede afirmarse que la obra de Kalidasa representa mejor que cualquier otra producción literaria los valores éticos y estéticos de la mentalidad brahmánica hindú, pero siempre sometidos a la exquisita sensibilidad artística del autor, enamorado de la sencillez, la delicadeza y la exaltación gozosa de la belleza del mundo. Su pasión por la vida lleva al poeta brahmán a celebrar sin ningún prejuicio moral algunos temas universales como el amor y la naturaleza, haciendo gala en todo momento de una frescura y una emotividad que -sobre todo, en lo que a la descripción de los elementos naturales se refiere- se apartan por completo del elaborado preciosismo dominante en la tradición literaria de su pueblo.

Poesía

El Raghuvamsha es una colección de relatos biográficos sobre distintos monarcas de la India, basados en fuentes legendarias y, desde luego, en la prolija y fructífera mitología hindú. Por su parte, el Kumárasambhava, segundo poema épico de Kalidasa, es una larga epopeya dividida en ocho cantos -o en nueve, si se acepta la responsabilidad autorial del inspirado brahmán en un canto añadido posteriormente- que, como su propio nombre indica, refiere los orígenes de Kumara, la deidad del amor.

Tal vez la obra más celebrada en Occidente de cuantas escribió Kalidasa sea el poema lírico titulado Meghaduta o Megliasantdesha, una bellísima elegía en la que el poeta hizo acopio de su libérrima capacidad de fabulación para narrar el viaje imaginario de una nube que, en su traslado hacia el Norte, recibe el encargo de llevar un mensaje de amor. En efecto, un genio confinado en territorios de la India central encomienda a la nube que traslade hasta su esposa, que ha quedado en su residencia cercana al Himalaya, el dolor amoroso que siente por culpa de la obligada separación; en su etéreo recorrido, la nube va siguiendo un camino que permite a Kalidasa lucir todo el alcance de su espléndido lenguaje poético, puesto al servicio de la descripción de numerosos lugares y la plasmación de bellas escenas imaginarias. La hondura y sensibilidad de este poema sitúa a su autor entre las figuras más brillantes de la lírica sánscrita de todos los tiempos, a la que aporta su poderosa capacidad de evocación de imágenes fantásticas, su penetrante alcance visionario y su persuasivo poder de sugestión. Dichas imágenes, inspiradas en elementos naturales pasados por el fino tamiz fabulador de Kalidasa, logran transmitir al lector una serie de emociones muy similares a las plasmadas por los maestros de las artes plásticas (sadanga).

Cabe añadir, en lo tocante todavía a la producción poética de Kalidasa, que no es de su autoría el refinado poema erótico titulado Ritusamhára (La ronda de las estaciones), durante mucho tiempo atribuido al brahmán.

Teatro

Respecto a su obra teatral, conviene empezar por advertir que con sus piezas teatrales el teatro escrito en sánscrito alcanzó sus mayores cotas de esplendor, y que, después de Kalidasa, fueron innumerables los dramaturgos que continuaron su estela, tanto en sus modelos formales (en los que destacó sobre todo por su habilidad en la construcción de historias concebidas para ser puestas en escena) como en sus inquietudes temáticas (centradas, por lo común, en la psicología femenina). Dueño de un profundo conocimiento del mundo interior de la mujer, Kalidasa convierte en protagonistas de su teatro a unas féminas dotadas de una gran riqueza espiritual y una acusada sensibilidad artística, como queda bien patente en su pieza titulada Málavikágnimitra, una comedia heroica que, con su intriga localizada en un harén, marcó una pauta temática seguida posteriormente por muchos otros autores hindúes.

La antigua leyenda de Purúravas, un mortal enamorado de Urvasi -una de las ninfas de la mitología hindú, conocidas como Apsaras-, sustenta la trama de otra de las piezas teatrales de Kalidasa. Se trata de Vikramorvashiya o Urvasi (traducida a veces en Occidente como Urvasi la valiente), tal vez su incursión menos afortunada en la escritura dramática, aunque sin duda alguna dotada de esa potente visión poética y fabuladora que anima el resto de su producción literaria. La mayor singularidad que presenta este drama es su inesperada conversión, en el acto IV, en una suerte de composición lírica que se sirve del recurso tradicional del estribillo para insistir en la información transmitida al espectador.

Sakuntalat (El anillo de Sakuntala), cuyo título original era Abhijñatnashákunlalci (El drama de Sakuntala y su signo), es, junto al ya citado poema lírico Meghaduta, la obra de Kalidasa que mayor admiración causó entre los lectores occidentales, algunos de los cuales, como Goethe (1749-1832) -que citó esta obra en la introducción del Fausto- o K. W. von Humboldt (1767-1835), la situaron entre las mejores creaciones de la literatura universal. Sea o no exagerada esta valoración, lo cierto es que esta pieza dramática está considerada unánimemente como la obra maestra del teatro hindú, en la medida en que sabe poner sobre las tablas toda la capacidad de sufrimiento de unos personajes tan reales que parecen humanos. Por vez primera en la historia del teatro de la India, un autor rechazaba los arquetipos convencionales de la tradición escénica para construir unos personajes autónomos, auténticos y originales que eran capaces de expresar sus sentimientos con inusitada verosimilitud, por más que encarnaran una trama argumental procedente de un texto tan arraigado y difundido en aquella cultura como el Mahabharata. Kalidasa, en efecto, tomó un episodio muy conocido de este gigantesco poema épico y, merced a su siempre renovada capacidad de invención, consiguió darle un tratamiento totalmente novedoso, en el que la perfecta construcción psíquica de todos los personajes -incluidos los secundarios- cobraba un aliento dramático hasta entonces desconocido en el teatro escrito en sánscrito. La obra cuenta las tribulaciones amorosas de un príncipe que, por culpa de un anillo mágico, se olvida de su amada (Sakuntala); e indaga con desconocida sagacidad en las tormentas psicológicas producidas por este desdichado lance, de tal manera que la pintura de los sentimientos y emociones alcanza un valor universal que trasciende cualquier frontera cultural, temporal o meramente administrativa, para llegar de forma directa a los lectores y espectadores de cualquier época y lugar.

No es de extrañar, por ende, que Shakuntalat fuera una de las primeras obras de la literatura dramática inglesa traducidas a las lenguas europeas (en 1789 fue vertida al inglés por W. Dones; dos años después se tradujo al alemán, y en 1803 contó con una primera versión en lengua francesa).

Bibliografía

  • DEVADHAR, C.R. Works of Kalidasa (New Delhi: Motilal Banarsidass,1986) [2 vols.].

  • KALIDASA. El reconocimiento de Sakuntala (Madrid: Lípari, 1994) [traducción y notas de Rafael Cansino Asséns].

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.