Husserl, Edmund (1859-1938).
Filósofo alemán, nacido en Prossnitz en 1859 y muerto en Friburgo de Brisgovia en 1938. Es el fundador de la corriente de pensamiento denominada "fenomenología". Colaboraron con él numerosos discípulos, entre los que sobresalen M. Scheler y M. Heidegger.
Vida y obras
Husserl nació en Prossnitz (Moravia), en el seno de una familia de origen judío. Murió en Friburgo de Brisgovia. Estudió astronomía y matemáticas en Leipzig y Berlín como alumno de K. Weierstrass, del que, tras graduarse en matemáticas, fue durante algún tiempo ayudante. Entre 1884 y 1886 siguió en Viena las lecciones de F. Brentano, que lo animó para que se dedicara a la filosofía. Bajo la influencia de Brentano publicó en 1891 Filosofía de la aritmética. Después de casarse, ejerció como profesor en Halle, Gotinga y Friburgo. Durante el gobierno nazi fue suspendido como profesor (debido a su origen judío) y controlado en sus movimientos. En algunas conferencias públicas dadas en Viena y Praga en 1935, insistió todavía en el programa de la fenomenología, que experimentaba por aquel entonces un cierto declive frente a la creciente aceptación del existencialismo. Con base en aquellas conferencias, Husserl fue elaborando su última obra, La crisis de las ciencias europeas y la fenomenología trascendental (obra póstuma, 1954). A su muerte dejó una vastísima cantidad de manuscritos inéditos que H. L. Van Breda logró trasladar en 1939 a Lovaina, impidió así su destrucción por parte de los nazis. A partir de 1950, la publicación de estos textos inéditos por parte de los "Archivos Husserl", determinó un amplio renacimiento de la fenomenología husserliana, particularmente en Francia, Italia y Estados Unidos. Entre sus obras destacan, además de las ya mencionadas: Investigaciones lógicas, La filosofía como ciencia estricta, Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica, Lógica formal y lógica trascendental, Meditaciones cartesianas. Junto a estas obras hay que recordar las lecciones: La idea de la fenomenología, Fenomenología de la conciencia del tiempo presente y Experiencia y juicio.
Pensamiento filosófico
Una constante a lo largo de toda la obra de Husserl es su deseo de hacer que la filosofía alcance el rango de ciencia, y que como tal, dentro de su especificidad, no desmerezca de las otras muchas ciencias. Y es que, a pesar de los esfuerzos de Descartes o de un Kant, por ejemplo, para Husserl la filosofía no ha dejado de ser una sabiduría generada por las inteligencias más dotadas de especulación.
En el quehacer filosófico de Husserl se pueden considerar varias etapas: la primera, hasta la aparición de Las investigaciones lógicas (1900), en la que persisten las dependencias psicológicas provenientes de los años de formación con Brentano. La segunda fase, -principalmente representada en la obra Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica (tres vols., 1913, 1952)- que es netamente fenomenológica.
La fenomenología descriptiva
El punto de partida de las investigaciones de Husserl es el concepto de "intencionalidad" de Brentano: todo acto de la consciencia es intencional, es decir, es un "tender" a algo como a su objeto específico. Husserl aplica este concepto "psicologístico" a los conceptos de las matemáticas. En Filosofía de la aritmética observa que los conceptos últimos y elementales de la matemática (todo, parte, unidad, etc.) "se sustraen a toda definición lógico-formal. Lo que se puede hacer en estos casos es mostrar únicamente los fenómenos (psíquicos) concretos de o con los que éstos son abstraídos y aclarar el modo de esta abstracción". Pero luego abandonó el psicologismo, motivado por el descubrimiento de que el fundamento de las leyes lógicas no está en las leyes psicológicas, son de orden distinto. Así como las leyes psicológicas se establecen según probabilidades, esto es, inductivamente a partir de los datos empíricos, las leyes de la lógica, en cambio, son válidas a priori, apodícticamente y universales, sin tener que depender de las leyes naturales. La crítica al psicologismo la hace extensible a toda filosofía que pretenda partir de los métodos naturalistas.
En el segundo volumen de las Investigaciones lógicas, Husserl delinea el proyecto de una "psicología descriptiva" (a la que más tarde llamará fenomenología), basada en un doble concepto de intuición. El primero es la intuición empírica dirigida al objeto individual, el segundo es la intuición categorial, que recoge, a partir del objeto empírico, el "objeto general", esto es, lo universal o la forma en sí. La fenomenología se dirige precisamente a la descripción de estas formas, también denominadas después esencias o ideas, las cuales constituyen el campo del a priori o de las estructuras constantes de la conciencia, y forman el objeto del saber científico.
La fenomenología trascendental
Pero para Husserl se hace necesario aclarar la naturaleza de los objetos o "fenómenos" que la fenomenología describe. Para ello propone -a partir de Ideas relativas a una fenomenología pura- el método de la "reducción fenomenológica" (por él denominado con el término griego epojé, que significa retención), para alcanzar la dimensión en que los fenómenos se manifiestan en plena "evidencia" y como datos primeros. La epojé pone entre paréntesis o no hace uso de la realidad. No se niega el mundo natural, simplemente se "deja fuera". Una vez operada la reducción, emerge el campo trascendental de la conciencia. Ésta es la dimensión en la cual debe operar la descripción fenomenológica, en cuanto terreno de evidencias intuitivamente originarias que ninguna reducción puede poner en duda. Se señalan varias fases en el proceso de reducción: La "reducción filosófica" o epojé filosófica, que consiste en abstenerse de todas las filosofías habidas; la "reducción eidética", que consiste en reducir cada fenómeno, tras la puesta entre paréntesis de las manifestaciones existenciales, para quedarnos en las íntimas esencias, y por último, el paso a la "reducción trascendental", en la que se alcanza el "ego trascendental puro". La conciencia pura o trascendente se estructura conforme a lo que Husserl denomina noesis (que se constituye a través de los actos intencionales de la conciencia) y noema (el sentido del mundo y sus objetividades).
Idealismo fenomenológico
Husserl en sus Meditaciones cartesianas viene a decir que sólo se alcanza el yo trascendental con la aplicación total de la epojé fenomenológica: "el método radical y universal por medio del cual me aprehendo como un yo puro, con la vida de mi conciencia que me es propia, en la cual el mundo objetivo es para mí. El mundo objetivo toma su realidad de mí mismo. No es más que correlato intencional del yo trascendental. En los últimos años de su vida Husserl ve en la fenomenología el camino para liberar a la humanidad europea de esa decadencia histórica que, paródicamente, se muestra justamente en el triunfo de las ciencias modernas. Sólo volviendo a sí mismo, a su viva subjetividad precategorial, el hombre podrá abrirse a la comprensión del mundo según el telos de la razón, hasta restituir a las mismas ciencias un sentido y una finalidad universal. Estas ideas, -expuestas en su última e inacabada obra Crisis de las ciencias europeas- influyeron, sin duda, en el renacimiento de la fenomenología después del existencialismo de los años cincuenta y sesenta.
Bibliografía
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KOLAKOWSKI, L.: Husserl y la búsqueda de la certeza, Madrid, 1977.
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MARTÍNEZ BONATI, F.: La concepción del lenguaje en la filosofía de Husserl, 1960.
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SCHERER, R.: La fenomenología y las investigaciones lógicas de Husserl, Madrid, 1969.
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SZILASI, W.: Introducción a la fenomenología de E. Husserl, Buenos Aires, 1973.