Guillermo II, Emperador de Alemania (1859-1941).
Emperador alemán, nacido en Berlín el 27 de enero de 1859 y muerto en Holanda el 4 de junio de 1941. Hijo del príncipe Federico Guillermo de Prusia y de la princesa Victoria de Inglaterra. Estudió en la escuela de Kassel, donde adquirió una sólida formación que fue muy importante para su posterior desenvolvimiento en el campo de la política. Tras finalizar sus estudios en Kassel, fue enviado durante seis meses a servir en el regimiento de la Guardia y después a la Universidad de Bonn, donde estudió Derecho y Economía.
En febrero de 1881, se casó con la princesa Augusta Victoria de Schleswig Holstein-Augustemburgo, de esta unión nacieron seis hijos y una hija.
A la muerte de su padre, Guillermo II ocupó el trono alemán. Sus condiciones como gobernante eran excelentes. Poseía una gran intuición para darse cuenta de la raíz de los problemas, y su formación intelectual era muy completa. Sin embargo, a pesar de estas excelentes cualidades, Guillermo II tenía una cierta inmadurez y una clara tendencia a sobreestimar sus propio poderes.
Cuando Guillermo II ocupó el trono alemán, el canciller Bismarck estaba todavía en el poder. El nuevo monarca había manifestado una gran admiración por el veterano estadista. Sin embargo, dado el carácter autoritario y ambicioso de Guillermo II, era muy difícil que pudiese llegar a un acuerdo y organizar una política conjunta con el hombre que había venido manejando las riendas del gobierno durante una generación. Por lo que, tras varias discrepancias entre ambos, Bismarck acabó presentando su dimisión.
Con la dimisión de Bismarck acabó toda una época en las relaciones internacionales de los países europeos a los que éste había conseguido mantener en equilibrio y que Guillermo II acabaría por llevar a la guerra.
La política internacional estuvo marcada por la tensión creciente que se estaba produciendo en Europa como consecuencia del deseo de Alemania de erigirse en potencia directora, con tantos derechos como la que más a participar en el concierto mundial. La paz bismarckiana, basada en la balanza de poderes, se caracterizó ahora por la formación de dos grupos de alianzas contrapuestas que fueron aumentando la tensión hasta desembocar en la guerra de 1914. Alemania trató de buscar la amistad de Inglaterra para contrapesar el acercamiento que por entonces registraba entre Francia y Rusia. Von Holstein, jefe del departamento político del ministerio del interior, hizo ver a Guillermo II la incompatibilidad de los intereses de Gran Bretaña y Alemania en el Lejano Oriente y en África.
La tirantez con Inglaterra se hizo patente también con motivo de la guerra de los bóers en la que Alemania llegó a preparar una intervención militar contra los ingleses. Gran Bretaña buscó la amistad con Francia, con la que llegó a firmar un acuerdo de cooperación militar y naval que daría lugar a la formación de la Triple Entente al entrar Rusia en la alianza.
Se anexionó Bosnia como consecuencia de la Joven Revolución Turca, y la protesta de Servia, apoyada por Rusia. Se produjo, entonces, el choque entre Guillermo II y Bülow, que había sido nombrado canciller en 1900, y éste se vio obligado a presentar su dimisión en 1909. Von Bethmann-Hollweg fue designado para sustituirle, aunque el Kaiser no confiaba demasiado en él. Al ser asesinado el archiduque Francisco Fernando, el Emperador alemán se mostró dispuesto a ayudar a Austria contra Servia. Desaprobó la conducta de Austria cuando declaró la guerra a Servia, e hizo todo lo posible para evitar que Rusia entrase en el conflicto.
La política interior que llevó a cabo Guillermo II se caracterizó por un aumento extraordinario de la industria y el comercio. Las agitaciones sociales, que iban adquiriendo gran importancia en el país, no pudieron ser cortadas por las reformas que intentó llevar a cabo Guillermo II al principio de su reinado. En enero de 1907, las elecciones dieron mayoría a los Partidos del Bloque, lo cual favorecía las intenciones del Emperador. A Guillermo II no le gustaba el sistema constitucional que había encontrado al subir al trono y sólo creía en la soberanía del monarca que había sido designado por Dios para ese puesto.
Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, Guillermo II se dio cuenta de su incapacidad para dirigir personalmente las operaciones militares y, ante la presión de los acontecimientos, no tuvo más remedio que ceder esta función a los generales. La inactividad de la flota alemana durante los primeros años de la guerra se debió al deseo del Emperador contra el parecer de Von Tirpitz. A mediados de 1918, se puso de manifiesto la imposibilidad de que Alemania ganase la guerra; un Consejo de la Corona, bajo la presidencia de GuillermoII, decidió iniciar las conversaciones de paz. En octubre de 1918, fue nombrado canciller imperial el príncipe Maximiliano de Baden, partidario de los métodos parlamentarios, de los que era acérrimo el Emperador. Éste obligó a abdicar al emperador Guillermo II, apoyado por la mayoría del Reichstag. Entonces el emperador escapó a Holanda al día siguiente y fue internado en el castillo de Doorn, donde vivió en completo retiro, hasta su muerte.