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PolíticaBiografía

Guillermo II de Nassau, Príncipe de Orange (1626-1650).

Gobernador de Holanda desde el 14 de marzo de 1647 hasta la fecha de su muerte, nacido en la Haya el 27 de mayo de 1626 y muerto en esa misma ciudad el 6 de noviembre de 1650. Durante su mandato tuvo que enfrentarse en repetidas ocasiones a los burgueses holandeses.

Hijo primogénito del príncipe Federico Enrique de Nassau y de la esposa de éste Amalia de Solms, Guillermo pasó los primeros años de su vida y gran parte de su juventud en compañía de su padre, el cual consideraba muy importante que su hijo desde su infancia se familiarizara con los asuntos de Estado y que recibiera una educación acorde con su rango. Así está documentada la presencia de Guillermo en el Consejo del sttauder ('gobernador') holandés desde el año 1630, cuando apenas contaba con 4 años de edad.

Casado el 12 de mayo de 1641 con la princesa María Enriqueta Estuardo, hija del monarca inglés Carlos I, el 14 de marzo de 1647, tras la muerte de su padre, Guillermo fue nombrado gobernador de Holanda y Zelanda, cargo que desde abril del año 1631 tenía un carácter hereditario, en virtud de la llamada Acta de Supervivencia. Además de este nombramiento debido a sus nuevas funciones, ocupó el puesto de capitán general y almirante general de las Provincias Unidas y recibió los títulos de príncipe de Orange y conde de Nassau.

Tras su proclamación muy pronto comenzó Guillermo a tener problemas con la incipiente burguesía holandesa, puesto que el gobernador mantuvo, al igual que su padre, desde un principio una actitud claramente beligerante en contra de España, aunque a diferencia de éste no supo negociar con la burguesía, a pesar de las súplicas de la mayor parte de los comerciantes que opinaban que sería más beneficiosos para sus intereses la firma de un tratado de paz con la monarquía hispánica, por no mencionar que era necesario controlar los avances franceses, los cuales ponían en opinión de éstos en gran peligro la seguridad de la República por su política claramente expansionista. Por otro lado, otro punto de conflicto con los mencionados burgueses fue la política centralista desarrollada por Guillermo II, ya que esta no fue vista con buenos ojos por los comerciantes del litoral, que además de extremadamente pacifistas, eran firmes defensores del mantenimiento de un Estado federal.

Finalmente la burguesía, quizá impulsada por los acontecimientos revolucionarios de Inglaterra, decidió poner freno a la política desarrollada por su gobernador y decidió negociar la firma de un tratado de paz con la España de Felipe IV de forma independiente. Así acaudillados por Adrien Pauw y Jacobo de Witt, los burgueses firmaron la paz de Münster en el año 1648, con la que se intentaban no sólo poner fin a la llamada Guerra de los Treinta Años, sino también obtener notables ventajas económicas, ya que por dicho tratado se aseguraba la presencia de comerciantes holandeses en los mercados de Hispanoamérica, por no mencionar que el monarca español reconocía la independencia de las Provincias Unidas. También era importante para éstos limitar en lo posible el poder del todopoderoso sttauder, que perdía el cargo de almirante y capitán general, al darse por concluidas las hostilidades entre ambos países. Naturalmente no gustó a Guillermo la intervención de los burgueses en los asuntos de Estado, ya que consideraba necesario mantener la guerra en contra de España, con la colaboración de los franceses, los cuales no eran bien vistos por un amplio sector de la sociedad, aunque finalmente debido a las presiones a las que se vio sometido tuvo que acceder a cumplir los deseos de los burgueses.

No hay duda que estos acontecimientos animaron a los miembros de la burguesía y sobre todo al Partido Republicano, a participar más activamente en la política de las Provincias Unidas, aunque muy pronto se dieron cuenta que sólo habían conseguido una victoria parcial, ya que Guillermo no estaba dispuesto a abandonar sus ambiciones. Así el gobernador tras llegar a un acuerdo con Francia reanudó las hostilidades contra España el 4 de junio de 1650, y decidió apoyar a su suegro, Carlos I, en la guerra civil que éste mantenía en contra de los puritanos de Oliver Cromwell, acogiendo en Holanda a su cuñado el futuro Carlos II, tras el fallecimiento del mencionado monarca inglés. Por estos motivos a pesar de los requerimientos de los Estados Generales, Guillermo II se negó a licenciar a las tropas, para sorpresa de todos ordenó la detención de 6 destacados políticos holandeses, entre los que se encontraba Johan de Witt, en la Conferencia de la Haya celebrada el 30 de julio de 1650, y ordenó a la armada que atacara la ciudad de Asterdam con el fin de acallar las críticas de los burgueses del litoral hacia su política. De este modo, a pesar de que la ciudad de Asterdam resistió valerosamente, Guillermo II gracias a este golpe de fuerza, calificado por algunos autores como Golpe de Estado, logró asegurarse el apoyo de la mayor parte de los ciudadanos de las Provincias Unidas. Tras su claudicación los Estados Generales tuvieron que aceptar los planes del gobernador, el cual inició las negociaciones para firmar una alianza de carácter ofensivo con Mazarino a principios de octubre de 1650.

De este modo todo parecía indicar que la suerte era favorable a Guillermo II, aunque desafortunadamente para él su obra quedó inconclusa, ya que a mediados del mes de octubre de 1650 contrajo la viruela, enfermedad que le llevaría a la muerte pocos días más tarde, el 6 de noviembre de 1650, a la edad de 24 años. Guillermo II que en aquel momento esperaba anhelante el nacimiento del que sería su primer hijo, el futuro Guillermo III, no llegó a conocer a su descendiente, que nació algunos meses después de su muerte, circunstancia que fue aprovechada por los miembros del partido Republicano para imponer su política muy sensible a los intereses de la burguesía.

Bibliografía

  • VICENS VIVES, J. Historia general Moderna. Siglos XV-XVIII. (Barcelona, Vicens Vives, 1997).

CGS

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  • 0212 CGS