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HistoriaPolíticaBiografía

Guillermo II, emperador del Sacro Imperio (1227-1256).

Rey de Alemania (1254-1256) y conde de Holanda (1235-1256), nacido en 1227 y muerto el 28 de enero de 1256 cerca de Medembilk (Frisia).

Hijo del conde Florencio IV de Holanda, sucedió a su padre en 1235. A la muerte del antirey Enrique de Raspe, patrocinado por el Papado contra Federico II, como ningún otro príncipe alemán quiso emprender la guerra contra la dinastía de los Hohenstaufen, Guillermo fue elegido rey de Alemania por Inocencio IV y el partido pontificio en Worringen, cerca de Colonia, el 3 de octubre de 1247, con la presencia del legado pontificio Pedro Capocci. Además del apoyo eclesiástico, Guillermo contó con el de un poderoso laico, su tío, el duque de Brabante. Pero esencialmente, como Enrique de Raspe, fue otro rex clericorum. A pesar de sus conexiones familiares con los distritos del Bajo Rin, no encontró facilidades para acceder a las principales ciudades. Guillermo ganó Colonia mediante una carta excepcional, en la que, además de garantizar privilegios a la ciudad, se comprometió a no introducir ejércitos en ella, a no celebrar dietas dentro de sus murallas, a no construir fortalezas en su territorio y a no imponer nuevos impuestos; esto era lo mismo que entregar todas las prerrogativas regias a la ciudad. Como consecuencia de ello muy rara vez visitó las ciudades del Bajo Rin, y cuando lo hizo fue por asuntos de negocios. Estuvo presente en la ceremonia de fundación de la nueva catedral de Colonia en julio de 1248 y pocos meses después fue recibido en la casa de los dominicos por Alberto Magno. El 1 de noviembre de 1248 fue coronado por el arzobispo de Colonia en Aquisgrán, ciudad que Guillermo había conquistado después de un largo asedio. En la ceremonia estuvieron presentes dos legados pontificios.

Careció, sin embargo, de la autoridad de un verdadero rey y hubo de regresar a Holanda. Durante los primeros años después de su coronación, Guillermo ocupó su tiempo en asegurar su posición en aquellos lugares en que le era reconocida la dignidad real en mayor o menor medida. La fortaleza real de Kaiserwerth sólo fue sometida por hambre después de un largo asedio de un año. Boppard resistió tres ataques y se rindió tras un cuarto, en agosto de 1251. Pero la mejor arma para ganar reconocimiento fueron los fondos papales puestos a su disposición, que el conde de Holanda usó de forma muy provechosa, lo que le valió la alianza, entre otros, del conde Mateo de Lorena. Otro método usado por el rey del partido papal fue la concesión y confirmación de privilegios a diferentes ciudades.

Guillermo de Holanda también inició campañas hacia el Alto Rin. En la primera de ellas (1249) capturó Ingelheim, pero ése fue el único resultado positivo, porque durante el asedio enfermó de muerte su más importante aliado, el arzobispo Sigfrido de Maguncia; con la muerte de Sigfrido, Inocencio IV y Guillermo de Holanda perdieron su gran campeón en Alemania. En julio Guillermo fracasó en la captura de Francfort y en otoño estaba de vuelta en los Países Bajos sin haber conseguido doblegar a sus oponentes. La segunda campaña sobre el Alto Rin se llevó a cabo en 1250, pero fue aún menos provechosa que la anterior. Su oponente, Conrado (futuro Conrado IV), también se encontraba allí y en una ocasión ambos rivales acamparon a pocas millas uno de otro, cerca de la localidad de Oppenheim, pero Guillermo se retiró sin presentar batalla. A final de año sólo era reconocido rey en el Bajo Rin; en el este de Alemania era ignorado y el sur se le oponía.

Sólo tras la muerte del emperador Federico II (1250) y la precipitada partida de su heredero, Conrado (otoño de 1251), para asegurarse el reino de Italia, consiguió Guillermo ciertos apoyos. Con este objetivo se aproximó a los príncipes del noreste de Alemania, que habían tomado parte en los disturbios de los años anteriores. El matrimonio de Guillermo con Isabel, hija del duque de Brunswick (25 de enero de 1252) le proporcionó un importante aliado. Además las ciudades y príncipes alemanes recibieron cartas de Inocencio IV para que se adhiriesen a la causa de Guillermo de Holanda, pero este llamamiento encontró poca aceptación, ya que ni las ciudades ni los príncipes estaban conformes con la coronación de 1247, que vulneraba el principio electivo del Imperio y en la que no habían participado los grandes príncipes laicos del Imperio: el conde palatino del Rin, el duque de Sajonia y el margrave de Brandeburgo. Guillermo, como antes había hecho Otón de Brunswick, accedió a someter su elección en una reunión de príncipes celebrada en Brunswick el 25 de marzo de 1252. En esta ocasión la concurrencia de los electores de Sajonia y Brandeburgo fue generosamente comprada mediante la entrega al primero del derecho de investidura en los obispados de Lübeck y la propia ciudad de Lübeck al segundo.

El efecto de esta segunda elección en la posición de Guillermo se dejó sentir inmediatamente: fue recibido con honores de rey en las ciudades sajonas que visitó en abril, Goslar, Halle y Merseburgo; el arzobispo de Magdeburgo y el margrave de Misnia le reconocieron rey y recibieron sus feudos de sus manos; el rey de Bohemia envió embajadores para rendir homenaje a Guillermo. Pero en el centro y el sur de Alemania todavía quedaban reductos fieles a los Hohenstaufen. En julio Guillermo convocó una dieta en Francfort para recibir el reconocimiento como rey de Romanos, pero los burgueses de la ciudad se negaron a abrir las puertas y la reunión debió ser celebrada fuera de las murallas de la ciudad. En ella se desposeyó formalmente del ducado de Suabia y de sus estados familiares a Conrado IV; se concluyó además la primera fase del enfrentamiento que desde comienzos de su reinado había enfrentado a Guillermo de Holanda con Margarita de Flandes, privando a ésta de sus feudos imperiales y entregándoselos a su hijo bastardo, Juan de Avenses, cuñado del rey. La validez de la elección de Guillermo fue solemnemente declarada y se emplazó a los príncipes, nobles y ministeriales para que en plazo de un año recibiesen sus feudos del nuevo emperador.

Las resoluciones tomadas en la dieta de Francfort pudieron dar la impresión de que ahora Guillermo estaba firmemente establecido como rey de Alemania, pero nada más lejos de la realidad. Tan pronto como hubo asegurado su posición en el noreste de Alemania comenzó a perder terreno en la región renana. En otoño de 1252 el arzobispo de Treves le acusó de instigar un atentado contra él en Coblenza y en 1254 la enemistad de las tres sedes renanas, que habían sido sus principales sostenedoras en su primera elección como rey, era manifiesta. En realidad, su más acérrimo enemigo fue Conrado de Hochstaden, arzobispo de Colonia, que aliado con Margarita de Flandes y Carlos de Anjou, hizo incendiar la casa en la que se encontraban el rey y el legado pontificio, Pedro Capocci, en Neuss. La impopularidad del rey también quedó de manifiesto cuando una piedra fue arrojada a su cabeza en Utrecht o cuando la reina fue tomada como prisionera en la localidad de Worms.

Guillermo de Holanda animó las aspiraciones comerciales de las ciudades tanto antes como después de su coronación. En 1254 nació la Confederación del Rin, una liga de ciudades integrada en un comienzo por Maguncia, Colonia, Estrasburgo, Espira y Basilea, ciudades que habían asistido a un gran desarrollo económico durante la primera mitad del siglo XIII, y cuyo objetivo era mantener el orden. Se diferenció esta liga de las anteriores en la ausencia de nobles y eclesiásticos, pero al encuentro que los miembros de la liga celebraron en Worms el 6 de octubre de 1254 acudió Guillermo, que fue reconocido solemnemente como rey de las ciudades confederadas. Durante el año siguiente Guillermo usó a la Liga como instrumento para el mantenimiento de la paz. Nombró un jefe de Justicia cuyo cometido era escuchar las quejas referentes a la ruptura de la paz; las quejas serían después trasladadas al rey, sin cuyo consentimiento no podrían emprender las ciudades acciones contra los violadores de la paz. Una consecuencia importante de la alianza del rey con las ciudades de la Liga fue el hecho de que los miembros comenzaron a tomar parte en los asuntos de Estado. La dieta de Worms de febrero de 1255 fue la primera asamblea legislativa del Imperio en la que participaron los representantes de las ciudades junto con el rey, los obispos, los príncipes y los ministeriales. En el curso del año la Liga fue extendiendo su influencia hacia el Bajo Rin y en la dieta celebrada en julio participaron más de setenta ciudades del sur de Alemania, pero en adelante también hubo representación de los señores territoriales, cuyos intereses, opuestos casi siempre a los de las ciudades, obstaculizaron el trabajo de la Liga.

Pero los intentos por mantener la paz se veían amenazados por la querella del rey con el arzobispo de Colonia, que en verano de 1255 había intentado promover la deposición de Guillermo de Holanda y la coronación en su lugar de Ottokar de Bohemia. La conjura fue detenida gracias a las amenazas del papa Alejandro IV. La alianza con la Liga había fortalecido la posición de Guillermo de tal forma que comenzó a preparar su viaje a Italia para una próxima ceremonia de coronación. Pero antes tenía que resolver una insurrección en el oeste de Frisia. Encontrándose en esa región, su caballo resbaló en un río helado y fue desmontado, lo que fue aprovechado por los frisones para matarlo a golpes.

La prematura muerte de Guillermo de Holanda detuvo la obra de pacificación y sumió al Imperio en la confusión. Los electores no encontraron un candidato cuyos méritos justificasen la unanimidad, condición que se había establecido como necesaria desde 1252. Así, en la dieta electoral del 28 de enero de 1256, fueron elegidos dos reyes rivales de Romanos: Ricardo, earl de Cornualles; y Alfonso X, rey de Castilla.

Bibliografía

  • DIEGO HERNANDO, M. El Imperio en la Europa medieval. Madrid, 1996.

  • HALLER, J. y DANNENBAUER, H. De los Carolingios a los Satufer. Época antigua de los Emperadores alemanes (900-1250). México D. F, 1974.

  • SCHARAMM, P. Kaiser, Rom und Renovatio: Studien zur Geschichte des römischen Erneuerungsgedankens vom Ende des karolingischen Reiches bis zum Investiturstreit. Darmstadt, 1957.

  • THOMPSON, J.W. Feudal Germany. Chicago, 1928.

JMMT

Autor

  • Juan Miguel Moraleda Tejero