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PsicologíaMedicinaBiografía

Freud, Sigmund (1856-1939).

Sigmund Freud.

Médico, neurólogo y psicoanalista austríaco nacido en Freiberg (Moravia) el 6 de mayo de 1856 y muerto el 23 de septiembre de 1939 en Londres. Creador del psicoanálisis, está considerado como uno de los psicólogos más influyentes no sólo de su época, sino de toda la historia del pensamiento.

Criado en el seno de una familia judía, a los cuatro años se trasladó a Viena donde transcurrió su vida hasta 1937, dos años antes de su muerte. En esta fecha tuvo que salir de Austria por la invasión nazi y refugiarse en Londres, donde murió víctima de un cáncer de mandíbula.

Desde joven sintió la vocación de investigador, concretamente por todo lo relacionado con la fisiología. Estudió medicina y biología en la Universidad de Viena y se especializó en neurología clínica. En 1885, pasó un año en París, en el hospital de la Salpêtrière, donde trabajó con Charcot, momento en que su carrera da un giro total y comienza a interesarse por el psiquismo humano. Charcot estaba trabajando en las enfermedades nerviosas funcionales, especialmente en la histeria, a través de tratamientos hipnóticos.

En 1889, ya en Viena de nuevo, colabora por primera vez con Breuer, médico vienés, que trabajaba en la misma línea que Charcot. Entre 1896 y 1900, elabora el método y los conceptos básicos del Psicoanálisisy, posteriormente, aplica sus teorías psicoanalíticas a las interpretación global de la personalidad. En 1911, las teorías freudianas se extienden a Norteamérica, en donde se funda la Asociación Psicoanalítica Americana.

Poco antes de su muerte, fue nombrado en Londres miembro extranjero de la Royal Society. Su hija, Anna Freud, heredó su legado intelectual, aunque centró sus trabajos en el estudio psicoanalítico de la infancia y la adolescencia.

En mayo de 2006, con motivo del 150º aniversario de su nacimiento, se organizaron multitud de actos con los que se rindió homenaje al creador del psicoanálisis: exposiciones, presentaciones de libros y conferencias en Viena, Berlín, Roma, Madrid, Londres o Nueva York, tuvieron como protagonista su figura.

Teoría

Freud no pretendía crear una teoría psicológica completa, pero llegó a elaborar un sistema que explicaba la psicología del hombre en su totalidad. Comenzó estudiando el trastorno mental y luego se preguntó por sus causas. Acabó formulando una teoría general del dinamismo psíquico, en el estudio de la naturaleza humana a través de distintos períodos de desarrollo, en una teoría del impacto de la sociedad, la cultura y la religión en la personalidad, y en una forma de tratamiento. Logró formular una teoría psicológica que abarcaba la personalidad normal y anormal, y que incidía en todos los campos del saber: la sociología, la historia, la educación, la antropología y las artes.

La primera preocupación de Freud, dentro del campo del psiquismo humano, fue el estudio de la histeria, a través del cual llegó a la conclusión de que los síntomas histéricos dependían de conflictos psíquicos internos reprimidos y el tratamiento de los mismos debía centrarse en que el paciente reprodujera los sucesos traumáticos que habían ocasionados tales conflictos. La técnica utilizada en principio para ello fue la hipnosis.

Llegó a la convicción de que el origen de los trastornos mentales está en la vida sexual y que la sexualidad comienza mucho antes de lo que en aquellos momentos se pensaba, en la primera infancia. La afirmación de la existencia de la sexualidad infantil produjo muchas críticas y oponentes a su teoría. Más tarde introduce otra técnica de tratamiento: la asociación libre. Al principio era paralela al uso de la hipnosis, pero esta última técnica la acaba desechando por considerarla menos efectiva. En las asociaciones libres el paciente expresa sin censuras todo aquello que le viene a la conciencia de forma espontánea. Posteriormente, incorpora la interpretación de los sueños en el tratamiento psicoanalítico, ya que entiende que el sueño expresa, de forma latente y a través de un lenguaje de símbolos, el conflicto origen del trastorno psíquico. La interpretación de los sueños es una ardua tarea en la que el terapeuta ha de vencer las "resistencias" que le llevan al paciente a censurar su trauma, como forma de defensa. Otro aspecto a tener en cuenta en la terapia psicoanalítica es el análisis de la transferencia, entendida como la actualización de sentimientos, deseos y emociones primitivas e infantiles que el paciente tuvo hacia sus progenitores o figuras más representativas y que ahora pone en el terapeuta. Su análisis permitirá al paciente comprender a qué obedecen dichos sentimientos, deseos y emociones, y reinterpretarlos sin que ocasionen angustia.

Freud hace una formulación topográfica del psiquismo e incluye en él tres sistemas: uno consciente; otro preconsciente, cuyos contenidos pueden pasar al anterior; y otro inconsciente, cuyos contenidos no tienen acceso a la conciencia. La represión es el mecanismo que hace que los contenidos del inconsciente permanezcan ocultos. Más tarde presenta una nueva formulación del aparato psíquico que complementa a la anterior. En esta formulación estructural el aparato psíquico está formado por tres instancias: el ello, instancia inconsciente que contiene todas las pulsiones y se rige por el denominado principio de placer; el yo, que tiene contenidos en su mayoría conscientes, pero puede contener también aspectos inconscientes, se rige por el principio de realidad y actúa como intermediario entre el ello y la otra instancia del aparato psíquico; y el superyó, que representa las normas morales e ideales.

Un concepto básico en la teoría freudiana es el de "impulso" o pulsión (triebe, en alemán). Es la pieza básica de la motivación. Inicialmente diferencia dos tipos de pulsiones: los impulsos del yo o de autoconservación y los impulsos sexuales. Los impulsos sexuales se expresan dinámicamente por la libido, como manifestación en la vida psíquica de la pulsión sexual, es la energía psíquica de la pulsión sexual. Más tarde reformulará su teoría de los impulsos y distinguirá entre impulsos de vida (Eros), en los que quedan incluidos los dos de la anterior formulación, e impulsos de muerte (Thanatos), entendidos como la tendencia a la reducción completa de tensiones. Freud tenía una concepción hedonista de la conducta humana: comprendía que el placer venía dado por la ausencia de tensión y el displacer por la presencia de la misma. El organismo, inicialmente, se orienta hacia el placer (principio de placer) y evita las tensiones, el displacer y la ansiedad.

Freud, además, aportó una visión evolutiva respecto a la formación de la personalidad, al establecer una serie de etapas en el desarrollo sexual. En cada una de la etapas, el fin es siempre común, la consecución de placer sexual, el desarrollo de la libido. Lla diferencia entre cada una de ellas está en el "objeto" elegido para conseguir ese placer. El niño recibe gratificación instintiva desde diferentes zonas del cuerpo en función de la etapa en que se encuentra. A lo largo del desarrollo, la actividad erótica del niño se centra en diferentes zonas erógenas. La primera etapa de desarrollo es la etapa oral, en la que la boca es la zona erógena por excelencia, comprende el primer año de la vida. A continuación se da la etapa anal, que va hasta los tres años. Le sigue la etapa fálica, alrededor de los cuatro años, en la que el niño pasa por el "complejo de edipo". Después de este período la sexualidad infantil llega a una etapa de latencia, de la que despierta al llegar a la pubertad con la fase genital.

Paralelamente a esta evolución intrapsíquica del sujeto, se va dando un proceso de socialización en el que se configuran las relaciones con los demás. Es de suma importancia también el proceso de identificación, que permite al sujeto incorporar las cualidades de otros en sí mismo, para la formación de su personalidad.

El psicoanálisis en sus comienzos, e incluso en la actualidad, ha sido un doctrina que ha despertado grandes pasiones, a favor y en contra. Entre las críticas que se han hecho a la teoría de Sigmund Freud, la principal ha sido la falta de objetividad de la observación y la dificultad de derivar hipótesis específicas verificables a partir de la teoría.

A pesar de la gran reprobación que suscitaron las ideas freudinas, especialmente en los círculos médicos, su trabajo congregó a un amplio grupo de seguidores. Entre ellos se encontraban Karl Abraham, Sandor Ferenczi, Alfred Adler, Carl Gustav Jung, Otto Rank y Ernest Jones. Algunos de ellos, como Adler y Jung se fueron alejando de los postulados de Freud y crearon su propia concepción psicológica.

No cabe duda de que el psicoanálisis fue una revolución para la psicología y el pensamiento de la época y ha servido como base para el desarrollo y proliferación de una gran cantidad de teorías y escuelas psicológicas.

Obras

La producción de escritos de Freud fue muy amplia. Entre sus obras destacan:
Estudios sobre la histeria (1895), La interpretación de los sueños (1900), La psicopatología de la vida cotidiana (1904), Tres ensayos sobre la vida sexual (1905), El chiste y su relación con el inconsciente (1905), Totem y tabú (1912-1913), Lecciones introductorias al psicoanálisis (1922), Más allá del principio del placer (1922), Nuevas lecciones de psicoanálisis (1933), Inhibición, síntoma y angustia (1936) y Moisés y la religión monoteísta (1937-1939).

Autor

  • SRL.