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HistoriaBiografía

Estevanico, Estevanillo o Esteban de Dorantes (¿-1539).

Esclavo norteafricano de raza negra que llegó a ser un respetado explorador en las expediciones españolas de América. Fue conocido también con los nombres de Esteban, Esteban de Dorantes, Estebanillo y Pequeño Esteban. Era natural de Azamor (Marruecos), donde probablemente fue capturado y cristianizado en 1513, tras la invasión de esta población por Manuel I de Portugal, y pasó a ser propiedad de Andrés Dorantes de Carranza.

Estevanico partió hacia el Nuevo Mundo en una expedición que salió de España en 1527 con el objetivo de conquistar y colonizar la Florida. Mandada por Pánfilo de Narváez, en ella actuó como tesorero Álvar Núñez Cabeza de Vaca. La integraban en un principio más de seiscientos hombres, aunque al llegar a Santo Domingo tuvo lugar un naufragio que produjo muchas deserciones. De allí se dirigieron a Cuba, y el día de Viernes Santo de 1528, después de una travesía plagada de incidentes, desembarcaron en las costas de Florida en lo que hoy es la bahía de Tampa. Durante casi un año la expedición deambuló por los pantanos y selvas de la península, donde fue acosada permanentemente por los indígenas que, junto con el hambre y las enfermedades, causaron una tremenda mortandad. Ante las enormes dificultades, decidieron volver a México bordeando la costa con unas rudimentarias barcas que también naufragaron. Al final tan sólo sobrevivieron quince hombres. Las corrientes los arrastraron a la isla del Mal Hado, situada al oeste de la desembocadura del Mississippi.

El la costa fueron apresados por una tribu de indios con la que pasaron seis años. Las condiciones de vida de los indios eran muy duras, sobre todo porque su alimentación se basaba exclusivamente de raíces arbóreas y algunos mariscos de las playas, además de beber agua poco salubre. La mortandad era muy alta, tanto entre los indios como entre los españoles, de los cuales solo lograron sobrevivir cuatro: Cabeza de Vaca, Andrés Dorantes, natural de Béjar, Alonso del Castillo, natural de Salamanca, y el propio Estevanico.

Seis años después consiguieron evadirse y emprendieron una larga travesía hacia el norte y el noroeste. Avanzando en pequeñas etapas, remontaron el valle del río Grande del Norte, atravesaron las mesetas áridas de Chihuahua y cruzaron el río Bravo a través de Sierra Madre. Fueron rescatados en 1536, cerca de Culiacán, en la costa mejicana del Pacífico, dos años después de su huida, por una patrulla española enviada a la captura furtiva de esclavos y comandada por el capitán Melchor Díaz.

A pesar de que sus captores apenas les habían hablado de la existencia de tribus más ricas en las zonas del interior, mantuvieron viva su creencia en las legendarias Siete Ciudades de Cibola. En cuanto regresaron a tierras españolas organizaron una pequeña expedición con la finalidad de encontrar las legendarias ciudades. La expedición estaba comandada por fray Marcos de Niza, un padre franciscano que ya había acompañado a Pizarro al Perú. Estevanico fue nombrado guía de la misma. Formaban la expedición una veintena de hombres más, aunque no muy bien armados.

Partieron de Culican, en el estado mexicano de Sinaloa, el 1 de abril de 1536, y recorrieron la zona que Cabeza de Vaca había oído nombrar a los indios y que se corresponde con los actuales estados de Arizona, Nuevo México, Colorado, Texas, Oklahoma y Kansas en los Estados Unidos de América. A principios de junio de 1539 llegaron a las proximidades de una aldea del pueblo zuñí, en el extremo occidental de Nuevo México, donde ellos suponían que se encontraba una de las Siete Ciudades de Cibola, donde Estevanico fue capturado y muerto por los nativos al pie de la montaña sagrada para los zuñí de Toyallahnah.

El padre Marcos sólo vio la aldea desde lejos, pero se procuró cuanta información pudo recopilar sobre las poblaciones que se encontraban en los riscos. Al regresar a México contó que el poblado estaba repleto de oro y riquezas. Esto dio lugar a que el explorador español Francisco Vázquez de Coronado dirigiera una nueva expedición a la zona en el año 1540, bien armada y pertrechada, guiada por el propio fray Marcos, quien tuvo que regresar prematuramente por estar fuertemente aquejado de reumatismo. La expedición tomo la población después de una feroz lucha; tras su toma se pudo demostrar que las noticias sobre tales ciudades eran falsas, ya que no pudieron encontrar ni rastro del supuesto oro, por lo que el padre Marcos fue acusado de inventarse fábulas.

Algunas informaciones no contrastadas dicen que Estevanico abandonó la expedición del padre Marcos al atravesar la región del río Mayo, y se quedó en ella, ya que "prendado por la hermosura de las indias mayo, se escondió y casóse allí con cuatro o cinco mujeres, usó de la tierra, y tuvo sucesión".

Autor

  • Gerardo Meiro Martínez