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PolíticaHistoriaBiografía

Enrique X, Duque de Baviera y de Sajonia (ca. 1108-1138).

Duque de Baviera y Sajonia nacido hacia 1108 y muerto en Quedlinburg el 20 de octubre de 1138. Conocido como Enrique el Soberbio, fue fiel vasallo del emperador Lotario II, engrandeció enormemente sus posesiones gracias a la herencia de su esposa y a la herencia del propio Lotario y se convirtió a su muerte en el más poderoso señor de Alemania. Desposeído de sus ducados por Conrado III, luchó por recuperarlos hasta su muerte.

De la familia de los Güelfos, Enrique X fue hijo del duque de Baviera Enrique IX el Negro y de Wulfhild, hija de Güelfo de Sajonia. En 1126 el emperador Lotario II le nombró sucesor de Enrique el Negro, que aquel mismo año se retiró a un convento y murió. En 1127 contrajo matrimonio con Gertrudis de Supplinburgo, hija del rey de Alemania y duque de Sajonia, Lotario II. Ésta aportó al matrimonio los bienes alodiales de las casas de Supplinburgo, Brunswick y Nordheim. Ésa unión fue el reflejo de la gratitud del emperador hacia Enrique IX de Baviera, gracias a cuya ayuda, tras la extinción de la casa de los Salios, el Imperio no pasó al duque Federico de Suabia, como era previsible.

Enrique e Baviera luchó junto con el emperador Lotario II contra el anti-rey patrocinado por los gibelinos, Conrado de Hohenstaufen. Entre 1127 y 1129 Enrique combatió en las batallas de Nuremberg y Speyer y trató de capturar a Federico de Suabia en Zwifalten. En 1132 fue nombrado regente de Alemania, mientras el emperador se encontraba en Italia, pero las rebeliones en su propio ducado le mantuvieron ocupado: en agosto de 1132, Enrique de Wolfratshausen fue nombrado obispo de Ratisbona contra la voluntad de Enrique y del propio soberano; el obispo comenzó una guerra contra el duque, que sólo terminó gracias a la mediación del conde-palatino, Otón de Wittelsbach. En 1134 Enrique X capturó Ulm, siendo ésta victoria un acicate que hizo que los Staufen cesasen su oposición y que en 1135 se firmase la paz en Bamberga. Entre 1136 y 1137 acompañó a Lotario a Italia y luchó por toda la península, al frente de una de las dos divisiones del ejército imperial. Por sus servicios recibió el margraviato de Toscana y las tierras alodiales de la condesa Matilde, en calidad de feudos papales, gracias a un compromiso entre el emperador y el papa en 1133.

Poco antes de morir Lotario II, nombró sucesor a Enrique, que recibió las insignias imperiales. Acababa de obtener del emperador el ducado de Sajonia, que unido a los territorios bávaros e italianos y a los administrados por su hermano Güelfo VI en Suabia, hacía de él uno de los magnates más poderosos del Imperio. Los príncipes alemanes temían su poder y estaban ansiosos por evitar la formación de una dinastía reinante y quisieron ejercer su derecho de elección, pasando por encima del candidato designado por el difunto emperador. Por ello, en la asamblea de Coblenza (marzo de 1138), cuyos procedimientos electorales fueron manipulados por el arzobispo Adalberto de Tréveris (Adalberto era un reconocido enemigo del duque y evitó la concurrencia de magnates sajones o bávaros a la asamblea), resulto elegido Conrado de Hohenstaufen, que en mayo recibió el reconocimiento de la nobleza alemana. Éste ciñó la corona imperial como Conrado III. En un principio Enrique el Soberbio mostró su decepción por la elección, pero finalmente entregó a Conrado las insignias imperiales. Sin embargo, aquel mismo año el emperador le instó para que renunciase a Sajonia o a Baviera, aduciendo que la posesión a la vez de ambos ducados era ilegal. Enrique se rebeló ante tal decisión y Conrado publicó su destierro y confiscó sus feudos (julio de 1138). Sajonia fue entregada al margrave de Brandeburgo, Alberto el Oso, mientras que el duque Leopoldo de Austria recibió Baviera. Enrique el Soberbio se reconcentró en recuperar Sajonia, y se enfrentó al duque Alberto, apoyado por la emperatriz viuda Richenza y por una buena parte de los magnates de Sajonia. Su aparición en el norte de Sajonia restó muchos apoyos a Alberto y las ciudades sajonas fueron cayendo, una a una, en poder de Enrique, hasta que en primavera de 1139, el duque nombrado por el emperador hubo de refugiarse junto al arzobispo de Maguncia. Conrado reaccionó reuniendo un impresionante ejército que llevó hasta Sajonia, pero, consciente de la dificultad que implicaba sojuzgar a los sajones, llegó a un acuerdo con Enrique, por el cual se acordó limar las diferencias en una asamblea que se celebró en Worms. La reunión fue un fracaso y Enrique permaneció dueño de Sajonia, mientras que Alberto hubo de conformarse con un título vacío. Dueño de Sajonia, el Soberbio reunió sus tropas para reconquistar Baviera, pero antes de entrar en batalla en Quedlinburg, cayó enfermo y murió súbitamente. Sus aliados acusaron al emperador de ordenar su envenenamiento, punto que nunca ha podido ser probado.

La alienación de los ducados de Sajonia y Baviera por parte de Conrado III fue la semilla de las luchas entre güelfos y gibelinos, que se prolongó durante todo el siglo siguiente. A la muerte de Enrique X, su hijo Enrique el León continuó reclamando los ducados. Enrique el Soberbio fue enterrado en Königslutter.

Bibliografía

  • DIEGO HERNANDO, M. El Imperio en la Europa medieval. Madrid, 1996.

  • HALLER, J. y DANNENBAUER, H. De los Carolingios a los Staufen. Época antigua de los Emperadores alemanes (900-1250). México D. F, 1974.

  • THOMPSON, J.W. Feudal Germany. Chicago, 1928.

JMMT

Autor

  • Juan Miguel Moraleda Tejero