Curcio, Marco y Mecio (s. IV a.C.).
Personajes legendarios que figuran en las tradiciones romanas relativas al lago Curcio. El primero pertenece al siglo IV a.C., y dio su nombre a dicho lago, que se había abierto en el Foro de Roma, arrojándose a él a caballo y con armas para satisfacer el oráculo, el cual había dicho que no se llenaría aquel abismo mientras no se arrojara en él lo que daba su poder a Roma. El segundo se remonta al siglo IV a.C., y parece fue un joven sabino que, perseguido por Rómulo, se atrevió a atravesar un pantano que después fue el foro romano.