Ciro II, Rey de Persia (559-529 a.C.).
(Ku-rush o Ku-ra-ash o Kyros o Cyrus) Rey de Persia, fundador del Imperio Aqueménida, hijo de Cambises I y de la princesa meda Mandane, y nieto de Ciro I. Su otro abuelo, Astiages (padre de Mandane), había ordenado a Hárpago que se asesinase a Ciro II nada más nacer. Sin embargo, salvado de la muerte, pudo Ciro II, ya desde Pasagarda, emanciparse del vasallaje de Astiages e incluso apoderarse del rey medo, su abuelo, cuando le fue entregado por las tropas medas que lo habían traicionado (550 a.C.). Ciro II fundó su propio Estado al aglutinar las diversas tribus que lo formaban, tanto las de agricultores como las de nómadas. Incluso poco después pudo conquistar la propia Media (546 a.C.) e invadir el Asia Menor, en donde derrotó a Creso, rey de Lidia, en la batalla de Pteria, y lo persiguió hasta Sardes, de la que se apoderó. Entre el 545 y el 539 a.C., intentó someter las colonias jonias del Asia Menor y llegó a alcanzar también las costas de Fenicia. Se enfrentó con Nabónido y pudo establecer un gobernador en Uruk. Ciro II fue aún más lejos, pues alcanzó la India y tomó la Bactriana, la Sogdiana y la Margiana. De vuelta de esta larga y lejana campaña, asaltó Babilonia, con ocasión de lo cual capturó a Baltasar y a su padre el rey Nabónido, lo que le valió el ser recibido como el verdadero libertador del país y saludado como el defensor de los dioses babilonios Bel-Marduk y Nabu, quienes, según el relato del Cilindro de Ciro, lo bendijeron y lo aceptaron como rey. Ciro II organizó su vasto Imperio con cierta autonomía y también fue tolerante en materia religiosa (permitió a los judíos la reconstrucción del Templo de Jerusalén en el 538 a.C.).
Ciro II murió en un hecho de armas, en el Asia central, probablemente combatiendo contra los masagetas, aunque se desconoce el lugar exacto (¿orillas del mar Caspio?) y las demás circunstancias. Su cuerpo fue llevado a Pasagarda y enterrado en un famoso monumento funerario, a modo de capilla con techo a dos aguas, sobre un podio de seis gradas de piedra (altura total 10,70 m). Desaparecido el rey, el hijo tenido de Cassandane, Cambises II, que preparaba una expedición contra Egipto, fue designado sucesor siguiendo lo dispuesto por Ciro II. Siglos después, el ateniense Jenofonte tomaría al rey persa como modelo y lo haría sujeto de su célebre obra Ciropedia.