Cimino, Michael (1943-VVVV).
Director de cine estadounidense, nacido el 16 de noviembre de 1943 en Nueva York.
Vida
Alumno modelo en la prestigiosa Universidad de Yale, Cimino se licenció en Bellas Artes y comenzó una carrera como pintor que vino a interrumpirse cuando conoció el mundo del cine. Mientras asistía a cursos de arte dramático y ballet, comenzó a relacionarse con productores que le proporcionaron sus primeros trabajos audiovisuales como director de anuncios televisivos, documentales comerciales y programas de televisión patrocinados por diversas industrias
En 1971 conoció al técnico de efectos especiales Douglas Trumbull, junto a quien participó en la escritura del guión de Naves misteriosas, una insólita película de ciencia-ficción que posteriormente influyó en el desarrollo de ciertos estereotipos del mencionado género. Poco después Cimino accedía a su primer largometraje como director, Un botín de 500.000 dólares, donde completó un solvente trabajo que animó a los productores a potenciar su siguiente proyecto, El cazador, una revisión de la guerra del Vietnam desde las perspectivas de los supervivientes y los familiares de los soldados. La película consiguió un gran éxito internacional, aunque la crítica hizo pública una singular división de opiniones. Hubo quien alabó la visión estética y desgarrada de Cimino, y también quien recriminó un componente racista que volvería a levantar revuelo en otros proyectos suyos como Manhattan sur. Lo cierto es que esta película fue la primera en revisar con seriedad las heridas emocionales de la guerra en el subconsciente de los norteamericanos, alineándose de paso con la perspectiva más crítica con la línea de relaciones internacionales del Gobierno estadounidense. Por lo demás, Cimino pretendió fijar una especie de infierno personal de los protagonistas, perseguidos por la fatalidad o acercándose a ella por medios tan escalofriantes como la práctica de la llamada ruleta rusa, consistente en disparar sobre la sien un revolver en cuyo tambor sólo hay una bala. Por otra parte, las magníficas interpretaciones de Robert De Niro, Christopher Walken y Meryl Streep fueron alabadas de forma unánime.
Galardonado con el Oscar al mejor director por la citada película, Cimino dejó ver una faceta de su personalidad que, en cierto sentido, le acarrearía su posterior fracaso: el deseo de alcanzar la grandeza como cineasta, en la tradición de Cecil B. De Mille. Con unos costes de producción descomunales, acometió su siguiente proyecto, La puerta del cielo, a través del cual pretendía relatar la lucha entre agricultores y ganaderos en el Oeste americano del siglo XIX. El proyecto puso a la compañía productora al límite de sus posibilidades, acercándose a la quiebra a medida que se iban organizando los estrenos y pases de prensa. Cuando la crítica norteamericana comenzó a acusar a Cimino de pretencioso y de próximo a las tesis marxistas, la crítica europea arremetió contra el director con acusaciones en sentido contrario. El excesivo metraje de la cinta forzó a realizar un nuevo montaje, más breve, que originó un descontento aún mayor y la sensación de que La puerta del cielo, pese a contener secuencias estimables, distaba mucho de ser una película acabada.
Discriminado en los estudios tras este trabajo, Cimino tardó cinco años en volver a trabajar. Su nueva película, Manhattan sur, usaba el género policiaco para reflexionar acerca de las luchas raciales en la sociedad norteamericana. Aunque su protagonista, Mickey Rourke, se convirtió en estrella, y el largometraje fue rentable, la minoría asiática estadounidense protestó por la visión tenebrosa que de ella se ofrecía en el filme. De hecho, la polémica originada por La puerta del cielo se reprodujo, como si la presencia de Cimino en el entorno cinematográfico despertase suspicacias entre los profesionales. El enorme fracaso de El siciliano (1987) y la mediocridad de sus siguientes producciones convirtieron en realidad esa tendencia, y Cimino pasó a convertirse en un director de segundo orden, con escasas posibilidades de recuperar la gloria que obtuvo con El cazador.
Considerado uno de los directores más prometedores e inteligentes de comienzos de los ochenta, Michael Cimino pasó a ser el cineasta más decepcionante de su generación debido al súbito descenso de calidad en su obra, descenso que lo ha ido marginando en el sistema de producción de Hollywood hasta casi hacerlo desaparecer profesionalmente.
Filmografía
1974: Un botín de 500.000 dólares.
1978: El cazador.
1980: La puerta del cielo.
1985: Manhattan Sur.
1987: El siciliano.
1990: 37 horas desesperadas.
1996: The sunchaser.
1999: The dreaming place.
Como coguionista:
1972: Naves misteriosas.
1973: Harry el fuerte.
1978: La rosa.