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Carroll, Lewis (1832-1898).

Escritor, literato y matemático británico, nacido en Daresbury en 1832 y muerto en Guidford en 1898. De verdadero nombre Charles Lutwidge Dodgson, es universalmente conocido por su pseudónimo literario de Lewis Carroll. Cursó estudios en Rugby y en el Christ Church College de Oxford, donde permaneció como lector de matemática pura.

Lewis Carroll.

Una de sus facetas más desconocidas es la fotografía, pero lo cierto es que fue uno de los más grandes fotógrafos de niños que haya dado la historia. Se acercó a la fotografía en su juventud, cuando la cámara le fascinó hasta el punto de que su primer texto, titulado Las maravillas de la fotografía, fue una reflexión poética y visionaria de lo que aquel reciente invento podía dar de sí. En 1856 realiza sus primeras tomas, tiene entonces veinticuatro años, casi la misma edad que la fotografía, que había nacido escasamente dos décadas antes. Hasta 1880, su vocación le lleva a retratar a una vasta galería de personajes, que incluyen obispos, actores, escritores y artistas. Se trata de retratos caracterizados por cierto esnobismo -para la época victoriana en que se inscriben-, sencillos y naturales, sin fondos convencionales ni retoque, que pretendían componer una imagen armónica y “bella”, sin recoger el espíritu del retratado, tal y como hacia su contemporánea Cameron. Sus composiciones representaban a sus retratados de cuerpo entero porque juzgaba que el cuerpo completo era más expresivo que sólo su rostro o medio cuerpo.

Esas primeras imágenes resultaron todo un fracaso. Relata el mismo Carroll que en una serie de poses de toda una familia, tocó el turno a la esposa: “...llega con una facha inenarrable, cargada de joyas y de sedas, incluso excesivamente suntuosa para una emperatriz. Llena de gracia, se sienta y su sonrisa deja de ser humana. Sostiene en su mano un ramillete más recargado que una col (...) Todo el tiempo que dura la pose no deja de agitarse como un mono en la selva: ¿Todavía estoy posando? ¿Estoy suficientemente de perfil? ¿Debo sostener más alto el ramillete? ¿Se verá bien en la foto?... Y todo esto ¡para qué resultado!! Otra foto que es un total fracaso....

Pero el fotógrafo mediocre, descubrió al mundo todo su potencial creativo y artístico cuando enfocó su objetivo sobre una galería de niñas impúberes, las “young ladies”, modelos con los que creó imágenes de una belleza abrumadora, que hablan de una amable intimidad, fresca y natural, donde la fugacidad de sus expresiones y gestos infantiles se perpetuarán por siempre al colodión.

Alice Liddell fue seguramente la primera “amiga-niña” de Carroll. Con su larga melena oscura, aquella niñita provocó en el reverendo una irrefrenable emoción que no llegó a sentir por ninguna de las otras muchachas a las que fotografió. Para ella escribió Alicia en el país de las maravillas (1865), un clásico de la literatura infantil que, sin embargo, siempre ha ejercido una atracción especial en los adultos debido al juego lógico y verbal que utiliza. Dado el éxito que obtuvo, decidió continuar la obra con Alicia a través del espejo (1871). En esta obra, los personajes que en la primera eran naipes son ahora piezas del ajedrez. Carroll pretendió mostrar lo absurdo de la vida de los adultos, que no son capaces de ver las cosas de un modo ingenuo y sin maldad. Además, es autor de una extraña poesía, titulada La caza del Snark (1876), llena de símbolos indescifrables que hoy día fascina a los críticos, así como de Silvia y Bruno (1889), obra en exceso moralizante.

El profesor elegía a sus jóvenes modelos -siempre pertenecientes a un nivel social elevado-, en las calles, en los jardines, en los trenes, en los teatros infantiles que se celebraban en las plazas londinenses... Selección que será menos elitista cuando decida hacer desnudos. Ya en el estudio, Dodgson recurría a juguetes mecánicos, disfraces, cajas de música e, incluso a contar historias fantásticas a sus modelos para crear un ambiente más cómodo de trabajo.

Fue un artista revolucionario, que se atrevió en plena época victoriana a hacer desnudos femeninos integrales, en ese punto en el que la niña no revela aún la mujer. Las niñas desnudas son “absolutamente puras”; en su obra no hay ninguna curiosidad malsana, a lo sumo un voyeurismo limpio que dota a las imágenes de una sensualidad tierna y muy fresca. En 1867 se encuentran las primeras referencias a niñas fotografiadas completamente desnudas, pero el público jamás pudo ver esas fotografías. Cuando hacia 1880 abandona definitivamente la fotografía, tenía cuarenta y ocho años. Sus doce álbumes fueron expurgados, incluso en vida del autor, y él mismo insistió en que, a su muerte, los retratos fueran enviados a sus modelos o a sus parientes o fueran destruidos.

Enlaces en Internet

http://www.lewiscarroll.org/ ; Web de la Sociedad de Norte América Lewis Carroll.

Bibliografía

  • BRASSAI. Niñas. Lewis Carroll. Barcelona: Lumen, 1998.

  • SOUGEZ, Marie-Loup. Historia de la fotografía. Madrid: Cátedra, 1985. (Cuadernos de Arte, 2ª edición).

Autor

  • Enciclonet